jueves, 11 de febrero de 2010

COLUMNA: Expediente Político

Por Alfredo Calva
* La cola del “Diablo” Castro Trenti en el PRI
Creer que el “diablo” Fernando Castro Trenti, dejaría de meter su “cola” en los procesos internos del Partido Revolucionario Institucional, seria rayar en la estulticia plena, los intereses de este personaje siniestro de la política estatal se encuentran sobre cualquier interés de partido o de beneficio a la comunidad, y Playas de Rosarito, no podría ser la excepción.
La inquietud que ha generado la contienda electoral

La inquietud que ha generado la contienda electoral en la que se renovara la alcaldía y la diputación del 16 distrito local, en el tricolor a permitido aflorar el deseo de algunos de sus miembros por lograr la nominación oficial de su partido para contender en la constitucional y así conseguir suplir en el cargo de alcalde a Hugo Torres Chabert, y a su vez, por primera ocasión, ser un gobierno emanado del PRI.
Sin embargo, los deseos insanos del “diablo” no permitirán que el tricolor aterrice de buena forma la contienda interna y con ello salir fortalecidos en ;pos de la presidencia municipal. Para ello utiliza a su arlequín político en Rosarito, Antonio Serret, personaje regordete que transita con un aparente bajo perfil, empleando al mas puro estilo del “diablo” Castro Trenti, la mentira y el engaño a sus correligionarios de partido, con la única finalidad de crear un enfrentamiento interno que genere el pretexto que busca su amo y patrón, para poder imponer un candidato adhoc que no represente peligro alguno para el abanderado de Acción Nacional.
El pronunciamiento hecho a favor de Javier Robles Aguirre, por parte de los lideres de algunos de los sectores del tricolor el pasado martes, pronunciamiento no consensuado con los integrantes de cada sector, convocado e incentivado por el “gordito” Serret, a la que por cierto, con mal tino asistió el dirigente municipal de se instituto. Enrique Esquivel, en el que pidieron a Robles Aguirre, inscribirse en el proceso interno para lograr la candidatura, no solo fue ridículo, si no también un hierro político, y acelerante de una división y confrontación interna, en beneficio del muy particular interés del senador Fernando Castro Trenti.
Si el deseo de la mayoría de los miembros del Partido Revolucionario Institucional, es lograr un consolidado y unificado órgano político para la contienda que se vive, deberán ajustar cuentas con los lideres de cada sector y consensuar de forma democrática el camino y la manifestación de apoyo al candidato de su preferencias, pero en el contenido de no romper la armonía partidista y la unificación y fortaleza total en torno de quien resulte designado a la candidatura, en base a las reglas que se establezcan en la convocatoria para tal fin.

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