lunes, 3 de julio de 2017

Expediente Político: El fuego amigo de “Fufo” Guerrero y Gerardo Álvarez

Por Alfredo Calva

Como es su costumbre, actuando de forma soterrada para conseguir sus aviesos propósitos, Arnulfo Guerrero, motejado en los conductos políticos del panismo en la entidad como el “Fufo”, y el ex diputado local, Gerardo Álvarez Hernández, se han coludido para ir en pos de la silla que ocupa Raúl Luévano Ruiz, Secretario General de Gobierno del XXII Ayuntamiento de Tijuana.
Ambos funcionarios de perfil grisáceo, en las últimas semanas han armado una estrategia para generar una imagen de ineptitud de Luévano Ruiz para resolver los temas que son responsabilidad de atender por parte de quien ocupa la segunda silla en importancia en el ejecutivo municipal, con el simple y llano objetivo de desplazarlo y convencer al alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro de que cualquiera de ellos es un excelente perfil para reemplazar a quien ahora es el número dos.
El “Fufo” Guerrero, regidor en la presente administración municipal, es un ente que la corrupción lo ha perseguido por todas las entidades gubernamentales por las cuales ha transitado, gracias a su mentor en trapacerías, el ex diputado y Secretario de Desarrollo Social, Ricardo Magaña Mosqueda, de quien fue su subsecretario y al igual que su adalid político, depredo los recursos de la dependencia a placer y plena satisfacción personal.
Gerardo Álvarez Hernández, se vincula con “Fufo” Guerrero por su zalamera empatía hacia el proyecto político con rumbo a la candidatura del PAN a la gubernatura del estado para el 2019, para el exalcalde y actual diputado federal, Jorge Ramos Hernández, y por sus similares cualidades, alta proclividad con vehemencia y singular entusiasmo a los actos de corrupción, ya que al igual que su coludido durante su estadía en la dirección de lo que hoy se conoce como Inspección y Verificación, hizo de la extorsión a giros negros, salas de masaje, expendios de licor sin permiso, ente otros rubros, su deporte favorito y de mayor lucro para él y en ese entonces el primer edil, Jesús González Reyes.
Por cierto, en la pasada elección local a Gerardo Álvarez, un grupo de panistas lo señalaron de haberse confabulado con su gran amiga y compañera en la XXI legislatura, la priísta Miriam Ayón, para operar políticamente en favor del candidato del tricolor a la alcaldía de Tijuana, René Mendivil.
Hace unas semanas, en un acuerdo los dos personajes a través del llamado fuego amigo, quieren arrogarse la Secretaria General de Gobierno para satisfacer sus ansias de poder y su adicción a la corrupción, y de manera especifica, apropiarse de la estructura gubernamental del XXII Ayuntamiento, para operar a favor de su proyecto político y poner ésta a disposición y apuntalando la figura de Ramos Hernández en pos de la nominación.
Candidatura que busca afanosamente el ex primer edil de Tijuana a través de dos vertientes, la nominación de su partido como tal y, lograr la operación al interior de la bancada de su partido en el congreso del estado para que se cambie la periodicidad de permanencia del gobernador de dos a cinco años, y sea hasta el 2024 el empate con la elección federal, hecho que, curiosamente anda promoviendo entre la fracción tricolor del poder legislativo el dueño de la perrera de los Xoloitzcuintles, Jorge Hank Rhon, quien quiere ir por una segunda derrota electoral.
Obviamente, la opinión del alcalde Gastélum Buenrostro no les inquieta ya que están convencidos de que para ellos es un ente de fácil maleabilidad y al que le harán engullir que su intensión de ir a la reelección en mancuerna con Jorge Ramos Hernández, la posibilidad de repetir en el cargo es su única opción.
Es por ello, que ambos personajes se han dedicado a filtrar entre los medios de comunicación y en redes sociales a través de perfiles creados a exprofeso, información referente a un distanciamiento y constantes confrontaciones entre el primer edil y su Secretario de Gobierno, situación que es una falacia orquestada por Guerrero y Álvarez para crear la impresión de que la salida de Luévano Ruiz del cargo es inminente.
La impostura que manejan ambos colaboradores de Ramos Hernández, no ha hecho la mella que deseaban, su capacidad de operación política es limitada no les alcanza para lograr su objetivo, ni con la labor de denostación en los medios que viene realizando “Fufo” Guerrero en contra de los subordinados de Luévano Ruiz, en especial, el titular de la Dirección de Tránsito y Transportes, Javier Salas.
Observaremos hasta donde llega el fuego amigo de Gerardo Álvarez y del regidor Arnulfo Guerrero.

Y mientras tanto….
El Síndico Procurador del VII Ayuntamiento de Playas de Rosarito, Miguel Ángel Vila Ruiz, promociona cínicamente un tríptico en el que invita a los ciudadanos a denunciar cualquier acto de corrupción, lo que le da certidumbre al refrán “La hipocresía es el arte de amordazar la dignidad”.

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