lunes, 3 de enero de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

* La guerra sucia
Por Gilberto Lavenánt
El tiempo transcurre y el asunto de la designación del nuevo Rector de la Universidad Autónoma de Baja California, continua entrampado. El día 5 de Enero del 2011, o sea el próximo miércoles, concluye el segundo término legal para que la Junta de Gobierno haga la designación y todo indica que no saldrá ¨humo blanco¨.
En este accidentado e infructuoso proceso, quedó al descubierto, que el Gobernador Osuna Millán es compa de Mungaray, por cuyo conducto tiene las manos metidas en este asunto, y que por lo tanto, no es un mero espectador, sino algo así como un director intelectual, padrino o patrocinador de su Secretario de Desarrollo Económico, de Cuamea y compañía.

También quedó en claro, que la norma universitaria es obsoleta, insuficiente e ineficaz. Que al elaborarla, no se contempló la posibilidad de que algún día, este proceso pudiese quedar entrampado. Que la presunta autoridad de los órganos de gobierno de la Máxima Casa de Estudios, es imprecisa, ambigua. Que lo de ¨gobierno¨, es solo un enunciado. Algo así como la ¨Carabina de ambrosio¨. Ni siquiera hacen ¨Pummm¨, para asustar a alguien.

Los integrantes del G5, entre ellos el propio Presidente de la Junta de Gobierno, Luis Lloréns, tuvieron que revelar sus temores y frustraciones, al no poder resolver, en tiempo y forma, la designación del Rector. Por las presiones e imposiciones del G6, que liderea Mungaray. Quizás imaginaban que eso despertaría una rebelión universitaria, que les obligara a resolver, haciendo a un lado el cacicazgo de Mungaray. Pero nada pasó.

Todo ha quedado al descubierto, no precisamente por intención alguna de transparentarlo, por parte de los integrantes de la Junta de Gobierno, sino por la oportuna creación del Observatorio Académico Universitario, que ha sido el escenario en el que se han mostrado debilidades y excesos. De otra manera, todo hubiese pasado desapercibido. Seguramente.

Y mientras algunos universitarios han dedicado parte de su valioso tiempo a tratar de sacarle brillo a la opaca norma universitaria, pretendiendo encontrar las interpretaciones jurídicas que permitan resolver este asunto, Mungaray y su gente optaron por guardar silencio y continuar maniobrando. Le apostaron al tiempo. A la ¨vía larga¨ de la decisión unánime, que esperan les favorezca. Como en las peleas de box.

En esa estrategia, puesta en marcha por el G6, dirigen sus pasos a la eliminación de Leonel Cota Araiza, como integrante de la Junta de Gobierno, a fin de designar un sustituto que les sea afin, para romper el empate técnico y les permita alcanzar la mayoría calificada de 7 votos, que les exige la norma universitaria, para designar a su antojo al nuevo Rector, sin objeción alguna.

En forma complementaria o colateral, ante la falta de argumentos sólidos y contundentes, y frente a la resistencia de los integrantes del G5, el G6 desató la guerra sucia, a base de descalficaciones, de verdades a medias, del insulto descarado, del ver la paja en el ojo ajeno y no percibir la viga en el propio, del lanzar la piedra y esconder la mano. Solamente eso faltaba. Qué lamentable. Ni parecen universitarios.

Un ejemplo de eso, lo es un comentario aparecido el domingo 2 de Enero en el suplemento cultural de El Mexicano, página 10, titulado ¨La Junta de Gobierno secuestrada¨ y suscrita por Leobardo Sarabia, presuntamente un individuo que se maneja en el terreno de las actividades culturales, que en este caso, aparentemente, asume la postura de mercenario, bajo las órdenes de Mungaray.

Su postura es totalmente parcial, nada dice del cacicazgo de Mungaray y de las ilegalidades de Cuamea. En cambio, arremete contra quienes les son contrarios. La consigna es evidente : aniquilar al G5, para que el G6, se convierta en el G7 o incluso en el G11, para imponerse como una dictadura y controlar a su antojo a la UABC.

Para empezar, dice que la Junta de Gobierno, está dañada. Como si estuviese hablando de Mungaray, afirma categóricamente que el Presidente de la Junta de Gobierno, Luis Lloréns, ¨es el gran culpable del giro que dió la selección de rector¨ y que ¨su meta obvia es imponer a un candidato propio¨, que carece de liderazgo y ánimo concertador, pero no de ambición. Incluso le acusa de que tiene tenendencias partidistas, léase PRI, y advierte que la intervención de la Legislatura Estatal, envenenaría todo el proceso.

Lo absurdo, dice que el G6, de Mungaray, son los que votan por una continuidad académica, competitiva, sujeta a revisiones de calidad y expansión de la infraestructura, que prefieren a Cuamea, y que los del G5, son la minoría, que apuestan por el control de la burocracia, sin respaldo académico, con coqueteos a la nueva mayoría priista y ligados a cacicazgos universitarios que ya suponían desaparecidos, mencionando a los exRectores Castro Bojórquez y Gallego García, que apoyan el químico Juan José Sevilla.
Luego acusa al Observatorio Académico Universitario, de ser promotor de Lloréns y asevera que ¨Se trata de un organismo de coyuntura con claros intereses de facción¨.

Se pronuncia por la permanencia de Cuamea, ¨mientras se destraban las argucias de Lloréns Báez para obstaculizar el proceso de selección¨, por el retiro de Leonel Cota de la Junta de Gobierno y por la ¨interpretación correcta de los reglamentos vigentes¨. El comentario, parece redactado por Mungaray.

Y toda vía tiene el cinismo de hacer votos, para que los universitarios salgan de su mutismo y marginalidad. Con evidente sarcasmo e ironía, concluye con la frase siguiente : ¨A la discusión de buena fe podemos contribuir los que consideramos a la UABC nuestra alma máter¨. Palabra de hombre ¨culto¨. Obviamente.

Esa es la guerra sucia, Sucia y vulgar. Y, cínicamente, se llaman universitarios.

gil_lavenant@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario