jueves, 30 de diciembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Se pasó de “vivo”
Por Gilberto Lavenánt
Los colaboradores del Alcalde Carlos Bustamante Anchondo, parecen sorprendidos al detectar que de las 500 carteleras publicitarias que existen en la ciudad, aproximádamente el 40 % de ellas, o sea unas 200, fueron instaladas ilegalmente. Por ello, empezaron a ser desmanteladas.
Hay quienes piensan que dichas estructuras metálicas fueron colocadas al amparo de las sombras de la noche, subrepticiamente, aprovechando el cambio de administración. Esto no fue así, pues fueron colocadas en plena luz del día, en la tarde o en la noche, según la disponibilidad del equipo y grúa requeridos para ello y desde varios meses atrás. El permiso de la autoridad era lo de menos, sin duda alguna si un inspector municipal los sorprendía colocándolas, simplemente le indicaban que tenían el visto bueno de Jorge. El ¨tocayito¨, como le decía el dueño del centro hípico.

Leyendas urbanas al respecto indican que Jorgito Ramos permitió la instalación de carteleras publicitarias, de manera irregular, a cambio de que en fechas especiales le publicitaran su imágen personal, gratuitamente. Bueno, unas gratis, y otras con recursos del Ayuntamiento.

Lo cierto es que este tema no es nuevo, se dió prácticamente durante los tres años de la administración municipal de Ramos Hernández. De pronto, estas carteleras empezaron a aparecer sembradas por toda la ciudad. El problema mayor, a parte de la contaminación visual y el incumplimiento de las normas que las regulan, es que no pagaban ni un peso a las arcas municipales.

Pero lo aún más peor, o sea lo peor, de lo peor, es que muchas de ellas fueron instaladas en predios públicos, o sea propiedad de la ciudad, sin pagar un solo centavo de renta, lo que es inadmisible, aberrante e ilegal. Todo lo cual, fácilmente puede configurar al menos un delito.

En lo que no cabe duda alguna, es que las autoridades municipales, encabezadas por jorgito, en todo momento estuvieron enteradas de su instalación y existencia. Por ello las aprovechaba para publicitarse ampliamente, con cualquier pretexto.

Pensar o decir que jorgito deconocía estas irregularidades, suponer que fueron realizadas por sus colaboradores a sus espaldas, es tanto como decir que jorgito es un tonto, y la verdad, se le puede acusar de muchas cosas, pero no tiene un pelo de tonto. Más bien, por el contrario, se pasó de ¨vivo¨. Abusó.

Pero, insisto, esto no es nuevo. Precisamente el pasado 17 de mayo del año en curso, aquí en Palco de Prensa, comentábamos que el entonces regidor priísta, Francisco Domínguez, había denunciado que existía un absoluto descontrol en materia de carteleras publicitarias y el columnista observaba que se trataba de un descontrol, que de ninguna manera era gratuito, o sea, que no se trataba de simple descuido o negligencia, sino de una tolerancia que sin duda alguna tenía precio.

También comentaba, que de manera insistente, el regidor en mención, de nueva cuenta había vuelto a señalar esta situación irregular, diciendo que existían al menos 100 carteleras publicitarias, que estaban instaladas en la vía pública, sin permiso del Ayuntamiento local, pero con su complicidad.

De manera directa, sin rodeos, el entonces regidor señaló que la situación era muy seria, pues las carteleras habían sido colocadas dentro de bienes del dominio público y para su instalación, además de la autorización oficial, se requería cubrir los requisitos exigidos por el Reglamento de Bienes y Servicios, que regula el patrimonio del Ayuntamiento.

Lamentaba Domínguez esa situación y advertía que resultaba absurdo que cualquier persona o empresa coloque anárquicamente carteleras publicitarias enormes, sin acatar la legislación municipal, y que ello evidenciaba claramente que las autoridades municipales estaban coludidas, o sea, que se hacían de la “vista gorda”, no por mera ignorancia, torpeza o negligencia, sino porque también se beneficiaban con este negocio.

Y dió el nombre del funcionario responsable de tolerar esas irregularidades. Dijo que el entonces encargado de regular la colocación o existencia de este tipo de carteleras, lo era el Director de Administración Urbana, Miguel Angel Zavala Pantoja, y al menos citó el nombre de Anuncios e Imágen, S.A. de C.V., como una de las empresas que incurrían en tales irregularidades.

Para que vean que esto no era una simple leyenda urbana, o ganas de fastidiar ¨la borrega¨, por parte del entonces regidor Francisco Domínguez, y que jorgito estaba al tanto de todo, deben saber que durante la última sesión de Cabildo del XIX Ayuntamiento, encabezado por Ramos Hernández, celebrada el 29 de noviembre, o sea un día antes de la toma de posesión de su sucesor, el ahora Alcalde Carlos Bustamante Anchondo, se aprobó la concesión por diez años del uso de la vía pública para la construcción de 40 vallas gigantes a la empresa Anuncios e Imágen de Baja California S. A. de C. V., cuyo administrador único es Miguel Ángel Ledesma Romo, hermano del diputado federal y presidente estatal del Partido Verde Ecologista, Eduardo Ledesma Romo. Curiosamente la empresa a que había hecho referencia el regidor Francisco Domínguez, en mayo pasado.

Pero no se trataba de instalar 40 carteleras nuevas, sino regularizar las instaladas ilegalmente. Insisto, a jorgito e se le puede acusar de muchas cosas, pero ¨no tiene un pelo de tonto¨. Más bien, por el contrario, se pasó de ¨vivo¨. Abusó.

gil_lavenant@hotmail.com

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