En tiempos modernos, la era digital fluye a través de sofisticadas redes que alojadas en software que dan vida a miles de programas especializados que capturan una amplia gama de información del ámbito social y cultural que acontece diariamente en el entorno que nos rodea.
La comunicación social giró 360 grados y con ello, exigió que periodistas formados a la antigua escuela renovaran esfuerzos para actualizarse y estar acorde con personas y empresas que se mantienen diariamente en línea buscando la información más diversa y actualizada del momento.
Para muchos comunicadores el reto fue enorme y desistieron, sin embargo al paso de los años han visto como pierden a fieles lectores que devoraban los excelentes artículos que se publicaban en los diarios o semanarios de la ciudad. Otros optaron por contratar personal para manejo de sus redes sociales dejando su participación como simple espectador.
Red Social, “El Quinto Poder” Que llegó para quedarse.
Las principales plataformas que vieron la luz en tiempos digitales son Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y WhatsApp y fueron llamadas “El Quinto Poder” Lo que de inicio para periodistas locales y tradicionales fue un insulto, aberración y falta de respeto para el gremio periodístico.
De pronto y sin previo aviso, información de todo ámbito circulaba y se leía hasta en la sopa de letras, y si somos honestos, tenemos que señalar que mucha de esta información carecía de lo más elemental en redacción y mucho de su contenido no podía sustentarse, cayendo inevitablemente en el amarillismo.
Las plataformas le otorgaban al ciudadano común la oportunidad de empoderarse y que su voz por primera vez fuera escuchada. Fue casi como “Trending topic” el que de pronto cientos de aventurados quisieran ser reporteros y acceder a las mieles del 4to. Poder (…)
El tiempo, en su infinita paciencia les dio a conocer el arma de doble filo que lacera la integridad o enaltece a quien se ostenta como periodista. El título lo encierra todo… “Malas personas nunca podrán ser buenos periodistas, ya que el construir una buena reputación es lo más difícil, por lo fácil que resulta perderla”.
Además de todo lo anterior, cifras y datos confiables han revelado que ejercer el periodismo en México conlleva un alto riesgo. Criticar el desempeño de altos funcionarios de gobierno ha provocado la muerte de muchos comunicadores que irónicamente accedieron a utilizar un protocolo raquítico e ineficaz implementado por el mismo sistema corrupto que criticaron.
En la actualidad, la prensa está dividida. También aquí existen los prejuicios y niveles que te hacen escupir de lado. Los grandes medios de comunicación que controlan la mayor atención de la gente, es una elite que se reúne aparte, no promueven el compañerismo hasta que sus intereses económicos se ven afectados.
Olvidaron que en esencia el periodismo es de carácter social y debe ser abierto para todos… Atender las peticiones ciudadanas es primordial e inobjetable. La noticia que sale de las colonias marginadas es tan relevante como la emitida en boletines oficiales de gobierno o de las mejores zonas de la ciudad.
Entiéndase, la red social en México se ha fortalecido con un gobierno austero que da voz y voto a los marginados, antes de su llegada ya advierte el fin de los lujos y desplantes gozados por décadas.
Es tiempo de sepultar la soberbia y dar paso a la unificación de voluntades que busquen de manera colectiva la prosperidad y bienestar social de las familias de integrantes del gremio de prensa.
Es ahora cuando las diversas asociaciones de prensa del país, deben buscar y encontrar las vías correctas para llegar ante el virtual presidente electo Andrés M. López Obrador, y plantear la urgente necesidad de integrar honorables miembros del gremio en la unidad especializada que dará protección y seguridad a los periodistas amenazados de muerte.
“Nadie hará por ti, lo que no hagas por ti mismo” Es tiempo de actuar.
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