TIJUANA.- Como un libro que habla de valores y promueve el aprecio por la cultura nacional, definió la escritora Vianka Santana su libro Patrimonio en la tierra encantada, una novela que si bien fue escrita para niños la pueden disfrutar también los adultos.
Como parte de la presentación del programa de Promoción Escolar, que reúne el conjunto de actividades que el Centro Cultural Tijuana (Cecut) ofrece a la población escolar, la escritora y pedagoga desmenuzó el contenido de su libro ante el grupo de maestros y representantes del Sistema Educativo que se dio cita en El Ágora el miércoles 27 de enero.
Publicado en la colección editorial del Cecut, el libro de Vianka Santana relata la lucha que libran la niña Magenta y sus amigos por poner a salvo la selva Lacandona de las ambiciones de Globalisco y sus secuaces, quienes pretenden talar los árboles del lugar sin importar que ello atente contra la naturaleza, que es patrimonio de todos y no de unos pocos, según argumenta el texto.
Ambientada en la reserva natural de Montes Azules, en Chiapas, esta novela infantil busca interesar a los lectores en torno a la necesidad de defender tanto las comunidades indígenas y su cultura ancestral, como los ecosistemas, que son sustento de la vida, para evitar que los grandes intereses aprovechen su riqueza y acaben con la vida natural.
Si bien el libro fue escrito pensando en los niños, en realidad Patrimonio en la tierra encantada no está dirigido únicamente al público infantil, sino también a los padres de familia y a los maestros, como una forma de interesarlos en el tema y cobrar conciencia sobre los peligros que amenazan tanto el equilibrio natural, como el patrimonio cultural, aclaró su autora.
Antes de leer varios fragmentos de su novela, Vianka Santana explicó que parte de su motivación por escribir literatura infantil obedece al interés de fomentar el hábito de la lectura.
"Estoy convencida de que para formar lectores tenemos que hacer un esfuerzo semejante al que hacemos cuanto intentamos enseñar valores, porque la lectura es un valor en sí mismo, es un valor hedonista, porque tiene que ver con el placer de leer, el placer de conocer, el placer de desentrañar información", manifestó la escritora.
En relación con la lectura, dijo que "hay una fórmula muy clara que señala que si queremos formar niños lectores, el docente tiene que ser a su vez lector". De allí que su libro esté destinado por igual a niños y adultos.
Especificó que Patrimonio en la tierra encantada tiene dos niveles de lectura: uno que es meramente anecdótico y que va dirigido a los niños, quienes se llevan el relato de esta aventura en la selva Lacandona, pero hay un segundo nivel de lectura que está dirigido a padres y maestros, y tiene que ver con esos temas que pocas veces se tratan en el aula como son los temas relacionados con el patrimonio cultural, tanto tangible como intangible, de los pueblos.
La novela sucede en Chiapas, habla de grupos étnicos como los tzotziles, tzeltales y mayas, así como de su cultura y costumbres, y describe el desplazamiento a que se ven obligados los indígenas, ahuyentados por la llegada de un grupo de hombres que empieza a talar los árboles de la selva porque proyecta construir un gran parque de diversiones, denominado "Divermaya", con sus carreteras, centros comerciales y demás, lo que tratan de impedir Magenta y sus amigos.
Sin embargo, este viaje por la selva no es sino la forma en que los niños van a reencontrarse con la memoria histórica, las costumbres y los mitos mayas, para poder vencer a las huestes de Globalisco y poder devolverle a la selva la tranquilidad, aseguró la autora de Patrimonio en la tierra encantada.
La intención es que los niños conozcan nuestra historia, nuestro patrimonio cultural y que no veamos a los sitios arqueológicos como zonas turísticas, sino como un valor nacional y lo apreciemos, dijo finalmente Vianka Santana.
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