sábado, 21 de noviembre de 2015

Palco de Prensa: Los demagogos

Por Gilberto Lavenant
A falta de propuestas, dirigidas a la solución de problemas sociales, muchos insisten en construir o fortalecer sus respectivos proyectos políticos electorales, lanzándose en contra de la determinación del cabildo de Tijuana, de incrementar en 6 pesos bimestrales, el impuesto al alumbrado público, para renovar las luminarias de la ciudad.

La decisión ya está tomada y aunque el cobro se haría efectivo hasta julio del 2016, falta que el Congreso del Estado apruebe La Ley de Ingresos del Ayuntamiento de Tijuana del próximo año.
Muchos se desgarran vestiduras y anuncian que lucharán hasta lograr que tal incremento no sea aplicado, bajo el argumento de que afectaría seriamente a la economía de los tijuanenses.
Se trata de 6 pesos más, de lo que ya vienen pagando los usuarios de energía eléctrica. Que si bien es cierto, representa una erogación más, eliminarla, no aliviará en mucho la caótica situación de muchas familias.
El caso es que el sistema de alumbrado público de la ciudad, es pésimo y debe ser renovado, casi en su mayoría.
Del total de 67 mil luminarias que existen en la ciudad, el 20% están apagadas, 46.6% generan una deficiente iluminación, con alto costo para su mantenimiento. El 30% están en estado regular, pero con sistema obsoleto, que implica altos consumos de energía eléctrica y por lo tanto, costo excesivo. Solamente 2,300 luminarias, o sea 3.4%, son de tecnología LED.
El Impuesto al Alumbrado Público, actualmente consiste en el pago de 8 pesos bimestrales, para cada usuario particular. Se le agregarán 6 pesos con 58 centavos, sumando un total de 14 Pesos con 58 centavos, cada dos meses. A ese incremento es al que se oponen “los defensores”.
¿Qué pasaría si dicho incremento es eliminado ?
Que el proyecto de renovación de las luminarias, se echaría al bote de la basura y, poco a poco, las deficiencias serán mayores, hasta llegar al grado de que la ciudad quede en penumbras. Gracias a los demagogos que ahora presumen que son defensores de los tijuanenses.
Renovar las luminarias, plantea un costo adicional de 6 pesos con 58 centavos, bimestrales.
Los demagogos presumen que salvarán la vida de muchos tijuanenses, al evitar que paguen ese incremento. Olvidan, o tratan de disimular que desconocen, que la oscuridad será mucho más cara. Que muchos tijuanenses ya están pagando un precio altísimo, por vivir en penumbra.
Homicidios, asaltos, robos a casas habitación, robos de vehículos, agresiones. Y los “defensores” no dicen nada. Al menos, no plantean una solución práctica para acabar con la oscuridad.
Las actitudes de dichos individuos, encuadran perfectamente en lo que se conoce como demagogia. El empleo de halagos, falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política.
Wikipedia, la Enciclopedia Libre, precisa con toda claridad lo que es la demagogia. Del griego, demos, pueblo, y ago, dirigir, que implica una estrategia utilizada para conseguir el poder político. “Consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público, para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda política”.
No entienden, o se niegan a reconocer, que todo tiene un costo. Que el incremento de 6 pesos con 58 centavos, bimestrales, por tener una ciudad iluminada, es poca cosa, frente al altísimo costo que implica la oscuridad.
Tampoco entienden, ni aceptan, que el fracasado proyecto de modernización de luminarias, desarrollado por el XX Ayuntamiento, encabezado por el priísta Carlos Bustamante Anchondo, es algo aparte, en el que está pendiente deslindar responsabilidades.
Que si quieren linchar a alguien, por el asunto de las luminarias, señalen al Síndico Procurador, Arturo Ledesma Romo, quien ha omitido fincar responsabilidades a Bustamante y colaboradores, o cómplices.
Ledesma Romo, ha incurrido en tantas irregularidades, que merece se promueva en su contra un juicio político. Los compromisos políticos o personales, no pueden ser excusa, ni pretexto, para no aplicar la ley.
Y que quede bien claro, los opositores al incremento del impuesto al alumbrado público, en su mayoría, actúan en base a objetivos estrictamente electoreros.
No lo hacen para defender a los tijuanenses, pues en la práctica es todo lo contrario. Son enemigos públicos de los tijuanenses, a quienes pretenden condenar a vivir en la oscuridad y a expensas de los delincuentes.
Políticos baratos, meros simuladores. Demagogos, pues.
gil_lavenants@hotmail.com

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