Teresa Gurza
Es muy triste que México se haya convertido en un país donde abundan las locuras y sobran las loqueras.
Es locura total y debía darnos vergüenza, el que en casi cualquier estadística sobre nuestro país, lo que destaque sea la desigualdad.
Y que mientras la corrupción nos cuesta entre 700 mil y 100 mil millones de pesos anuales y los gastos electorales de los últimos doce años ascienden a la altísima cifra de 134 mil millones, millones de mexicanos sigan viviendo en pobreza extrema; y miles de madres de familia, entre ellas el 70 por ciento de las mujeres presas en las cárceles del estado de México, tengan que robar comida o medicinas para sus familias.
Me parece enorme locura y una grave afrenta a los más pobres, que el IFE desperdicie tanto dinero.
Nos enteramos ahora, que en el debate se le fueron más de cuatro millones de pesos.
Según informó sin pena alguna, gastó casi un millón en renta de instalaciones, más de 61 mil pesos para que edecanes extranjeras acomodaran invitados, y 73 mil en pagar a la “moderadora” por la extenuante tarea de abrir papelitos; ahora le encuentro toda la razón para haberse pasado el tiempo riendo.
Comprendo también que se haya ido mucho, en el gel para el copete de Peña Nieto y en el spray para dejar como casco el pelo de Vázquez Mota; pero es de todos modos excesivo gastar 51 mil pesos en maquillaje.
El despilfarro del IFE debió haberse evitado; el “evento” pudo ser en su auditorio, y con sus propias edecanes y equipo.
Lo que además de mucha lana, les pudo haber ahorrado el numerito y la posterior petición de perdón.
Es también locura haber pagado tanto a las televisoras para promover sus imágenes, como según sus mutuas acusaciones hicieron Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto.
Seiscientos millones, dijo el primero recibió Televisa de parte de Peña Nieto; más de mil dijo éste, fue lo que dejó AMLO al consorcio que dice repudiar.
Y es una loquera la amenaza de López Obrador de renunciar a la candidatura si se prueba su despilfarro.
Será loquera nacional si el dos de julio amanecemos con cuatro presidentes; porque no sé que vamos a hacer con tantos, si ya con uno nos da el telele.
Cuatro son la suma del actual, que a Dios gracias está por irse, y los tres que seguramente afirmarán haber ganado las elecciones, como lo hicieron en el debate.
Locura de las mayores ha sido la cantidad de muertos dejados por la política antinarco.
Y el asesinato en Veracruz, de la valiente periodista de Proceso Regina Martínez y de los tres fotógrafos cuyos cuerpos se encontraron a los pocos días.
Locura que es así mismo que el SNTE disponga de seis millones de pesos al día por concepto de cuotas sindicales; y loquera, que el coordinador del colegiado de finanzas del sindicato, sea precisamente el yerno de la maestra.
Locura la mostrada por los gobiernos federal y de Puebla, al dilapidar 202 millones de pesos en los actos conmemorativos del 150 aniversario de la batalla del 5 de mayo.
Que junto a otras onerosas conmemoraciones anteriores, evidencia que Calderón no tuvo una infancia divertida y enloquece inventando festejos de todo tipo en los que poder disfrazarse de lo que sea; lástima que siempre le resulten caros y chabacanos.
Es loquera que sean tan cagonas las visitas que se reciben en Los Pinos; cualidad que asombra hasta al IFAI, porque ordenó a la Presidencia informar porqué entre enero del 2011 y enero de 2012 gastó en papel de baño 50 por ciento más que de 2007 a 2009.
Y es locura y loquera al mismo tiempo, que frente a los datos del INEGI indicando que subempleo y desempleo llegaron en el primer trimestre de este año a los niveles históricos más altos registrado en el país, y a todo lo demás que hemos visto en su sexenio, el presidente presuma todos los días sin decoro y contra la ley, lo que llama sus logros.
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