Desde suavizar la piel a servir como tinta invisible, pasando por formar parte de algunos platos de alta cocina, el semen humano posee numerosas cualidades que lo convierten en una sustancia altamente subestimada. Suavizante de piel Contiene un antioxidante llamado espermina que contribuye a disminuir las arrugas, suaviza la piel e incluso alivia el acné.
Esta propiedad es tan eficaz que una empresa noruega ha sintetizado este componente y lo comercializa como ingrediente principal de una de sus cremas faciales. Pigmento En 2008, el artista alemán Martin Von Ostrowski presentó en el Museo Gay de Berlín una serie de cuadros elaborados con su propio semen. Para pintarlos, tuvo que eyacular en mil ocasiones. Tinta invisible Durante la Primera Guerra Mundial, la inteligencia británica descubrió que el semen podía funcionar como tinta invisible, una propiedad enormemente útil para un servicio secreto. Uno de los encargados de investigar esta característica, el capitán Mansfield Cumming, descubrió también que el fluido soportaba bien los métodos más usuales de la época para detectar este tipo de mensajes, como el vapor de yodo. Antidepresivo para las mujeres Según varios estudios, algunos de los componentes del esperma, como el cortisol, la estrona, la melatonina o la serotonina, provocan una reacción hormonal que modifica el estado de ánimo de las mujeres depresivas. Al parecer, el contacto vaginal es la forma más eficaz de conseguir resultados positivos. Alivio de las náuseas matutinas De acuerdo Gordon Gallup, investigador de la Universidad de Albania, el semen podría curar las náuseas matutinas que afectan a las mujeres embarazadas. Según este científico, el cuerpo de la mujer percibe el material genético del padre como un agente extraño, por lo que intenta rechazarlo generando la sensación de vómito. La forma de «inmunizarse» contra este problema sería ingerir el semen del padre del niño. Sin embargo, las conclusiones de este investigador son cuestionadas por el resto de la comunidad científica. Unidad de almacenamiento Hace poco, varios investigadores de las universidades de Harvard y Johns Hopkins consiguieron almacenar un petabyte de información en 1.5 miligramos de ADN, el equivalente a un milímetro cúbico de semen. La eyaculación media masculina oscila entre los dos y los seis mililitros cúbicos, una cantidad suficiente para almacenar cuatro petabytes de datos.
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