lunes, 14 de junio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Los votos nulos
Por Gilberto Lavenánt
A solo unos días de la celebración de los comicios del próximo 4 de julio, empieza a circular, en internet, mensaje dirigido a los electores, no tanto para votar a favor de tal o cual candidato, de tal o cual partido político, sino para anular el voto y para explicarles el significado de esto.

Se trata de establecer que más que mantenerse en la pasividad y la apatía, que generan el abstencionismo, acudan a las urnas a depositar su voto, pero anulando el mismo. Aunque sea pintando bigotes a los candidatos.

Aunque el mensaje fue elaborado para la contienda federal del pasado 5 de Julio del 2009, es aplicable para los comicios del mes próximo. Por eso se ha empezado a circular.

Cualquiera pudiese pensar que resulta absurdo acudir a votar, con el sólo propósito de anular el sufragio. Entonces, ¿para qué el esfuerzo de acudir a las urnas, si esto no favorecerá a ningún candidato?

Con gráficas sencillas, como si fuese con peras y manzanas, explica que el abstencionismo, aunque es enorme, no tiene significado a la hora del recuento de los votos. En cambio los votos nulos, si cuentan.

Dicho en otras palabras, el abstencionismo es algo así como flojera o apatía electoral. En cambio el acudir a anular el voto, es un acto deliberado, es una acción concreta, específica.
Ello, explica, se reflejaría en la disminución de los porcentajes de la votación obtenida por cada candidato, respecto del total de votos emitidos y podría representar la pérdida de registro para los partidos pequeños y por lo tanto el dejar de percibir las prerrogativas eonómicas, que le cuestan a los ciudadanos.

Pero resalta que lo más trascendente de los votos nulos, no son solo los números, sino los mensajes que ello implica, dirigidos a los candidatos ganadores, pero con porcentajes mínimos de votación, en los términos siguientes :

“…La mayoría de nosotros pensamos que no eres la persona adecuada para el cargo, y la única razón por la que ganaste es porque la minoría que te apoya es un poco menos raquítica que la minoría que apoya a tus oponentes. Y si hacértelo saber nos importa lo suficiente como para manifestarlo en las urnas, nos va a importar lo suficiente para mantener vigilado tu desempeño”.

“…La gran mayoría –muchos de los que los apoyan-, ya están hartos de ustedes, señores políticos. No confiamos, ni creemos en ustedes. No merecen ninguno de los privilegios que ustedes mismos se han concedido. Sólo ven por los intereses de sus partidos. Y como su único interés en nosotros se reduce a obtener nuestros votos, ninguno de ustedes recibirá el nuestro…”, continua.

Luego agrega : “…Acudimos a las urnas a rechazarlos a todos por igual. Somos muchos más de lo que ustedes quisieran creer, y no somos una minoría apática. Las decisiones que nos afectan a todos ya no pueden ser tomadas solamente por ustedes y en base sólo a criterios políticos. Y lo expresamos anulando nuestro voto porque es uno de los pocos medios de expresión política que nos queda”.

El mensaje es amplio, pero específico y contundente, además de que refleja la decepción y frustración de al menos el elector que lo elaboró y que fue difundido previo a los comicios del año pasado y que ya empezó a circular de nueva cuenta.

Ciertamente el abstencionismo preocupa a los políticos y en especial a los que andan en campaña contendiendo para un puesto de elección popular y cuyos proyectos se concretarán o aniquilarán el próximo 4 de julio. A la abstención, habría que agregarle la posibilidad de la anulación deliberada de votos, que reflejaría con mayor claridad y contundencia que los triunfos electorales están basados en minorías, cada día más pequeñas.

En las elecciones del 2007, en las que resultó electo el Alcalde Jorge Ramos, postulado por el PAN, de 962,471 personas con derecho a votar, solamente acudieron a las urnas el 42 %, o sea 406 795, de los cuales 5,587 fueron votos nulos. Estos últimos podrían aumentar en los próximos comicios.

Por cierto, aunque Ramos obtuvo el 49.04 % de la votación, obtuvo solamente 196,779 votos del total de 962,471 electores inscritos en el padrón electoral, o sea logró la Alcaldía con el voto de solamente el 20.44 % de los electores. Esa, definitivamente, es una minoría.

El 79.56 % restante de los electores tijuanenses, no se pronunció a favor del candidato panista, sino que votó por otros candidatos o simplemente se abstuvo de hacerlo, o deliberadamente anuló su voto. Dicha en otras palabras, gobiernan las minorías. Las mayorías duermen el profundo sueño de la apatía e indolencia.

En tales condiciones, nadie puede cantar victoria, antes de tiempo.

gil_Lavenant@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario