Por Sergio Anzures.
En Tijuana y Tecate hay bandas de niños de 12 y 13 años que se dedican a intimidar a sus profesores y a robar a sus compañeros de escuela, incluso, a vender droga. Ya algunas han sido desarticuladas por la autoridad municipal y estatal.
De no atenderse este problema social, se incrementará en los próximos años en los municipios de Baja California, principalmente en Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito.
Por ejemplo, en el municipio rosaritense se detectó en una escuela secundaria pública a través del operativo mochila, que los alumnos de entre 12 y 14 años, utilizan artefactos como cartuchos útiles, plumones que adquieren y se convierten en pipas para fumar o la tradicional manzana que utilizan con el mismo fin.
En una secundaria de Tijuana de Lomas Verdes, de la delegación La Presa (omitimos los nombres de esas escuelas), alumnos y lavacarros les cobran protección a profesores y, si no pagan la cuota, les rompen los cristales de sus vehículos para roban sus pertenencias, o como le sucedió a una maestra que hasta se llevaron su unidad.
Hay denuncias al respecto, pero no se hace nada y las fechorías de los adolescentes crecen en esa secundaria de Lomas Verdes.
Información proporcionada por fuentes de la Procuraduría de Justicia del Estado, de la PEP y de la policía municipal, indica que en el caso de las bandas de niños de 12 y 13 años ya fueron desarticuladas en Tijuana y Tecate, pero nadie asume la responsabilidad de los menores y no se le da seguimiento por falta de interés del Sistema Educativo y de los propios padres de familia.
Señalan que es lamentablemente frustrante la apatía de los padres de familia por atender este fenómeno que, además, ante vacíos legales en la protección al adolescente de acuerdo a las leyes, la autoridad competente no puede y muchas veces no quiere poner a disposición del Ministerio Público del fuero común o federal a los jóvenes por cantidades mínimas de droga encontrada.
Existe una ley a nivel federal que establece que todos los adolescentes en su calidad de infractores o víctimas de algún delito, deberán siempre ser acompañados ante la autoridad con algún padre o madre de familia o su respectivo tutor o quien tenga una autoridad sobre él o una responsabilidad.
En este caso es necesario crear esos protocolos, porque ni el maestro se hace responsable ni la autoridad se hace responsable, mucho menos el padre de familia cuando se le cita para llevar a cabo ese acompañamiento.
Prácticamente se le está dejando al niño indefenso en lugar de orientarlo y ayudarlo, por lo que vuelve a delinquir sin importarle qué pase.
Es la triste realidad de estos niños que requieren el apoyo de la sociedad para convertirse en el futuro en hombres de bien.
Para estos niños no existen propuestas de rescate y apoyo de los candidatos a gobernador, alcaldes y diputados locales de Baja California, son niños olvidados.
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