* Iniciativa México
Por Gilberto Lavenant
Desde que se aproximaba el 2010, empezaron a surgir y fortalecerse los temores de que en este año, se presente la tercera revolución mexicana, una nueva lucha de los mexicanos por subsistir, por encontrar condiciones mejores de vida. La crisis económica y política vivida a inicios del presente año, incrementó los temores en ese sentido.
Las especulaciones y los temores están latentes. Las condiciones prevalecientes en el país evidencian la posibilidad del nuevo estallido. Esto, asociado a los acontecimientos históricos nacionales. En 1810, el movimiento de independencia. En 1910, la llamada Revolución Mexicana. En e1 2010, el surgimiento de un nuevo sistema político.
Ya se vive una guerra, muy intensa, pero como consecuencia de la degeneración social, producto de la corrupción. Miles de mexicanos han muerto y no precisamente por causas sociales, sino a manos del crimen organizado, que se ha apoderado de la vida nacional.
Pero no es esa la guerra esperada y temida por los mexicanos, sino un estallido social, tendiente a cambiar el sistema político mexicano, agotado después de 70 años de excesos y desviaciones de gobiernos priístas y al que los panistas vinieron a darle la “puntilla”. Como cuando sacrifican al toro de lidia, tirado en la arena del redondel.
Solo que los tiempos cambian y en los mexicanos existe la esperanza de que esa tercera revolución no precisamente sea una de carácter armado, como las dos anteriores, sino una lucha social, distinta, democrática, pacífica, de consensos, en la que no haya derrotados, ni derramamiento de sangre, que permita renovar al sistema político mexicano, que ya no da para más. Aclarando, que los mexicanos no soportan ya más.
Por ello, en principio, como una muestra de que es posible esperar ese tipo de movimientos, que den los cambios anhelados, se recibió con enormes y halagadoras expectativas la presentación del programa llamado “Iniciativa México”.
No era para menos. Bastó solo ver a los integrantes del Consejo Técnico que lo organiza y promueve, para advertir que sin duda alguna se trataba de algo muy bueno para el país. Emilio Azcarraga Jean, Presidente de Televisa, Ricardo Salinas Pliego, Presidente de TV-Azteca, José Narro Robles, Rector de la UNAM, Yoloxóchitl Bustamante Díaz, Directora General del IPN, Rafael Rangel Sostmann, Director del Tecnológico de Monterrey, y destacados politólogos y empresarios de la talla de Héctor Aguilar Camin, Federico Reyes Heróles, Juán Ramón de la Fuente, Homero Aridjis, Julieta Fierro Gossman, Alejandro Ramírez Magaña, Director General de Cinépolis, Armando Laborde de la Peña, Director de Ashoka México, Lorena Vázquez Ordaz, Directora General de The Hunger Project y Rodrigo Villar Esquivel, Director General de New Ventures.
Iniciativa privada y representantes de las instituciones educativas más importantes del país.
La propuesta inicial, planteada en la convocatoria, es fabulosa : “…Iniciativa México es un proyecto de alcance nacional, creado con el fin de contribuir a rescatar y exaltar al México dinámico y emprendedor. El objetivo es detonar una reflexión profunda sobre lo que podemos hacer para construir un mejor país y reconocer los esfuerzos de aquellos que ya lo están haciendo. Con Iniciativa México se destacarán los proyectos más sobresalientes para seguir alentando liderazgos que han logrado cambios desde la sociedad”.
Todo, en principio, estaba de maravilla. Bueno, estaba, hasta que presentan, para la apertura del mismo, a Javier Aguirre, Director Técnico de la Selección Nacional de Futbol. Ahí el sueño se hizo chiquito. Lo vemos y lo escuchamos en la televisión con frecuencia. Tratando de motivar a los mexicanos, pretendiendo exaltar el nacionalismo nacional.
Esto, aunado a la cercanía del inicio del campeonato nacional que se llevará a cabo en Sudáfrica, hace aparecer a “Iniciativa México”, como una simple campaña de mercadeo publicitario, con el objetivo de incendiar la pasión futbolera de los mexicanos, lo que al final de cuentas redunda en negocio redondo para todos.
Guardadas las proporciones, y dicho con todo respecto, reconocer a Iniciativa México como el surgimiento de una lucha social que pudiese convertirse en la tercer gran revolución mexicana, sería tanto como equiparar a Aguirre con Hidalgo y con muchos otros héroes mexicanos. Esto, más que alentador, resulta grotesco.
No es lo mismo nacionalismo que pasión futbolera. El destino de nuestro país no se resuelve en un partido de futbol. El campeonato, seguramente será un gran distractor para los mexicanos, que olvidarán, durante algunos días, sus penurias y carencias. Pero hasta ahí. Darle mayor relevancia al evento deportivo, sería tanto como imaginar que en el remoto caso de que México obtuviera el primero o segundo lugar, los integrantes del Tri serían declarados héroes nacionales.
Ojalá que Iniciativa México logre magníficos resultados, pero su inicio fue malo, muy malo. Ahora resulta que Aguirre es nuestro guía espiritual y sustento del nacionalismo mexicano, cuando que muchos quisieran ahorcarlo cuando su equipo desborda mediocridad. Lástima de proyecto.
gil_lavenant@hotmail.com
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