ESTADOS UNIDOS.- El presidente Barack Obama puso a la generación de empleos como la prioridad número uno en 2010, en su primer discurso del Estado de la Unión, respondiendo a lo que las encuestas indican como las mayor urgencia del pueblo estadounidense.
Con una sala repleta de invitados, el mandatario hizo gala de sus dotes oratorias para mandar un mensaje claro a la población: "Más que la política de Washington, mi prioridad es mejorar la situación de vida de cada uno de ustedes y recuperar su confianza".
"A pesar de nuestras privaciones, nuestra unión es fuerte. No nos rendimos, no renunciamos. Tenemos que reconocer que enfrentamos más que un déficit de dólares. Enfrentamos un déficit de confianza, profundas y corrosivas dudas sobre cómo funciona Washington. Para cerrar esa brecha debemos actuar; realizar el trabajo abiertamente y darle a las personas el gobierno que merecen", dijo Obama.
El Estado de la Unión, sobre todo el primero dado por un presidente, es un momento decisivo que marca un sello, no sólo de las políticas de la Administración de turno, sino también del estilo y efecto directo que el Presidente genera en el público.
En la opinión del ex redactor de alocuciones del vicepresidente Al Gore y autor del libro El compañero de un escritor de discursos, Robert Lehrman, Obama tuvo un buen desempeño. "Hizo tres cosas muy bien, admitió errores, pero al mismo tiempo tomó crédito por los avances logrados; cambió el foco principal desde salud a trabajos y finalmente generó credibilidad. Las personas no se convencen sólo con evidencia. El orador debe generar agrado. Él usó el humor, en un punto incluso llamó a su esposa con un apodo", explicó.
Como escritor de discursos, creo que la alocución fue muy directa y concreta. El texto fue en un lenguaje simple, que está a un nivel comprensible para la mayoría de los estadounidenses", comentó.
En cuanto a empleo, el Presidente aseguró que el proyecto de ley que actualmente está en el Congreso es la vía para aumentar los trabajos. Asimismo, enfatizó que los pequeños negocios son las piezas clave para avanzar en esta área. Siguiendo esta línea anunció que usará 30 mil millones de dólares provenientes del dinero que ha devuelto Wall Street para darle créditos a los pequeños negocios, esto además de rebajas sustanciales en los impuestos de este grupo.
"Quiero tener un proyecto de ley de empleos sin demora alguna", dijo Obama.
En el área económica, el mandatario reiteró su intención de tener un congelamiento de tres años a las agencias nacionales presupuestarias, con excepción de las áreas relacionadas con seguridad, seguro social, Medicaid y Medicare, comenzando 2011.
"Esta propuesta no es más que una pequeña ventana para una reducción del déficit a largo plazo, y vilipendia de manera poco apropiada el gasto doméstico", opinó, Lawrence Mishel, presidente del Instituto de Política Económica.
Obama también reiteró las iniciativas destinadas a mejorar la situación de la clase media, como aumentar los créditos tributarios y nuevos límites en los pagos de préstamos estudiantiles.
"Desafortunadamente estoy decepcionada de que el Presidente no mencionara una nueva iniciativa específica para la creación de empleos. Lo dejó todo en manos del Congreso. Obviamente que los anuncios que afectan a pequeñas empresas generarán trabajos indirectamente, pero los latinos están esperando una acción concreta y liderazgo de la Administración para poner a la gente a trabajar. Específicamente una estrategia para mejorar la situación de las comunidades de color", comentó Catherine Singley, analista de política económica y desempleo del Consejo Nacional de la Raza (NCLR).
Como se esperaba, el mandatario mencionó a inmigración como uno de los temas pendientes en su agenda; sin embargo, esta área no ocupó un lugar de alto perfil en el discurso, siguiendo la postura que ha adoptado la Casa Blanca, de dejar que el Congreso sea el que lidere los avances en torno a este tema.
"Necesitamos continuar nuestro trabajo para reparar nuestro sistema roto de inmigración, para asegurar nuestras fronteras, hacer cumplir las leyes y cerciorarnos de que todos los que cumplan las leyes puedan contribuir a nuestra economía y enriquecer a nuestra nación", aseguró Obama.
"Es mejor esto que no tener ninguna mención en el discurso. El Presidente básicamente lo dejó en manos del Congreso y en el hecho de que se logre un acuerdo bipartidista para empujar la reforma", aseguró Frank Sharry, director ejecutivo de America's Voice.
"Mucha gente estará decepcionada con la mención que tuvo inmigración, pero personalmente nunca pensé que esto sería más que una frase breve. El Presidente está preservando su capital político, para usarlo estratégicamente en el momento indicado", agregó.
La respuesta republicana no se hizo esperar. En su réplica, el congresista Mario Díaz-Balart enfatizó respecto al congelamiento del gasto público que "aunque eso es mejor que nada, es sólo un pequeño paso en el proceso de mejorar la economía. Las circunstancias exigen que nos recapacitemos y pongamos límite a los gastos del gobierno, tanto el federal como el estatal y el local", dijo.
"Sin una reforma, el crecimiento excesivo del gobierno amenaza nada menos que nuestra libertad y prosperidad". A su vez, el legislador respondió a la crítica realizada por Obama al Partido Republicano donde recalcó que "la política de decir no a todo no corresponde a buenos dirigentes" y al llamado a presentar propuestas concretas para solucionar los problemas actuales en salud.
"Lo haremos con soluciones de sentido común y que quede muy claro que estas soluciones no son de mil páginas, creadas en secreto, a puerta cerrada, negociando sólo con los grandes intereses. No como lo ha hecho el liderazgo demócrata, eso no es aceptable", dijo Díaz-Balart.
Los números de popularidad del Presidente previos al Estado de la Unión seguían bajos. Mientras el índice de aprobación de Gallup bordeaba el 48%, una encuesta de Zogby Internacional realizada a 2,377 votantes durante la tercera semana de enero, mostró sólo un 43% de los participantes votando por reelegir al mandatario, mientras un 50% declaró que se inclinaría por otro Presidente.
TOQUE HISPANO
Dos de las personas invitadas a presenciar el Estado de la Unión eran hispanos: Juan Carlos Yépez, presidente de Mainstream Global de Massachussets, y la estudiante Gabriela Farfán, ganadora del premio Intel 2009, quien ha realizado investigación en resistencia a schocks térmicos.
"Estoy muy emocionada. Vino como una sorpresa, todavía no puedo creerlo. Creo que fui escogida para estar acá porque creo que el Presidente quiere destacar la importancia de la educación, sobre todo en el área de matemáticas y ciencia", dijo a La Opinión/Impremedia.
Además de esto, por primera vez cadenas de televisión latinas tuvieron acceso al tradicional almuerzo que el mandatario realiza previo al discurso.
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