Por Javier Malacara
* Has obra que sobra
En días pasados, el miércoles para ser exactos, después de cumplir con mis obligaciones laborales, tuve la fortuna de que una chica muy guapa me hiciera el favor de invitarme al cine (la muy coda aprovecho que era miércoles de dos por uno), y nos dirigimos al pabellón grand Rosarito, en cuento llegamos, ella me señalo una de las mesas del vips, en donde se encontraban tomándose un café (hasta ese momento no había ninguna sospecha, ni mucho menos una mala espina), el director de la promotora de desarrollo urbano de Rosarito PRODEUR por sus siglas, el arquitecto Arturo Rascón Murrieta, acompañado de los dos uruguayos que son directores operativos, el señor Edmundo Ballete (que por cierto es compadre del Arq. Rascón y trabajo en la dependencia que dirige su compadre) que funge como representante legal, ambos tres de la compañía CSI S.A y CONSA S. de R.L. y el supervisor residente de supervisión de las obras de la misma compañía.
Esta imitación de Jennifer love y yo nos dirigimos a la taquilla de las salas de cinematografía a comprar los boletos, a lo que nos vendieron unos tickets para la sala número cuatro, en el horario de las siete cuarenta de la noche, lo que nos indicaba que había el tiempo suficiente de ir a tomarnos un cafecito, a donde cree, si, efectivamente mi querido lector, pensó correctamente al vips, y nos sentamos en la mejor mesa, aquella que tenia la mejor vista hacia la puerta de entrada y salida del restaurante, alrededor de las siete de la noche, hizo su aparición triunfal en la puerta del restaurante el ingeniero Manuel Espinosa, director regional de la compañía constructora CONSTRUPLAN (fue entonces cuando seguí el consejo de mi abuelo que siempre decía, ”piensa mal y acertaras”).
Me decidí a prepara mi cámara fotográfica y dirigirme hacia ellos, entre al salón donde el ingeniero Espinosa director de CONTRUPLAN estaba de espaldas hacia mí, y pronunciando literalmente las siguientes palabras: “necesitamos bajar el 25 % la calidad de las obras, para que nos quede más”, en ese momento fue cuando accione el botón de mi cámara que activa la toma de la imagen y zaz les hice la primera toma, le di la vuelta a la mesa y zaz la segunda toma, fue entonces cuando los dos uruguayos comenzaron a inquietarse y levantándose de sus sillas replicaron: “¿qué está pasando?, ¿quién es él?” el arquitecto Rascón solo se meció los cabellos con las manos y después metió las manos a las bolsas de su chamarra, mientras que el representante legal de la compañía que va a supervisar las obras y compadre del arquitecto Rascón, el arquitecto Edmundo Ballete empujaba la mesa y se preguntaba ¿porque?.
Para hacerles un poco de historia, como recordaran en el anterior articulo les comente que algunos meses atrás se llevo a cabo el proceso de licitación para la supervisión de las obras y otro proceso para la ejecución de las mismas, donde las dos compañías antes mencionadas “ganaron los concursos”, con un proceso opaco, turbio, gris, nebuloso, obscuro o como usted lo quiera llamar mi querido lector, pero lo que huele a podrido, es que por lógica este sujeto de apellido Rascón, encargado de administrar los doscientos veinte millones de pesos, no tuvo porque hacer dicha reunión:
1.- las juntas referentes a lo que es el trabajo, no se pueden hacer en cualquier lugar y mucho menos llegar a los restaurantes como ladrón en la noche, la pregunta es ¿Por qué en la noche y no en el día? , ¿Por qué en un restaurante y no en el palacio municipal?, ¿Por qué reunir al ejecutor y al supervisor de las obras de pavimentación y no invitar a nadie de sindicatura? o ¿Por qué no fue anunciada la reunión y abierta al público?.
2.-no es ético que se reúnan en un restaurante, tanto el que está ejecutando las obras de pavimentación, como el que le tuviera que señalar lo que está mal hecho, como si tuvieran que reunirse para ponerse de acuerdo para que no señale algunos desperfectos en la pavimentación.
3.-pero lo más inmoral es que el alcalde Hugo Torres Chabert, haga caso omiso a lo que se denuncia, (o que le valga madre) siempre y cuando a él le llegue lo suyo, o a que se refería el ingeniero Manuel Espinosa cuando dijo: “necesitamos bajar el 25 % la calidad de las obras, para que nos quede más”
O que se haga el engañado una vez más, para así no tener responsabilidad alguna y una vez más joderse en el pueblo al fin y al cabo solo eso les falta y los dejo, porque ya estoy muy molesto y cuando me enojo “me da un hambre” que solo yo lo aguanto y eso no me gusta.
Hasta la próxima…
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