* Nada de borrón y….
Por Gilberto Lavenánt
Los bajacalifornianos podrían pensar, y decir, que hay motivos suficientes para dar brincos de gusto, ahora que parece que está por terminar la trifulca desatada entre el poder ejecutivo estatal, a cargo del Gobernador Osuna Millán, y la XX Legislatura Estatal, bueno, la mayoría priísta y sus aliados del PT, PVEM y PEBC, luego de que representantes de ambos bandos anunciaron fecha y formatos, para, supuestamente, limar asperezas y dialogar.
Lamentablemente no es así. Resultaría demasiado ingenuo pensar en que algún día ambos bandos ¨comerán del mismo plato¨, pues cada quien tiene posturas irreconciliables e incompatibles. Además, ya se dijeron tantas cosas, se hicieron señalamientos mútuos, acusaciones severas, descalificaciones, que no se pueden olvidar. Así es que, nada de que, ¨borrón y cuenta nueva¨.
No vayan a salir como Felipe Calderón y los coordinadores parlamentarios del Senado, Manlio Fabio Beltrones, del PRI, Arturo Escobar, del PVEM, Luis Maldonado, de Convergencia, y José González Morfin, del PAN, quienes, salvo el panista, se resistían a reunirse con el Presidente y éste a su vez, lo mismo, pues se pensó que ocurriría lo peor, y al final de cuentas salieron de la entrevista, ¨agarraditos de la mano¨ y se hicieron concesiones recíprocas, muchas de las cuales aún no se conocen. Después de eso, los legisladores aprobaron el presupuesto de ingresos y egresos del gobierno federal para el 2011, sin chistar, así como la Ley Beltrones, y los priístas hasta se desistieron de reclamar la reducción del IVA, pasando a perjudicar, con tales negociaciones, a los mexicanos. Pero ellos felices.
Así podría pasar en Baja California. Que el ejecutivo estatal y el legislativo, dejen de pelear, y hagan negociaciones en lo oscurito, en las que ellos resulten beneficiados, pero los perjudicados sean los bajacalifornianos. Así es que mucho ojo. Que acaben las fricciones, es necesario e inaplazable, pero nada de tranzar a espaldas del pueblo. Nada de ¨…una para ti, dos para mí, dos para ti, una para mí¨. Nada de que ¨…a chuchita la bolsearon¨.
Para empezar, vamos despacio, que llevamos prisa. Es importante que se reúnan, pero que no quieran resolver todo, al ¨troche y moche¨¨, ¨al vapor¨, cuando aún tienen los animos encendidos, cuando aún les gana el coraje, cuando aún no tienen la serenidad, la paciencia y capacidad de tolerancia requeridas para dialogar.
Qué bueno que, aunque con planteamientos no afines, manifiesten disposición a reunirse. Pero el esquema planteado, es incorrecto. Dentro de pocos días, tendrán que empezar a revisar y ajustar los presupuestos de ingresos y egresos para el 2011, tanto estatales como municipales, que requerirán de toda su atención. Pretender establecer mesas temáticas, para componer el mundo, solamente los va a distraer, y los resultados en ambas tareas van a ser mediocres, deficientes, erráticos. Todo, en perjuicio de los bajacalifornianos. Que no quede duda de ello.
Lo primero, es lo primero. Aunque parezca simplista, pero no se puede alterar el orden de las prioridades. No pueden reunirse a estudiar o a legislar, si antes no han limado asperezas y en este caso se debe empezar con un compromiso de respeto múto, de fortalecer la división de poderes, de abandonar los propósitos de control recíproco, de meterse zancadillas, de pretender demostrar que uno es más chingón que el otro.
Deben entender, que las cosas cambian, que la democracia no es sencilla de operar. Que es cómodo, que un solo partido controle los tres poderes de gobierno, o al menos que el ejecutivo logre controlar al legislativo, aunque eso genera vicios, excesos, abusos, sumamente reprochables. Cuando los legisladores viven sometidos a los deseos o caprichos del ejecutivo, y de la misma manera el judicial, prácticamente se vive en un sistema imperialista o en una dictadura, en el que el ejecutivo les ¨compensa¨, de mil maneras. La principal, que nunca ejerce acción penal en contra de los legisladores o políticos pillos y a quienes, en el peor de los casos, simplemente dizque les inhabilita para la función pública.
La ¨Ley de los Pesos y Contrapesos¨, es formidable, o al menos una garantía de que dos poderes no afines, no caerán en solapamientos mútuos, en complicidades, en derroche de recursos públicos.
En estos primeros tres años de la administración de Osuna Millán, quedó evidente lo nocivo que fue el que un ejecutivo panista, tuviera a su servicio un legislativo panista. El legislativo obedeció ciegamente y el ejecutivo perdonó las faltas de los legisladores. Un diputado local, soprendido presuntamente drogado, y otro más, que golpeó a los parientes de su esposa, andan por ahí campantes. Nadie los tocó, ni con el pétalo de una rosa. De ahí la estrepitosa derrota panista del pasado 4 de julio.
Ahora que el legislativo es priísta, en su mayoría, y que, en principio por cuestiones partidistas, se supone que no estará subordinado al ejecutivo panista, no debe preocupar ni escandalizar a nadie. La democracia permite esto. El ejecutivo simplemente debe entender que han cambiado las reglas del juego. Ambas partes lo deben entender.
La base de la relación, es el respeto mútuo. Como decía Benito Juárez, entre las naciones, como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno, es la paz.
Pero eso de concertar citas en forma apresurada, e incluso convocando a otros actores políticos, es mero exhibicionismo. Tanto como los antiguos duelos a muerte, con padrinos y espectadores de ambos bandos. Eso no alcanza la categoría de diálogo.
Sin embargo, si las partes acuden a la cita, que no olviden lo que antes se dijeron. Nada de solapamientos, de encubrimientos, tranzas o complicidades. Nada de borrón y cuenta nueva. Que conste.
gil_lavenant@hotmail.com
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