* Los oficios peligrosos
Por Gilberto Lavenánt
Este día, jueves 30 de Septiembre, en el antiguo Palacio Municipal, hoy conocido como Palacio de la Cultura, habrá de llevarse a cabo un evento sumamente interesante, organizado por Comunicadores de Baja California, que coordinan Juanita Jiménez y Alfredo Martínez Ruiz.
El evento se denomina ¨Los periodistas y los derechos humanos¨, así es que, por lógica, el público estará integrado básicamente por periodistas.
Uno de los principales invitados y expositor, lo será el Lic. Juan Pablo Piña Piña. Director de la Comisión de Agravios a los Periodistas, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, así como Daniel Romero Mejía, Tercer Visitador de la CDNH.
Los coordinadores informaron que participarán, entre otros periodistas, Miguel Angel Torres Ponce, Presidente de la Asociación de Periodistas de Tijuana, Enrique Gómez Guzmán, Presidente de la Asociación de Periodistas de Ensenada, Marco Antonio Blázquez y Cósme Colignon.
Como moderador fungirá Manuel Suárez Soto y la conclusión o cierre de los trabajos estará a cargo de Oscar Genel.
Aunque se establece como punto principal los derechos humanos de los periodistas, la verdad es que se pretende resaltar los riesgos que implica el ejercicio del periodismo, de manera especial ante el clima de violencia que se registra a nivel nacional y específicamente en algunas zonas como Tamaulipas y Nuevo León.
El evento cobra interés, porque en los últimos tiempos, los periodistas han tenido que pagar ¨los platos rotos¨, por el ambiente generado por la narco guerra, al grado de que muchos han tenido que meditar bastante si vale la pena seguir ejerciendo el periodismo, o mejor hacer un cambio de oficio.
A reserva del resultado de este evento, cabe observar que en estos momentos, en México, no solo el ejercicio del periodismo es peligroso. También existen muchos otros oficios, que implican riesgos, riesgos mortales muchas de las veces.
El ser Alcalde de comunidades pequeñas, en donde los narcos se han asentado y gobiernan a su antojo, por encima de la autoridad civil. Cada día aumenta el número de ediles arteramente asesinados. No son, realmente, enemigos de peligro para los narcos, pero los asesinan, para infundir temor a muchos otros que pudiesen oponer alguna resistencia.
El oficio de policía, de cualesquier nivel, también lo es sumamente riesgoso. Parece un absurdo, que teniendo a su cargo el velar por el orden, la seguridad y el bienestar público, sean los primeros en caer abatidos por las balas de los criminales. Prácticamente no les queda ninguna opción. Se someten, o mueren.
Pero veamos al menos la condición de los periodistas. Muchos de ellos, se ¨engolosinan¨ realizando trabajos de investigación, cual si fuesen policías. Generalmente por ello los eliminan. Si el Estado, no les garantiza seguridad, deberían actuar con cautela.
Vamos reordenando esto.
Primeramente, se debe reconocer que, al menos en algunas zonas del país, donde la violencia es tan notoria, que se viven condiciones de guerra y que por lo tanto, se debe hacer la declaratoria correspondiente, en la que los periodistas serían algo así como corresponsales de guerra.
Lamentablemente, el Estado ha dejado solos a los periodistas. Aunque los soldados patrullan las calles y en algunos casos han logrado serios golpes al narco, no se observa que dediquen esfuerzos especiales para resguardar instalaciones de medios de comunicación e incluso para garantizar la integridad física de los periodistas.
En algunos casos, se ha dotado a los periodistas de chalecos antibalas. En otros, se ha pensado en la posibilidad, o en la necesidad, de proporcionarles los vehículos blindados, decomisados a los criminales y seguramente muchos periodistas incluso andan armados.
Nada de eso es efectivo. Ni mucho menos recomendable.
Los periodistas deben dejar de adoptar papeles protagónicos. Los narcos no son bichos que se puedan acabar con periodicazos.
Que dejen o exijan al Estado que cumpla su papel fundamental, que es velar por la paz interior, el orden, la seguridad pública y el bienestar social.
A los periodistas les corresponde difundir o publicar lo que se hace o no se hace. Pero resulta que se ponen a investigar y tratan de apantallar publicando los hallazgos que logran, pero que sin duda conoce perfectamente el gobierno, pero que no actúa, por complicidad o por mera ineficiencia.
Dicho en otras palabras, recordando aquello de ¨zapatero a tus zapatos¨, que los periodistas se dediquen a difundir los aciertos o las fallas de los funcionarios públicos, que a estos les compete el velar por el orden y la seguridad pública. Que estos combatan a los criminales. Para eso les pagan.
Es desventajoso involucrarse en una guerra, armados solo con pluma y papel.
gil_lavenant@hotmail.com
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