TIJUANA (laCh.com).- "¿Tu crees que se desprenda la península?", pregunta con inocencia infantil. "Es que le tengo pánico a esas cosas, te juro que ya me voy a ir de aquí, ya no quiero vivir en Tijuana".
Lizeth Hernández, de 30 años de edad y residente de la colonia Obrera, dice estar convencida que ya no quiere vivir en Tijuana por ser una zona sísmica.
"Les tengo más miedo a los temblores que a las matazones", dice.
Como ella, miles de tijuanenses entraron la noche del martes en pánico al registrarse un par de sismos.
El primero, de 3.6 grados en escala de Richter, ocurrió a las 8:52 de la noche con epicentro a 6 kilómetros de Coronado, en San Diego. El segundo, de 4.3, fue a 54 kilómetros de la costa de Rosarito.
Ambos movimientos telúricos están relacionados a la falla de San Andrés, la cual atraviesa California. Los sismólogos creen que esta región sufrirá un potente terremoto en algún momento no específico.
Las autoridades consideran que la mejor forma de hacerle frente a lo que parece inevitable, es estar preparado.
Pero Lizeth la única solución que ve es agarrar a sus dos hijos, de 9 y 3 años, e irse a Aguascalientes.
"Ya hablé con mis papás y con el papá de mis hijos, ya les dije que me voy, quiero vender o rentar mi casa y adiós Tijuana", dice todavía con la angustia que recién le provocaron los movimientos. "Esas cosas para mí son lo peor, yo no sé cómo no me dio un infarto con el del 4 de abril".
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