Por Alfredo Calva
Se dice que una foto expresa más de mil palabras y da certeza a las acciones, y en el caso del comportamiento farisaico de Felipe Mayoral confirma su juego de doble moral y discurso que muestra y demuestra su incongruencia en el hacer con el decir.
Integrante de la XXI legislatura local, a la que llego al ganar la elección directa del recién creado distrito XVII que comprende la demarcación total rosaritense, gracias a que se le pego como lapa (molusco parasito que vive de otro ser) a Silvano Abarca Macklis, pudo sortear con dificultad el proceso y logara el triunfo por escasos votos.
En nuestra entrega anterior, comentamos sobre el arreglo de Felipe Mayoral con el alcalde de Playas de Rosarito, Silvano Abarca Macklis, en reunión celebrada entre los personajes en días pasados en la ciudad de Tijuana ante suculentas viandas y selectos vinos.
En esta reunión, de acuerdo a lo expresado por Mayoral a sus allegados, oferto al primer edil detener sus ataques y comentarios negativos en contra de su persona y de su administración a cambio de plazas en el gobierno municipal para sus allegados, familiares y compañeros de partido, así como, volver autorizar el portar armas a su consanguíneo a quien utiliza de escolta personal y familiar.
Hay que recordar que el resquemor recalcitrante de Mayoral hacia Silvano Abarca y su gobierno, le nace a raíz de la detención en abril pasado, que él califico de criminal, de su suplente Jonathan García Elizalde, realizada por elementos de la policía municipal por escándalo en la vía pública y portación indebida de armas.
Al no obtener la cortesía de pasar por alto el incidente, Felipe Mayoral, acuso al alcalde Silvano Abarca y a su director de policía de haberlo amenazado de muerte y responsabilizo a estos de cualquier daño a su persona, familia y patrimonio que sufriera a partir de ese momento.
Poco le duro el encono, su tendencia a sacar raja de sus potestades lo coloco frente al primer edil rosaritense, logrando, de acuerdo a lo dicho a sus cercanos, las prebendas solicitadas, y toma certeza el asunto, cuando Felipe Mayoral aparece al lado de Silvano Abarca en la conferencia de prensa celebrada en el recinto del cabildo rosaritense el pasado lunes cuando se dio a conocer de manera oficial la salida de Jorge Eduardo Montero, como director de la policía municipal de Rosarito.
Lamentable que Silvano Abarca haya aceptado las condiciones de ayuda legislativa de Mayoral, dado que, es obligación del diputado hacer su trabajo, primero, en beneficio de quienes representa, y segundo, del resto de los pobladores de esta bella entidad.
Doble discurso, doble moral.
Es corrupción.
¿Y ahora?
Esa pregunta estarán haciéndose los diputados locales luego del fallo emitido el día de ayer por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a favor de una pareja del mismo sexo que le fue negado el poder contraer nupcias en el registro civil en la capital del estado.
El asunto no es cualquier cosa, este fallo a favor de los querellantes por parte de la Suprema Corte, traerá una cascada de comentarios y reacciones encontradas, pero fundamentalmente, abre la puerta para todas aquellas parejas en similar circunstancia que quieran casarse puedan hacerlo, ya que de negarles la oportunidad los registros civiles del estado podrán acudir a la corte máxima de la nación y obtener así la anuencia anhelada.
Aquí es donde entran los legisladores locales, en atención a lo determinado por la Suprema Corte de la Nación, quien dictamino anticonstitucional el no permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo, tendrán a bien modificar la ley para que se permita los matrimonios, o predominara el ¨mochismo¨ que ha caracterizado a anteriores legislaturas.
Ya lo veremos…..
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