domingo, 21 de noviembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* La revolución postergada
Por Gilberto Lavenánt
Cuando apenas se acercaba el centenario de la revolución mexicana y el bicentenario del movimiento de independencia, surgieron temores -ingénuos, obviamente- en el sentido de que durante el 2010 podría darse la tercera revolución. Claro, un movimiento armado.
Solo que, aunque las carencias sociales persisten, así como la problemática política, los tiempos cambian.

La población mexicana ya no es tan escasa como hace 100 o 200 años, y eso es un factor importante que limita o frena la posibilidad del surgimiento de movimientos armados, justicieros.

Para bien, o para mal, está casi por terminar el 2010 y al menos en este año no habrá rervolución alguna.

Afortunadamente, porque todo movimiento armado, desquicia la vida de un país.

Lamentablemente, porque los mexicanos seguirán viviendo en medio de injusticias, cada día más pobres y los ricos cada día más ricos.

Y no se da una nueva revolución, no porque no existan las condiciones que hubo en 1910, sino más bien porque los revolucionarios de ahora, son puro rollo. Fustigan a los corruptos, lamentan las carencias de los mexicanos, pero no son capaces de mover un solo dedo para combatirlos, porque el hacerlo, sería tanto como renunciar a comodidades, a lujos, a privilegios. Y no lo hacen, porque ellos mismos son parte del problema que fustigan.

Los revolucionarios de hoy, luchan, pero no para mejorar las condiciones sociales de los mexicanos, sino tan solo las de ellos, las de la casta política, que están buscando nuevas canongías, salarios de potentados, más poder.

Son conservadores, no revolucionarios. Y no por cuestiones de ideologías, pues en ellos las ideologías son mera pose. Sus intereses son semejantes. El dinero es su único objetivo.

La revolución aquella de 1910, e incluso la de la independencia, 100 años atrás, son solo una leyenda. Casi simples mitos, como aquel de ¨tierra y libertad¨, o aquello de que ¨la tierra es de quien la trabaja¨.

Ahora, la tierra es de quien tiene más habilidades para acapararla.

Los vestigios de la multicitada revolución mexicana, los físicos o gráficos, son simples piezas de ornato, o materia de fogosos discursos, que utilizan para despertar pasiones políticas momentáneas, o para cumplir con meros compromisos cívicos, que no pasan de ahí.

Los panchos villas, los zapatas, ya no existen. Es más, seguramente muchos mexicanos han de pensar que ni siquiera existieron, que fueron mitos creados por el hombre mismo, para hacer creer a los mexicanos desvalidos, que en alguna ocasión hubo determinados hombres que lucharon por los pobres y que estos pueden volver a surgir en cualquier momento.

La verdad es que hace mucho tiempo que ya no han surgido héroes mexicanos, que cada día son más los que dejan de creer en que realmente hayan existido.

Considerando como héroes, a aquellos hombres valientes, audaces, dispuestos a hacer grandes actos a favor de los mexicanos desprotegidos y vejados, explotados, hombres dispuestos a luchar por rescatar a los mexicanos que viven bajo condiciones de pobreza extrema, desempleados, sin oportunidades de educación, con salarios miserables.

Y mientras se carezca de héroes, no habrá una tercera revolución.

Habrá desfiles y celebraciones cívicas. Como hasta ahora.

Eventos estos que solo alimentan la esperanza de los mexicanos de que algún día las cosas cambiarán, que no serán eternas.

Una revolución, como la de 1810, o la de 1910, no se dará, al menos ahora en el 2010.

Esa revolución, se ha postergado por tiempo indefinido.

Los vestuarios y rollos revolucionarios, se guardan, para futuras celebraciones.

gil_lavenant@hotmail.com

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