Por Alfredo Calva
Resulta que no solo Alfredo Álvarez Cárdenas, coordinador de Gabinete en el gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmedo, ansía con ambición desmedida el cargo de Secretario General de Gobierno que ostenta Catalino Zavala Márquez, el cuál busca a través de intrigas palaciegas apoyado en la figura del Secretario de Hacienda, Ricardo Moreno, sino que ahora también se suma a esta odisea un personaje de mala imagen pública y peor fama política, cuya sola presencia emana un fétido aroma a corrupción, su nombre, Arnulfo “Fufo" Guerrero León.
Tras su traición, por haber operado en favor de Morena en el pasado proceso electoral, lo que originó en consecuencia su salida del partido político, el PAN, que le permitió enriquecerse sustancialmente gracias a las diversas posiciones y cargos de elección que ocupó, fue incrustado en la subsecretaria de gobierno para ser el vínculo del gobierno con el poder legislativo, por su nuevo mecenas,-ya que traicionó a los líderes transportistas que lo financiaban de manera unilateral con las aportaciones de sus agremiados y que lo llevó a enfrenar una denuncia penal ante lo que hoy es la FGE-, Fernando Beltrán, el compadre favorito y gran beneficiado en el gobierno de Francisco Vega de Lamadrid.
Desde su llegada a la subsecretaria de gobierno, Fufo Guerrero se ha dedicado fundamentalmente a dos tareas, por el empeño que pone en ambas, son las consignas a corto plazo que le asignó su mecenas, en primer término, cabildear para convencer a la mayoría de los diputados de la XXIV Legislatura, de realizar las reformas necesarias para que la potestad de otorgar las anuencias de venta de alcohol que hoy guardan los gobiernos municipales, pase como facultad exclusiva a la administración estatal y, sea en él, en quien se descanse esa exclusividad y con ello lleguen los sustanciales recursos oficiales extraoficiales que tanto le apasionan y lo han enriquecido.
Y, lograr quitar de la titularidad de la Secretaría General de Gobierno a quien hoy es su superior, Catalino Zavala Márquez, esto, a través de un trabajo soterrado de denostación y de filtración de información tergiversada del funcionario entre los integrantes del primer círculo y asesores de la gobernadora Marina del Pilar, es decir, esta realizando lo que es costumbre en un personaje de su ralea y nula moral política.
Difícil, por no decir imposible que Fufo Guerrero cumpla con sus objetivos, sobre todo, porque tendrá que pasar por encima del coordinador de gabinete Alfredo Álvarez Cárdenas, quien al igual que Guerrero ambiciona el cargo que ostenta Zavala Márquez, posición que por su fuerza y poder político que conlleva sueñan tener, pero que, por la naturaleza, importancia y trascendencia del mismo, este lo asigna el titular del ejecutivo a quien no solo reúna el perfil técnico, sino que sea confiable y tenga sentido de lealtad, deficiencias destacables en Arnulfo “Fufo" Guerrero León.
Corrupción o indolencia en IMOS….
En el gobierno de Jaime Bonilla los municipios cedieron constitucionalmente a través de una reforma la potestad de autorizar y regular el transporte público al gobierno del estado y con ello, la caterva de liderazgos de los trabajadores del transporte buscó afanosamente enquistarse en el nuevo orden gubernamental en busca de recuperar el nicho de confort y corrupción que perdieron al pasar el transporte de los municipios al estado.
Pese a las promesas de Bonilla de que los actos de corrupción que se llevaban a cabo en los gobiernos municipales no se repetirían en su gestión, la realidad mostró y demostró que lo suyo solo fue simulación, doble discurso, demagogia simple para ocultar bajo la alfombra los actos que funcionarios de IMOS coludidos con liderazgos nocivos del transporte público, continuaron con sus prácticas irregulares en perjuicio de los trabajadores del volante y, en sustancial beneficio económico de su gavilla.
Con la llegada de Marina del Pilar Ávila Olmeda como gobernadora del estado, se género entre los transportistas de a pie la esperanza de que a quien designara en la titularidad de IMOS llegaría a trabajar correctamente y la corrupción se erradicaría del instituto, sin embargo, a cuatro meses del cambio de administración estatal y el nombramiento en la dependencia de Jorge Alberto Gutiérrez Topete, las cosas siguen tal como con el ex gobernador Jaime Bonilla.
A lo anterior, se le ha sumado el acoso y extorsión del que son objeto por parte del personal de lo que fueron las dependencias de tránsito y transporte en los municipios, quienes bajo el argumento de que sus alcaldes firmaron acuerdos, que no presentan, con el director de IMOS para inspeccionar al transporte público y, como en Rosarito hasta el de empresas privadas, hacen en contubernio de sus delegados en cada demarcación, una actividad de gran recaudación monetaria que va directo a las alforjas personales de mandos superiores.
Ya es tiempo que la gobernadora Marina del Pilar haga una asepsia en IMOS y se deshaga de todos los nocivos funcionarios que en colusión con líderes transportistas, emplean la dependencia para allegarse recursos económicos mal habidos.
Y mientras tanto….
Después de tres meses de ausencia, la gobernadora Marina del Pilar Ávila, visitará el municipio de Rosarito.
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