Tesis: Desconcertados por las confusión del periodo post-electoral, ciudadanos sin partido se preguntan ¿qué fue lo que pasó?. Si el priista Fernando Castro Trenti se habla proclamado ganador ¿porque el sábado reconoció públicamente su derrota? ¿será que –en verdad—el presidente Enrique Peña Nieto pactó con el PAN su permanecía en la gubernatura de Baja California a cambio de su apoyo al Pacto por México? ¿Será que en realidad el perdedor aceptó su fracaso en un gesto de civilidad y madurez política? Por que razón recularon en la exigencia de contar físicamente los votos? Lo cierto es que hay mas dudas que certezas!
Y no se trata de cuestionar la legalidad del triunfo de Francisco Vega de Lamadrid, ni aumentar el nivel de confusión de los ciudadanos de bien. En todo caso el columnista satanizaría el supuesto acuerdo entre el gobierno mexicano con el PAN y el PRD porque los electores serian simples marionetas. ¿Para que demonios acudir a las urnas si la elección se decide desde la cúpula del poder?
Cicuta no puede manifestarse en contra de la voluntad popular ni denostar a los protagonistas de una campaña electoral embarrada de lodo. En todo caso vale recordar antecedentes que enmarcaron una jornada electoral que afortunadamente salió adelante. Horas antes de la elección analistas capitalinos insistieron en que el PAN derrotaría al PRI elección de gobernador pues desde el inicio de su gestión el presidente acordoo con el PAN que mantendría Baja California a cambio de respaldar el Pacto por México.
Bajacalifornianos observadores sospechan que la empresa encargada de operar del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) pactó con los blanquiazules, aunque su visión se desplomo al ver como los priistas aceptaban su derrota. La versión primaria fue que PROSIS Instrumentó una fórmula matemática para repartir inequitativamente votos inexistentes. Al descubrirse la maniobra llegaron los reclamos y con ello se desataron las confusiones.
Horas después de arrancar el conteo físico, el PRI dio marcha atrás en su exigencia de contar todos los votos y casi paralelamente la autoridad electoral desconoció los resultados del PREP. ¡Estas dos decisiones aumentaron las sospechas!
Ese dia el periodista capitalino Ricardo Alemán se regodeó al recordar la exactitud de su pronóstico. En mas de una ocasión Alemán advirtió que el PAN mantendría la gubernatura de Baja California porque ya estaba pactado.
Señaló que el triunfo del PAN fue resultado de un acuerdo cupular, tal como sucedió en julio de 1988. En esa ocasión el panista Ernesto Ruffo se convirtió el el primer gobernador de oposición por la voluntad de Carlos Salinas de Gortari.
El columnista recuerda que durante las primeras semanas del arribo de Enrique Peña Nieto conoció el contenido de un informe sobre “los potenciales riesgos” para el llamado Pacto por México, donde los dirigentes nacionales del PAN Gustavo Madero y Jesús Zambrano del PRD cumplían un papel protagónico. Según el documento, las elecciones del 7 de julio formaban parte del “Atlas de Riesgo” en donde –justamente-- el mayor conflicto era la elección en el Estado de Baja California.
De acuerdo a este pronóstico “en Baja California existiría un cómodo triunfo electoral si el candidato priista fuera el empresario Jorge Hank Rhon”. Cualquiera que fuera el aspirante panista, el priista Hank lo derrotaría y así el PRI recuperaría Baja California. El asunto era que este escenario chocaría con los intereses que busca el llamado pacto por México y habría que solucionarlo/.
El gobierno de Peña Nieto no estaba dispuesto a correr riesgos y por eso dio la espalda a Jorge Hank en lo que seria su segundo intento por conquistar Baja California. El columnista capitalino subraya que entonces se decidió postular a Fernando Castro Trenti como su candidato.
Cicuta publicó el 13 de mayo que los panistas bajacalifornianos hicieron fiesta al trascender que Castro Trenti había sido ungido por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI como su candidato. En ese momento, los blanquiazules estaban a un mes de elegir a su abanderado.
De regreso a lo publicado por Ricardo Alemán, afirma “que volvió a preguntar en las alturas del poder político y la respuesta fue lapidaria”: Al candidato priista de California no se le mandaria ni un peso extra a lo que marca la ley, ni tampoco se tolerararían irregularidades. No se respaldaría la proclamación del “carro completo”, sobre todo si los tricolores bajacalifornianos “hacen trampa”.
Apegados a este escenario la especulación sube de tono al conocer que la administración de Enrique Peña Nieto a través del dirigente nacional del PRI César Camacho Quiroz, dejaron solo a su candidato Fernando Castro Trenti.
Si lo publicado por Ricardo alemán se ajusta la realidad, el responsable de la derrota priista seria el presidente Enrique Peña Nieto. El mismo que salió la noche de lunes a exhortar a los contendientes a reconocer su derrota. 24 horas después, el diputado tricolor Manlio Fabio Beltrones lanzó el mismo llamado.
Mientras Fernando Castro Trenti reconocía públicamente su derrota, en las cafeterías aledañas se aludía al Pacto por México. Esas versiones señalaban que –efectivamente-- el PAN ganó en las urnas la elección pero estaba en riesgo porque los priistas pretendían arrebatárselo.
Bajo ese argumento, panistas y perredistas presionaron para que Castro Trenti reconociera públicamente su derrota. En caso contrario ellos se retirarían del Pacto por México. Dicha tesis suena sensata. Se escucha apegada a la realidad. Finalmente el columnista insistiría: si elección hubiese sido pactada por los jerarcas del gobierno ¿para qué demonios los bajacalifornianos acudimos a las urnas?
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