Hace unos años andaba buceando con snorkel un poco alejada de una de las playas de Isla de Mujeres, cuando vi una enorme boca roja que amenazaba comerme.
Nadé hacía la orilla despavorida y un buzo más experto que me acompañaba y traía arpón por si veía langostas, arponeó la causa de mi terror; que resultó ser, una bolsa de la Comercial Mexicana cuyo rojo logotipo, se movía bajo el oleaje como un animal vivo.
Y eso fue sólo el principio de lo que en sucesivos viajes a playas distintas, advertí; y muestra nuestra insensatez, porque no contentos con haber llenado de basura la Tierra, la estamos echando al mar que tiene ya, casi más plástico que peces.
El 71 por ciento de la superficie de nuestro planeta está cubierta por agua y el 96 y medio por ciento de esa agua es salada y corresponde a los mares; y cuando la semana pasada se conmemoró el Día Mundial de los Océanos, los científicos reiteraron su preocupación por toda la basura plástica que hay en ellos.
Precisamente en el periódico Reforma se publicó un artículo de Ana Cristina Vargas, que puntualiza que al ritmo que llegan a los mares envases, colillas y bolsas, dentro de 33 años habrá más toneladas de plástico, que de peces.
Y que si no cambiamos nuestros hábitos de consumo, alrededor de 99 por ciento de las criaturas que habitan el mar, incluyendo a las aves, habrá consumido para entonces parte de ese plástico; con nefastas consecuencias para ellas y nosotros, porque como ha dicho el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la salud de los océanos es esencial para la nuestra.
Con base en estos alarmantes datos, la Fundación Ellen MacArthur demandó en el último Foro Económico Mundial que se parara la producción de plásticos, porque se ha multiplicado por 20 desde 1964; y actualmente es de más de 311 millones de toneladas.
Varias investigaciones indican que cada año llegan a los mares ocho millones de toneladas de residuos; y que a ese ritmo, en sólo dos décadas se volverá a duplicar el tonelaje de residuos; y se cuadruplicará, el año 2050.
Eso significa, que si ahora hay una tonelada de plástico por cada tres toneladas de peces dentro de 33 años, habrá el mismo número de toneladas de plástico, que de peces.
Y como va en ello nuestra supervivencia, la preocupación por limpiar los mares sucios debiera ser de todos.
Así lo considera Francisco Solís, académico de la Unidad de Ecología y Biodiversidad Acuática del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, quien en una nota del boletín de la UNAM para sus egresados, aseguró que algunos animales marinos están ya solo comiendo piezas milimétricas de plástico, y no el zooplancton que era su alimento natural; lo que les ha ocasionado un crecimiento atrofiado y que sus larvas mueran antes de eclosionar y las adultas no migren
Añadió que esos peces alimentados con plástico carecen de valor nutritivo y tienen potencialidad cancerígena.
Además se han encontrado botellas de agua, cubiertos de plástico, empaques de pasta de dientes y suelas de zapatos, en estómagos de ballenas y delfines.
Es pues urgente, que no sigamos produciendo y tirando basura y nos unamos a la campaña de Mares Limpios, implementada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ha declarado la guerra a los plásticos; y nos llama a evitar sobre todo, los de un solo uso; como son las bolsas de los supermercados que hoy invaden los océanos.
Y urge hacerlo, porque ecólogos dirigidos por el oceanólogo Boris Worm, de la universidad de Dalhousie en Nueva Escocia, anunciaron que plantas y animales que habitan los mares podrían colapsar en 2048.
Compararon los datos de su investigación en pesquerías de 18 regiones del mundo y concluyeron que en los últimos mil años el 38 por ciento de las especies marinas presentaron mermas y el siete por ciento se extinguió; mientras que de 1950 a 2010, -tan solo 60 años- la biodiversidad que habita los océanos, perdió casi el 30 por ciento.
Entre las organizaciones que con la colaboración de hoteles y alcaldías asea las playas de nuestro país, para que la basura que tiramos en ellas no llegue al mar, está Pronatura; que en esta temporada 2017-2018, otorgó distintivo de limpieza, a 35 playas y dos marinas mexicanas ubicadas en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Nayarit, Quintana Roo, Jalisco y Baja California Sur.
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