sábado, 28 de mayo de 2016

Palco de Prensa: Arde México

Por Gilberto Lavenant
Como si el horno estuviese para bollos, en pleno proceso electoral que se lleva a cabo en 12 entidades del país, cuyos comicios se efectuarán el domingo 5 de junio, el Presidente Enrique Peña Nieto prendió la mecha al presentar una iniciativa de reforma constitucional, para permitir los matrimonios homosexuales o igualitarios en México.

El anuncio lo hizo el miércoles 18 de mayo, en la celebración del Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia.
La propuesta presidencial pretende reformar el artículo 4º., para establecer, como derecho humano, que dos personas, sin importar su origen étnico, discapacidad, condición social, religión, género o preferencias sexuales, puedan casarse.
Así mismo Peña Nieto firmó otra iniciativa de decreto, para reformar, adicionar y derogar diversas disposiciones del Código Civil Federal, con el objetivo de plasmar en el ordenamiento el matrimonio igualitario entre personas mayores de 18 años, acorde con lo que establece la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y “modernizar el lenguaje para evitar las expresiones discriminatorias” que aún contiene dicho Código.
Por si fuese poco, la iniciativa también contempla que los cónsules, en su función de jueces del Registro Civil, puedan expedir una nueva acta de nacimiento para reconocer la identidad de género de juna persona.
Un analista político observaba que la medida, por parte de Peña Nieto, es tanto como un “guiño de ojo” a la comunidad lésbico gay, hacia las elecciones presidenciales del 2018.
Sin embargo, la iglesia, y la comunidad católica de México, tomó la acción como un golpe bajo y ha decidido responder, declarando la guerra tanto al mandatario mexicano, como al PRI, haciendo un llamado a los mexicanos a no votar por los candidatos priístas, al considerar que estos están en contra de la familia.
Durante su gestión como Presidente de la República, el exgobernador del Estado de México ha sido severamente cuestionado por errores en que ha incurrido, pero este en particular, le representará uno de los más serios.
Peña Nieto, con tal propuesta, queda bien en el plano internacional, pero olvidó, y nadie se atrevió a recordarle, que la población mexicana, en su mayoría, es católica, defensora de la figura del concepto tradicional de la familia, integrada por un hombre y una mujer, a partir de que contraen matrimonio.
México, con una población de más de 112 millones, aproximadamente 93 millones son de religión católica y más de 8 millones protestantes, cristianos y evangélicos, para quienes un factor común esencial lo es la familia.
La respuesta, no se ha hecho esperar. Este jueves, más de mil, organizaciones católicas, en 27 entidades federativas, se pusieron en pie de lucha, para advertirle a Peña Nieto que retire la iniciativa en mención.
En conjunto, participan en este movimiento, a nivel nacional, organizaciones tales como Red Familia, Unión Nacional de Padres de Familia y Consejo Coordinador de Movimientos para la Vida y la Familia, quienes integrarán un Frente Nacional por la Familia.
La verdad es que el movimiento no es nuevo, recientemente hicieron una propuesta ciudadana, pero en sentido contrario a la propuesta de Peña Nieto. Sabían que estaban avanzando las intenciones de legislar para reconocer y permitir los matrimonios homosexuales, pero nunca imaginaron que la propuesta para ello saliera de la Presidencia de la República.
Dada la gravedad de la acción presidencial, las organizaciones inconformes han anunciado una batalla nacional, no solo contra el Presidente Enrique Peña Nieto, sino en contra de los candidatos priístas, por lo que están haciendo un llamado a los mexicanos, para que quienes estén a favor de la familia, que este 5 de junio no voten por los candidatos del PRI.
Definitivamente México arde. Por un tema más que controvertido, esencial para los mexicanos, como lo es la familia.
La sociedad mexicana afronta serios problemas, básicamente por la crisis económica que enfrenta. Desempleo, bajos salarios, falta de oportunidades de estudio, desintegración, lo que se acentuará al romper con la figura institucional del matrimonio. Alta incidencia delictiva.
Existen figuras jurídicas, que permiten que dos personas del mismo sexo, vivan en común, y se compartan beneficios, y en especial servicios de seguridad social, sin necesidad de alterar o deformar la figura del matrimonio.
En especial, preocupa que después de legalizar los matrimonios homosexuales o igualitarios, luego pretendan avanzar con el reconocimiento de las adopciones, lo que atentaría contra la formación de los menores de edad. Como si no fueran tan serios y graves los problemas de México.
Sin embargo, cabe advertir que, quienes están en contra de la iniciativa presidencial para la pretendida legalización de los matrimonios homosexuales o igualitarios, politizan el tema, el lanzarse también en contra de los candidatos del PRI, pues seguramente hay muchos priístas que también están en contra de dicha propuesta y los rivales políticos van a tratar de aprovecharlo, o de alentarlo, en su provecho. A río revuelto, ganancia de pescadores.
gil_lavenants@hotmail.com

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