Por Gilberto Lavenant
Es algo común, que los padres digan a sus hijos, y los adultos en general, a los menores de edad, que eviten las malas compañías. Que se fijen, con quien se juntan.
Hay muchas frases populares que lo advierten.
El que entre lobos anda, a aullar se enseña.
Dime con quién te juntas, y te diré quién eres.
Los malos ejemplos cunden.
Las malas compañías, son todos aquellos individuos, hombres o mujeres, que son falsos, traidores, mentirosos, ladrones y todos aquellos carentes de los valores morales más elementales.
En tal condición, de malas compañías, se ubicó a los diputados federales priístas, que en octubre del 2013, votaron a favor de la homologación del IVA, en la zona fronteriza, incluyendo a Baja California.
Los presuntos representantes populares, dieron la espalda a sus representados y levantaron la manita, para que se incrementara la tasa del Impuesto al Valor Agregado del 11% al 16%.
Nunca consultaron a los ciudadanos de sus respectivos distritos electorales.
Simple y sencillamente, acataron u obedecieron, al pie de la letra, la consigna partidista.
De una u otra forma, se les advirtió, que la homologación sería nociva para los fronterizos. Les valió gorro. La mayoría de ellos –los priístas- votaron a favor de la propuesta peñanietista.
Ante tan traidora actitud, muchos bajacalifornianos emprendieron un linchamiento general en contra de tan flamantes legisladores. Los declararon personas no gratas en la entidad.
Durante meses, se abstuvieron de venir a Baja California, los diputados Elia Cabañas Aparicio, Benjamín Castillo Valdez, Jaime Chris López Alvarado, Adán David Ruiz Gutiérrez y María Fernanda Schroeder Verdugo.
Temerosos de sufrir alguna agresión, física o verbal, viajaban del Distrito Federal a California y de allá se trasladaban por tierra a esta frontera. Algunos, utilizaban los vuelos de horarios nocturnos, y además, viajaban “camuflajeados” o disfrazados.
A un año de distancia, de aquella traición, los diputados federales priístas, ya andan frescos y campantes en Baja California. Piensan, que los bajacalifornianos, ya olvidaron la traición, la ofensa.
Pero no vienen a ayudar a sus representados a sanar los daños ocasionados por la homologación del IVA. O sea, no vienen a auxiliar a los empresarios a reabrir sus empresas, ni a los trabajadores, a recuperar los empleos perdidos.
Vienen, en una misión especial. Vienen a hacerle “la masa aguada” al gobernador panista, Kiko Vega, para tratar de inclinar la balanza electoral de los comicios del 2015, a favor de los candidatos priístas a diputados federales.
La treta, es hacerlo ver mal. Exhibir a Kiko, que no sabe tocar puertas en el Distrito Federal, para captar inversiones públicas, para Baja California.
Aparentando generosidad y responsabilidad, que nunca mostraron cuando se votó la homologación del IVA, en días pasados, se reunieron con los alcaldes priístas de Tijuana, Tecate y Ensenada, dizque para apoyarlos, para que sus proyectos de obras, sean incluídos en el presupuesto de egresos 2015, del gobierno federal.
Para ellos, en Mexicali y Playas de Rosarito, no existen priístas. Por eso no invitaron a los alcaldes de ambos municipios.
Lamentablemente, las apariencias engañan. Los traidores, nunca cambian.
No se puede confiar, en quien no sabe nada de lealtades. Ni mucho menos de responsabilidades.
Algunos de esos diputados federales, simple y sencillamente andan en precampaña, con la intención de participar en futuros comicios.
En el 2015, se les acaba la chamba de diputados federales, cuyos sueldos nunca desquitaron, pero se preparan para “sacrificarse” en algún otro cargo.
La mira está puesta, en principio, en los comicios locales del 2016. Diputaciones locales, alcaldías, regidurías y sindicaturas. Cualquiera, es buena. Peor es nada.
A los alcaldes priístas, cabe advertirles, que no se hagan muchas ilusiones. Mucho ojo.
Que apliquen, aquellas expresiones de la dirigente estatal priísta, Nancy Sánchez Arredondo, que soltó a “bocajarro” en el puerto de Ensenada, sin un destinatario específico:
“No me gusta juntarme con traidores”.
“No puedo caminar con alguien que no sé a qué hora me va a traicionar”.
“Tampoco me gustan los priístas mutantes”.
Háganle caso a la dirigente priísta. Sin duda alguna, sabe lo que dice. Los priístas traidores o mutantes, son malas compañías. Sobre aviso, no hay engaño.
gil_lavenants@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario