Los políticos, los buenos políticos, siempre deben tener muy atentos los oídos y saber escuchar.
Eso dice Francisco de la Madrid Romandía, Presidente del grupo político “Jesús Reyes Heróles”, de filiación priísta.
Habría que agregarle, que también deben tener bien abiertos los ojos y estar atentos a lo que ocurre en su derredor.
Pancho tiene razón, un buen político, siempre debe tener atentos oídos y ojos, parta ver y escuchar todo lo que le rodea.
El consejo lo da un político que en abril próximo cumple 96 años de edad y que cada sábado, desde hace unos 30 años, reúne en su casa a miembros del Partido Revolucionario Institucional, para hablar de política.
El problema, es que la mayoría de los políticos, son sordos y ciegos. De paso, son insensibles. Dedican horas a “componer” el mundo, teóricamente, pero en la práctica no mueven un dedo, para mejorarlo.
Pancho ha laborado gran parte de su vida en la función pública.
En sus inicios, durante varios años, fue titular de la Oficialía del Registro Civil en Tijuana. Después habría de ser Administrador de la aduana fronteriza.
Un día sorprendió a muchos, cuando aparecieron leyendas indicando que Pancho era el que quería gobernar el rancho. Pero su hermano Roberto era Gobernador. No es fácil que en una familia haya más de un político. Menos en la función pública.
Hoy, podría decirse que Pancho ya no quiere gobernar el rancho, pero a sus 95 años, sigue haciendo política. Trata de estar activo.
Hay muchas formas de hacer política. El establecer y fomentar las relaciones humanas, el analizar la problemática social y apuntar las posibles soluciones.
La seriedad y la persistencia, son factores básicos en la política. La amplitud de criterio, o capacidad de tolerancia.
Una cita obligada, para los políticos, es lograr invitación para un día poder acudir a los desayunos en la casa de Pancho.
Y conste, recibe no solamente a los priístas, sino a cualquier gobernante, independientemente de la filiación partidista. El propio Gobernador Kiko Vega, ha estado ahí, de invitado.
Cabe observar que muchos presumen ser políticos, porque militan en un determinado partido o asisten a las reuniones de un grupo político.
Pero esa convivencia, no los hace políticos. Quizás muchos de ellos, ni siquiera acuden a las urnas a votar, el día de las elecciones.
Muchos son meramente chambistas. Buscan que los vean, sobre todo quienes participan en una contienda electoral, para que les den chamba.
Los sueldos de toda administración pública, en su mayoría, son excelentes. Mínimo de asesores, aunque sea en áreas que ni ellos mismos conocen o dominan.
Porque ese es uno de los principales problema de la política, carece de un cedazo o detector, para evitar el ingreso de arribistas u oportunistas, que no llegan a la función pública a servir, sino a servirse.
Individuos sin escrúpulos, que llegan a prostituir la función pública. Ciegos y sordos para servir a la comunidad, pero que olfatean el dinero fácil, pues encuentran las maneras de obtenerlo, hasta con los ojos cerrados.
Esos individuos, que llegan a la función pública, como se dice comúnmente, con una mano atrás y otra adelante. Pero a la vuelta de tres años, o menos, parecen potentados.
De simples ciudadanos, desempleados, luego de pasar a la función pública, cambian su estatus social. La política, es una de las actividades humanas más rentables.
Tal vez por eso, cada día es mayor el interés de los empresarios, por participar en política. Ganan mucho, invierten poco y no arriesgan nada.
Definitivamente, la política es mucho mejor que el turismo, considerado como “la industria sin chimeneas”.
Lo interesante, y lamentable, es que los políticos roban a manos llenas, a la vista de todos, y no les hacen nada. Todos, independientemente del nivel, parece que tienen fuero. Al menos en Baja California, no hay un solo político en la cárcel.
Por eso es tan atractivo o seductor meterse a la política. Muchos, llegan casi muertos de hambre o con sus empresas en condición de quiebra, y “milagrosamente” resuelven todos sus problemas.
Aún se recuerda el caso de un empresario, que para convencer a sus colaboradores de que les hacía un planteamiento práctico, les dijo : “recuerden que yo sí se de negocios”. Y “hasta el perico” se llevó.
Contrario a lo que recomienda Pancho, los políticos no solamente son ciegos y sordos, sino también sinvergüenzas. Conchudos.
gil_lavenants@hotmail.com
---------------------------------------------
-------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario