Por Alfredo Calva.
La pregunta surge del alcalde de Tijuana Arturo González Cruz en respuesta a un cuestionamiento directo de un reportero, la cuál aprovechó para expresar sus vituperios en materia de combate a la inseguridad, especialmente en los crímenes de alto impacto, lo que ha contribuido, dijo, a que el gobierno de Jaime Bonilla no haya resultado con mayor número de asesinatos que el de su antecesor, Francisco “Kiko" Vega de Lamadrid.
Y aprovechó el punto de inflexión para cuestionar sobre el trabajo que hasta el momento ha realizado la FGE a cargo de Guillermo Ruíz Hernández, en el esclarecimiento de los crímenes que se han registrado en el período desde que está al frente de la entidad procuradora de justicia.
No se requiere ser Einstein para saber que los resultados de Ruíz Hernández son magros en general, pero en lo que se refiere a la resolución de los asesinatos cometidos desde que inició su gestión como fiscal, son nulos, y ya ni mencionamos lo relativo a los feminicidios, rubro en el que la FGE se encuentra extraviada por incompetente y carente de voluntad de su titular y subordinados.
Ruíz Hernández, el famoso “Titi", estólidamente ha comprado la idea de que a través de boletines de prensa insulsos emanados de una impostada dirección de comunicación social con imperante nepotismo, comunicados dignos de ser considerados como excelentes libretos para una serie televisiva como La Rosa de Guadalupe, le permiten cubrir la ausencia de resultados sustanciales que muestren y demuestren a los bajacalifornianos, que su presencia en esa entidad gubernamental no sólo se debe al lazo filial existente entre el gobernador Jaime Bonilla y él.
Que la transformación de la Procuraduría General de Justicia en Fiscalía General, no se realizó como un simple obsequio de su compadre sólo para que él tuviera un juguete gubernamental para sentirse Eliot Ness y se pusiera a jugar a Los Intocables, sino por el deseo del gobernante de llevar a cabo un cambio sustancial en benefició de los ciudadanos en materia de procuración de justicia y resarcir con ello, las indolentes, complacientes, corruptas y nefastas actuaciones de sus antecesores.
A casi un año de su conversión como fiscalía y el haber sido ungido como su primer titular a través de torcer la ley por parte del genuflexo y domesticado poder legislativo existente, Ruíz Hernández ha generado en la mayoría de los ciudadanos el mismo pensamiento, de que carajos sirvió transformar la Procuraduría en Fiscalía y dotarla de “autonomía”, si en la praxis su titular, en el mejor de las comparaciones, ha resultado igual a lo que se fue.
En la función pública, cuando no se capaz, se vale renunciar.
Y mientras tanto….
Hasta cuando entenderán el gobernador Jaime Bonilla y su maleable Secretario de Salud, que han atacado mal la pandemia. Traen una mortandad de más del nueve por ciento.
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