jueves, 14 de septiembre de 2017

Descontrol en Regulación Municipal de Rosarito

* La disputa por el control dentro del gobierno municipal está a la vista de todos.

Por Redacción 5M
Una nueva sacudida genera en el gabinete municipal una serie de cambios y movimientos administrativos cuando el pasado martes se confirmara la salida del hasta entonces titular de la Dirección de Inspección, Verificación y Recuperación de Espacios Públicos, antes Regulación Municipal, Jorge Hernández Islas.
Una oficina muy inestable, si se toma en cuenta que en los primeros diez meses de la actual administración sumarán tres los titulares que ocupan esa oficina; por lo que al parecer hay una constante, respecto a lo registrado en la anterior administración municipal con Silvano Abarca al frente.
Un total de siete funcionarios ocuparon esta misma dependencia en el anterior trienio y al parecer esta es la misma tendencia que registra  en el actual gobierno en la era de Mirna Rincón Vargas.
De manera extraoficial se supo que el ahora ex director pasó a ocupar la oficina Jurídica de la Promotora para el Desarrollo Urbano de Rosarito (PRODEUR), mientras que un encargado de despacho (Enrique Muños) se hizo cargo de los pendientes en Regulación Municipal.
En completo hermetismo se manejaron los cambios, mientras el trabajo sigue rezagado en esa dependencia encargada del ordenamiento del comercio en todas sus modalidades y la expedición de permisos para cualquier actividad comercial en el municipio. Incluida la venta de alcohol y las actividades comerciales en la playa.
Al inicio de la administración Hernández Islas fue el titular de la Oficina de Asuntos Internos de la Sindicatura Municipal, hasta que el pasado mes de mayo fue llamado a ocupar esta dirección en sustitución de Ricardo Peñaloza Cruz, quien presentó su renuncia a los cinco meses de haber sido invitado a colaborar en esa dirección.
En los primeros meses del actual gobierno, el aún Secretario de Gobierno no se ocultó su encono ni tuvo empacho para “torpedear” abiertamente al joven Peñaloza y a quien no bajaba de ser un inmaduro impertinente, pero después se supo que sus agrias diferencias siempre fueron por tener el control de los ingresos que genera a trasmano la gran cantidad de permisos, anuencias y demás trámites que constituyen “la caja chica” del gobierno municipal.
El mismo que hoy se jacta de ser el gobierno más transparente que haya tenido Rosarito.
Lo que mal empieza mal acaba, y pocos días de que la alcaldesa Mirna Cecilia Rincón Vargas presente su batido y pestilente Informe de gobierno las cosas están caldeadas la disputa por el control dentro del gobierno municipal está a la vista de todos.
Los cambios y las imposiciones están generando un ambiente de mala muerte en todas y cada una de las oficinas que dependen del turbio y enredado Séptimo Ayuntamiento de playas de Rosarito.

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