* Leyendas urbanas
Por Gilberto Lavenánt
Cuando al exalcalde panista Jorge Ramos Hernández, lo cuestionaban respecto a presuntas u obvias irregularidades de su administración, de inmediato argumentaba que eran simples leyendas urbanas.
Hasta sus colaboradores más cercanos ya se la sabían. Recurrían a la misma respuesta simplista, para no meterse en problemas.
A mediados de noviembre pasado, a unos días de concluir la gestión panista, los entonces regidores electos, del Partido Revolucionario Institucional, revelaron que no conocían con exactitud las condiciones reales en que Ramos Hernández entregaría al priísta Carlos Bustamante. Pero reclamaban que hubiese cuentas claras.
El coordinador de la fracción tricolor del ahora XX Ayuntamiento de Tijuana, Eduardo Enrique Parra Romero, comentó que la administración de Carlos Bustamante Anchondo, “de entrada”, tendría que realizar un trabajo muy minucioso en la revisión del adeudo. Se refería en concreto al crédito para la realización del PIRE.
Ramos, por su parte, 24 horas antes de concluir su gestión, admitió que la próxima administración priísta, podría detectar “posibles anomalías o irregularidades”, pero solicitó que estas deberían resolverse en forma civilizada.
No ha tenido que pasar mucho tiempo, para observar que las llamadas ¨leyendas urbanas¨, no eran tales, y que que no solo encontraron algunas irregularidades, sino muchas. Burdas y exageradas.
Carteleras publicitarias por doquier, sin autorización, pero ¨autorizadas¨ bajo la simple palabra de Ramos. Son las que utilizaba para promocionar su imágen personal, bajo el pretexto de que publicitaba las obras de gobierno.
Permisos a vendedores ambulantes a solo unas horas de que concluyera su gestión administrativa, y que el ahora Alcalde, Carlos Bustamante Anchondo, no encuentra ni cómo enfrentar, sin hacer que haga estallar un conflicto social y político.
Táxis clonados y un desorden general en el transporte público.
Los empleados de confianza que él contrató, sin liquidar en sus prestaciones.
Permisos de construcción de edificaciones, expedidos en forma ¨express¨.
El supuesto triunfo judicial para reclamar a la empresa administradora del aeropuerto, el pago del impuesto predial, que ahora se hizo de humo, por los argumentos jurídicos fantasiosos y de pobre sustento.
El control de los antros de vicio de la Zona Norte, con las ¨cuotas¨ correspondientes, en cuya cobranza participaba el celebre Gustavo Lemus Torres, quien siendo Director de Inspección y Verificación Municipal, en charla indiscreta con un propietario de bares de la Zona Norte, reveló la forma en que Ramos Hernández y Osuna Millán ¨coordinaban¨ la precampaña de Carlos Torres.
Pero esas solo son algunas de las cosas a que hacían referencia las leyendas urbanas de Jorgito.
Otras surgieron o se fortalecieron, con las constantes y numerosas denuncias del regidor Francisco Domínguez, que hay que desempolvar, para cotejar y verificar la certeza de las mismas. Estas obran en los archivos del XIX Ayuntamiento y, en todo caso, pregunten a Pancho, para que les proporcione copias de las mismas.
Se supone que en el mes de Enero, la sindicatura del XX Ayuntamiento tendrá un informe amplio y detallado sobre los principales problemas e irregularidades, heredadas de la administración de Jorge Ramos.
Lo mínimo que puede resultar de todo eso, además de que se ponga en claro que atrás de la imágen ¨impecable¨, del ahora exalcalde, había muchas mañas, que le permitieron cometer muchos excesos, será que se le inhabilite para ocupar cargos públicos, durante varios años, lo que le dejará fuera de la posibilidad de contender a la gubernatura estatal en el 2013, a la que aspira.
Pronto se corroborará que las leyendas urbanas, se quedaron cortas, que los hechos son más graves, que lo que hasta ahora han sido meras suposiciones.
gil_lavenant@hotmail.com
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