Por Teresa Gurza
Hace pocos años escribí un artículo en el que me preguntaba si nos habíamos vuelto locos, para gastar tanto dinero en partidos políticos que no respondían a las expectativas; y que gastaban sin ton ni son en publicidad sin propuestas y en esa basura, que son los carteles.
Ahora estoy convencida, que sí lo estamos.
Sólo así puedo entender que en un país con tanta desigualdad y pobreza como el nuestro; en un país con desempleo galopante y mínimo gasto en educación, investigación y salud, dilapidemos 19 mil 187 millones de pesos en este año de elecciones intermedias que a pocos importan.
Suma criminal para las realidades y carencias de México; y además, desproporcionada a la calidad de los consejeros del IFE y la mayoría de los aspirantes a puestos de elección popular.
Lo relevante entre los actuales políticos de todos los signos, es que son los mismos de siempre; o familiares cercanos de los mismos de siempre.
Por lo que puede anticiparse que poco harán por sus estados, distritos, municipios y electores; y que si bien nos va, caerán en la inercia; y si mal, en la corrupción.
Y mientras los monopolios televisivos los promueven hasta el aburrimiento, las notas de pistoleros, sicarios, policías y soldados llenan los noticieros y 46 bebés mueren en una guardería concesionada no al mejor postor, sino al mejor pariente.
El PRD se desmorona, perdiendo enorme capital político en pleitos, malversaciones y tonterías; y también por las conductas de Jesús Ortega y Andrés Manuel López Obrador; quien habla de democracia, pero trata pésimo al infeliz candidato a delegado de Ixtapalapa y lo obliga a prometer que si gana la votación renunciará en beneficio de Clara Brugada.
El PAN hace como que cree que todo lo tiene; pero no ha de estar tan convencido, cuando necesita ungir al presidente Calderón y presumirlo hasta el cansancio, como el único que nos puede salvar del narco.
El PRI parece que va a volver con las que piensa son sus mejores cartas; unas quemadas, las otras desconocidas.
Políticos de todas partes se turnan puestos, cargos, curules y partidos, con tal de continuar amasando lana y poder.
Y como no hay nada nuevo bajo el sol, las “operaciones cangrejo” que ocurrían cuando al iniciarse los conteos de votos, todos se daban por ganadores; se reproducen hoy para eludir responsabilidades.
Así, los culpables declaran inicialmente su inocencia; y avientan al aire frases como esas de que no van a permitir tal o cual cosa, que investigarán caiga quien caiga, que no les temblará la mano para hacer justicia, que el que nada debe nada teme…
Para luego retroceder cual cangrejos electorales.
Como el procurador Medina Mora, que primero exculpó a los dueños de la guardería siniestrada y ahora acepta que hubo fallas, pero sigue sin detener a nadie.
Y es que es muy raro que con los altos puestos, llegue de pilón la inteligencia para hacer declaraciones.
De otra manera no se comprende que se haya dicho que “los niños muertos serán curados y enterrados sin costo para sus padres”.
¿Será que para esos funcionarios, el significado de costo es sólo el económico; y no los sentimientos de los que ya no verán sonreír o correr a un hijito?
Pero a pesar de todo, tenemos que agradecer a los políticos que en cuanto se les inmiscuye en algo feo, ventanean a sus vecinos permitiendo que nos enteremos de sus componendas.
Así ha ocurrido siempre; y así está sucediendo con los responsables del embodegamiento de bebés en Sonora, como atinadamente lo bautizó Miguel Angel Granados Chapa en su artículo de Proceso.
Y si no fuera tan indignante y triste, sería divertidísimo ver cómo van apareciendo los nombres de hermanos, primos, sobrinas, cuñados y allegados de priístas y panistas; y sus maromas para zafarse de la ley.
Cuentan para ello con la complicidad de las alturas; porque además del parentesco con los dueños y el descuido con la vida de los niños que debía proteger, el gobierno calderonista ha resultado ser lento y desordenado con sus archivos; y a casi dos semanas del incendio de la ABC, no ha podido siquiera proporcionar la lista de las personas a las que ha subrogado guarderías.
Y para rematar el circo de los últimos días, sale Elba Ester Gordillo presumiendo alianza con Televisa, y un “nuevo” programa de TV.
De nuevo sólo tiene el nombre, porque lleva más de un año trasmitiéndose en la televisión chilena; que a su vez lo copió de otro país.
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