El objetivo esencial de todo gobierno, es el bienestar de la comunidad. Los índices delictivos reflejan que los gobiernos están fallando. Muestran sus deficiencias.
Un reporte del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, indica que de enero a mayo del presente año, se registraron 349 homicidios, lo que implica un incremento de homicidios del 54% respecto a los registrados en 2015, que ascendieron a 226 y un 70% respecto a los 205 del 2014.
Esto es serio, es preocupante y sobre todo, preocupa que no se observan estrategias policiacas para frenar el número de homicidios. Ni políticas públicas en ese sentido.
Esto indica un alto índice de violencia y una grave ineficiencia de las corporaciones policiacas. Definitivamente algo está fallando.
Hay otros datos, aparentemente alentadores, que no precisamente hacen constar la eficiencia policiaca, como es el hecho de que solamente se han registrado 8 casos de scuestros, cuando que en años anteriores ha llegado a haber hasta 50 en un año.
Podría decirse que las privaciones ilegales de la libertad, son meramente circunstanciales, y disminuyen, por cuestiones diversas, no precisamente por la efectividad policiaca para combatirlos o frenarlos.
Por otra parte, el citado Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado, considera que el 75% los delitos cometidos en Tijuana, pueden ser prevenidos o atacados por la policía municipal.
En un análisis sobre la incidencia delictiva y desempeño policial, respecto al mes de mayo del presente año, indica que en Tijuana se cometieron 3 mil 414 delitos.
Que a nivel estatal, fueron 8 mil 375 delitos, 1,078 en Ensenada y 249 en Playas de Rosarito.
Y conste, son los delitos denunciados ante las representaciones de la Procuraduría de Justicia, en atención a lo cual observa que el 75%, dada la naturaleza de los mismos, pueden ser prevenibles.
Menciona como tales el robo de vehículos, robos en casas habitación, con y sin violencia, a bancos, robos simples, portación de arma prohibida y detonaciones.
No se ven acciones policiacas especiales, ni por otro lado labores sociales o deportivas, preventivas. Las cifras relativas a las incidencias delictivas, son preocupantes.
Este debe ser un tema prioritario para las siguientes administraciones municipales, en todo el Estado. Y debiera ser para el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Seguridad Pública.
Hay mucho trabajo por hacer. Al margen de las campañas políticas. La delincuencia no descansa nunca y no se le frena con la simple retórica.
Por primera vez, el problema de la seguridad pública, incidió en los resultados del proceso electoral, como un reclamo social, como una advertencia a los políticos, para que lo atiendan de manera prioritaria.
La alta votación a favor de Julián Leyzaola, candidato del PES a la Presidencia Municipal de Tijuana, es un reflejo de la desesperación de los electores tijuanenses por la inseguridad pública. No le busquen tres pies al gato.
Los tijuanenses, desean vivir en paz. Quieren vivir en un clima de seguridad. Están hartos de violencia y delincuencia generalizada. Quieren gobiernos eficientes, al menos en materia de seguridad pública.
gil_lavenants@hotmail.com
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