A 16 días de que concluyan las campañas del presente proceso electoral, hay quienes afirman que no ha habido tales. Que lo suyo, en su gran mayoría, han sido campañas virtuales.
Lo virtual, es lo que aparentemente existe, pero que “existe”, solamente en el mundo de la cibernética. Tal parece que de eso se trata. Fuera de las redes sociales, es poco, realmente muy poco, la labor proselitista de los candidatos.
Ya se había advertido. Los montos de gastos de campañas, son muy limitados, que apenas si alcanza para cubrir el costo de espacios en portales o redes.
Realizan un evento, toman fotos o videos, que de inmediato suben a las redes y las replican, dando la apariencia de que son extenuantes jornadas. Virtualmente, terminan “agotados”.
Pero en la calle, pocos los ven. Algunos mal pensados han dicho que probablemente están escamoteando los recursos que les proporcionan para sus respectivas campañas.
Sin embargo, cabe observar que los distritos electorales son enormes. Muchos de ellos intransitables. Los políticos, y los novatos de la política, piensan que todos los electores tienen una computadora y pueden observar lo que proyectan a través de las redes.
Lo cierto es que la política no es un tema de interés general. Incluso aquellos que recurren a los medios impresos, deben tener en cuenta que la mayoría de las personas no leen. Quizás les llamen la atención los deportes, los espectáculos o los cines, pero no la política.
De por sí, es enorme el repudio, el hartazgo, hacia los políticos tradicionales.
Los discursos políticos, aburren, porque generalmente están construidos, a base de promesas que nunca serán cumplidas. Por eso, nadie les pone atención. Escuchar lo mismo que tantas veces han escuchado. Frases huecas. Simples “rollos”, dicen los jóvenes.
En el mundo del derecho, hay un principio que advierte : “lo que no existe en el expediente, no existe en el mundo”.
Los políticos, y los novatos de la política, han de pensar que si lo que hacen, se proyecta a través de las redes, ya es conocido por todos los electores.
Por eso, se preocupan por construir mundos virtuales. Ingenuos.
Por eso, nadie los mira en la calle, salvo quien asiste a un determinado evento.
Los políticos tradicionales o partidistas, más o menos la libran, porque son más o menos conocidos. La mayoría de los electores han escuchado hablar de ellos.
El problema serio, lo tienen los novatos de la política. Aquellos que son conocidos por la actividad que realizan, pero que nunca han realizado labores sociales. Son “famosos” en su zona de confort. Fuera de ahí, son unos totales desconocidos.
La mayor proyección que logran, es cuando participan en eventos como los llamados debates, que más que debates, son simples concursos de ocurrencias.
Son tantos, y tan breves los espacios que se les asigna para sus exposiciones, que difícilmente son identificados por la mayoría de los electores.
El debate de los candidatos a alcalde de Tijuana, organizado por el Instituto Estatal Electoral, esta semana, estuvo mucho mejor que el organizado por un organismo empresarial en días pasados. Más espacio, para sus intervenciones.
Pero fue evidente, que la mayoría de los candidatos, al exponer sus propuestas, ni siquiera tienen una idea clara de lo que es la administración pública municipal.
Son excelentes para el verbo. Pero del dicho al hecho, hay mucho trecho.
Todos afirman que harían mejor trabajo, que quienes han gobernado la ciudad. Hacer garabatos en el papel, es relativamente sencillo.
Los mundos virtuales, se estrellan estrepitosamente con la realidad social.
Las fantasiosas propuestas de los candidatos a la alcaldía de Tijuana, se toparán con el monstruo del abstencionismo. El 5 de junio, la realidad social los despertará.
gil_lavenants@hotmail.com
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