* Los Alcaldes “rebeldes”
Por Gilberto Lavenánt
Primeramente hay que insistir en que quienes nos dedicamos al periodismo, ni somos dueños de la verdad absoluta, ni agarramos partido, aunque lo parezca, ni somos pregoneros o promotores de nadie, ni mucho menos enemigos.
La oportunidad que tienen hoy en día, en los portales de internet, de criticar u opinar, respecto del trabajo periodístico o las notas que se publican, sobre tal o cual tema o hecho, es formidable. Sin salir de su casa, o de su oficina o empleo, pueden incidir en los temas abordados, señalando posturas indebidas, excesos, desviaciones, errores, confusiones y todo aquello que consideran vale la pena observar, señalar o comentar.
También es entendible, que muchos hacen esa labor de críticos o promotores, respecto de personajes u organizaciones políticas, principalmente, no bajo el carácter de simples ciudadanos, sino desempeñando una función específica, por la cual reciben un pago. No se les critica del todo, pero al menos deberían adoptar posturas de altura, sin groserías.
El recurrir a las descalificaciones, en cuanto a la honestidad, capacidad profesional o calidad moral de quien ejerce la labor periodística, es deshonesto. Como deshonesto es tratar de adjudicar filiaciones partidistas a los autores de tales trabajos periodísticos, tan solo porque los textos sean contrarios a sus intereses o afecten de alguna manera a sus “patrones”, “clientes” o “ídolos”. Tienen el anonimato de su lado y eso es una ventaja enorme.
Los periodistas, que pretendemos ser serios y profesionales, criticamos o señalamos conductas humanas, sin importar los colores partidistas de los protagonistas y sin pretender que gane o pierda, uno o el otro. La corrupción no tiene filiación partidista, se dá en todas las organizaciones, independientemente de ideologías y colores.
En ocasiones hasta los errores ortográficos, o el uso inadecuado de una palabra, les parece algo gravísimo y pasan por alto el aspecto medular del tema materia del análisis. La verdad este tipo de actitudes son deplorables y dá flojera observarlas. Son vulgares y resultan una absurda pérdida de tiempo.
Pero, en fin, en tanto cambian las cosas, que ojalá que algún día cambien, para bien, obviamente, trataremos de seguir haciendo el mejor de nuestros esfuerzos. Solo baste observar que, afortunadamente, muchos de quienes leen nuestra labor periodística, la aprecian, aunque no coincidan con nosotros. Nos consta que no pasamos desapercibidos y gracias por el tiempo que dedican a ello.
Pero vayamos con lo que se pretende sea el tema del análisis en esta ocasión. El de los Alcaldes “rebeldes”. Los priístas que fueron declarados electos. Obviamente.
Parece que el sometimiento del Senador Manlio Fabio Beltrones, respecto de los priístas que resultaron electos en los comicios del 4 de Julio en Baja California, tanto a munícipes como a legisladores, no fue del agrado total de los aparentemente sometidos. Beltrones les dijo que no son autónomos, que se deben al PRI y sus inquietudes, incluso en la función pública, deben canalizarlas a través de esta organización política.
Lo de la aparente rebeldía se dedujo, luego de la publicación de un desplegado en el que aparece como firmante principal René Mendívil, los diputados electos y tres de los Alcaldes electos. Francisco Pérez Tejada Padilla, de Mexicali, Javier Urbalejo Cinco, de Tecate y Javier Robles Aguirre, de Playas de Rosarito.
Para quienes lo leyeron, no pasó desapercibido, que fueron omitidos los nombres de Enrique Pelayo Torres, de Ensenada y Carlos Bustamante Anchondo, de Tijuana. Algunos interpretaron que esto fue porque no estuvieron de acuerdo con el contenido de la publicación y al parecer fue algo mucho más sencillo, o sea que no se incluyeron sus nombres, porque no estuvieron presentes en el evento que motivo dicho desplegado.
Sin embargo, no todos han aceptado como buena la explicación. En principio advierten que fue un error el de Mendívil hacer la publicación, estando incompleta la lista de alcaldes priístas electos. No había prisa alguna por hacerlo. Podía haber esperado a consultar a los omitidos, para que se sumaran a la manifestación. Ese error hizo que surgieran especulaciones de todo tipo, como el de calificar a los omitidos como rebeldes.
Priístas, allegados a las cúpulas partidistas, reconocen y aceptan que efectivamente hay algo de cierto en eso de la rebeldía. Que Pérez Tejada, Urbalejo Cinco y Robles Aguirre, quizás por jóvenes y poco experimentados, son más dóciles ante los deseos de los dirigentes priístas. Que en cambio en Pelayo Torres y Bustamante Anchondo, hay resistencia a someterse. Que son más difíciles de convencer.
Incluso se advierte que en torno a estos dos últimos, se escucha “el canto de la sirena” que les dice que después de sus respectivas alcaldías, son candidatos idóneos para la gubernatura estatal en el 2013. Que de ahí surge, con mayor fuerza, esa aparente rebeldía.
Para quienes piensan que es precipitado hablar de las elecciones de Gobernador de esta entidad, a tres años de distancia, deben saber que la política es una actividad en la que todo se planea a largo plazo. El futurismo es un factor presente en la vida de todo político y todo indica que entre los priístas, la sucesión estatal será muy reñida y que no solo serán dos los posibles contendientes, o sea Castro Trenti y Hank Rhon, sino que habrá muchos más, entre ellos algunos de los alcaldes electos.
El tiempo dirá si efectivamente se rebelan, o se someten. Disciplinarse, dicen, es un principio básico para todo aquel que se jacte de ser priísta. Someterse, se oye denigrante.
gil_Lavenant@hotmail.com
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