martes, 22 de junio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

Los “visitantes distinguidos”
Por Gilberto Lavenánt
Como si fuese un concurso para ver quien tiene compas, amigos o conocidos más famosos o influyentes, los candidatos de las coaliciones “Por un Gobierno Responsable”, integrada por PRI-PEVM y “Por Baja California”, integrada por PAN-Panal-PES, han estado recibiendo a visitantes diversos.

Y estos, supuestos o presuntos “visitantes istinguidos”, llegan a Tijuana a decir a los tijuanenses que el candidato de la coalición que los invitó y que seguramente les pagó todos sus viáticos, es el candidato idóneo para la Alcaldía de esta ciudad, el que tiene mejores propuestas y el que tiene más y mejores cualidades, cuando que seguramente ni siquiera lo conocen o nunca antes en su vida lo habían visto o conocido.

Se sabe de la existencia de mujeres de la vida galante, como les dicen, pero de muy buen ver, que se dan el lujo de convivir en los altos círculos sociales, que son contratadas como damas de compañía, que se prestan, mediante el pago de fuertes cantidades de dinero, para aparecer al lado de ciertos individuos, muchas veces mediocres, dejados de la mano de dios y que quieren presumir de galanes, sin serlo.

Algo así como rentar un automóvil del año, para ostentar o aparentar riquezas que no se tienen, pero que sirven para apantallar y engañar, para engatuzar y con tal apariencia recibir atenciones o favores especiales.

Imaginen, nada más. Por citar un ejemplo, decir que doña Josefina Vázquez Mota vino a Tijuana a acompañar al candidato panista, Carlitos Torres Torres, significa que este un un político de altos vuelos, con magníficas relaciones en las esferas políticas nacionales, que podrá realizar importantes gestiones en beneficio de los tijuanenses. Eso es una mentira.

Díganlo si no. Si Carlitos es ahijado del Presidente Calderón, no necesita ser Alcalde de Tijuana para que interceda por los tijuanenses ante “su nino”, para que elimine el Siave, o para que cancele las reglas de importación de autos usados, que ocasionaron el cierre de casi todos los negocios del ramo y colaterales, dejando sin empleos a miles de bajacalifornianos y en particular tijuanenses.

Se supone que un padrino no le puede negar favores a un ahijado. Se supone. A menos que Carlitos no quiera darle la mano a los tijuanenses. Porque de que puede pedir el favor, puede. Así es que, en sentido contrario, es evidente que no quiere. En todo caso, habría qué preguntarle ¿Por qué no incluye la petición relativa a la solución de este tipo de problemas, en la lista de compromisos que anda firmando en campaña ?

Casi lo mismo se puede decir del candidato priísta, Carlos Bustamante Anchondo, que, entre otros, recibió la visita del Gobernador de Veracruz, Fidel Herrera. Que se sepa, nunca antes en la vida de ambos habían tenido encuentro alguno. ¿De qué le sirve a Bustamante, y en especial a los tijuanenses, que ambos políticos sean compas? A menos que el veracruzano abra fuentes de trabajo para los tijuanenses, allá en su entidad, si ya está por terminar su gestión y no tiene muy buena fama, que digamos.

Las observaciones sobre este tema, son aplicables para ambos candidatos, y hay que decirlo, porque luego surgen por ahí los seguidores de uno o de otro, que en muchos de los casos no son precisamente gratuitos. Por cierto, por si surgen las dudas entre los afines o militantes panistas, vale la pena aclarar o precisar que si de hacer comentarios políticos se trata, hay mucha más tela de donde cortar, cuando se trata de Carlitos, que de Bustamante. Aunque les incomode, pero es cierto.

Pero volviendo con los señores visitantes, o señoras, han de suponer que Tijuana es un rancho y que los tijuanenses son rancheros, que andan con huaraches y sombrero y que requieren que vengan fuereños a orientarlos, a indicarles el rumbo a seguir a la hora de tomar decisiones en materia política.

Aunque el abstencionismo es un serio problema electoral o político en Tijuana, los tijuanenses son de los ciudadanos más politizados en todo el país. Si no votan, es porque no desean hacerlo, o porque quizás ninguno de los candidatos “les llenan el ojo”, o simplemente decepcionados de la política y de los políticos, no porque no conozcan a los candidatos, o porque no sepan quien es el menos peor.

Los “damos” o “damas de compañía”, son simplemente prestadores de servicios, que en su mayoría reciben pago por ello y no influyen de manera alguna en la llamada intención de voto de los electores locales. Aunque se pregone que vienen a fortalecer la campaña de tal o cual candidato. Eso es un decir.

Pero hay periodistas que les siguen el juego a los equipos de campaña de tal o cual candidato, o atienden las consignas en tal sentido, y tratan de resaltar que el candidato que reciba más visitantes y presuntamente de mejor calidad o proyección política, al tener mejores compas, pues tiene garantizado el triunfo electoral el 4 de julio próximo.

Lo irónico es que algunos de esos “visitantes distinguidos”, más bien deberían ser “huéspedes distinguidos” de alguna cárcel de alta seguridad, o vienen a dar cursos especiales para realizar fraudes electorales. Revisen las listas de esos “visitantes distinguidos” y observarán que no se distinguen por cualidades o virtudes, sino por mañas y pésimos antecedentes.

gil_lavenant@hotmail.com

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