Palco de Prensa: La cátedra política

Por Gilberto Lavenant

Ciertamente, la política es una actividad que muchos mexicanos rehuyen. Pero no se puede estar del todo ajeno a lo que en ella ocurre, porque para nuestra desgracia, por regla general esa es la verdad, algunos de quienes a partir del 30 de marzo andarán pidiendo el apoyo de los electores, llegarán a ocupar puestos de elección popular que de una u otra forma incidirán en la vida diaria de la sociedad mexicana.




Hay veda electoral.El período de suspensión de actividades proselitistas abarca del 16 de febrero al 29 de marzo. Los analistas, no tendremos mucho material de donde recortar. Los ciudadanos en general van a descansar.



Lo más sobresaliente, de este fin de semana, fue la simulación de elección de candidatos priístas al Senado y a diputaciones federales. Todas las convenciones se desarrollaron tal y como estaban previstas. Nada se salió del “script”. La democracia, para ellos, fue perfecta. Algo casi insólito, pero así fue.



Para los panistas, qué flojera, tuvieron que interrumpir su comodidad dominical para acudir a las urnas a elegir a sus candidatos a diputados federales. Aproximádamente solo el 50 % del padrón, al menos en Tijuana, hicieron el esfuerzo y ejercieron su derecho cívico de ir a votar. En los próximos días, el resultado de los comicios blanquiazules pdría ser otro tema a tratar.



Curiosamente, lo que en otras fuerzas políticas fue un evento máximo, ayer rindió su protesta el candidato presidencial del Partido Nueva Alianza, ese que dicen es propiedad de la maestra Elba Esther Gordillo. El evento pasó desapercibido para todo mundo. La crónica periodística del evento, apenas si alcanzó una cuartilla de papel tamaño carta. Como quien dice, no hubo nada realmente importante para comentar.



Políticamente hablando, el candidato del Panal, Gabriel Quadri, es una hoja en blanco. Nada qué comentar respecto a su trayectoria en las lídes políticas, ni mucho menos en cuanto a posibles expectativas. Es como lanzar al ruedo, a lidear enormes toros, a alguien que ni siquiera podría lidear chivos.



Su discurso, si pudiese llamarse así a sus palabras inaugurales como candidato, no dejan lugar a dudas respecto a su noviciado. El abanderado a la Presidencia convocó a una “revolución blanca” y aseguró que su campaña no irá contra los otros aspirantes, ni fuerzas políticas, sino contra la ignorancia y la mediocridad. Plap, plap, plap, plap.



Tiene lógica. El papel de los maestros es educar, es combatir la ignorancia y la mediocridad. Alguien le ha de haber dicho que el candidato priísta, Enrique Peña Nieto, dió muestras de no leer, que el candidato de las izquierdas es muy mal hablado, eso de decir que si pierde, se va a La Chingada, el rancho de sus padres, evidencia una pésima educación y por lo que respecta a la mujercita del grupo de aspirantes, doña Josefina Vázquez Mota, evidentemente no hace la tarea, pues en las entrevistas habla puras incoherencias. Entonces, tiene razón el candidato del Panal al anunciar que su campaña no irá contra los otros aspirantes, ni fuerzas políticas, sino contra la ignorancia y la mediocridad. Así es que agárrense.



Gabriel Quadri de la Torre, así se llama el candidato presidencial del Panal, la tarde del domingo 19 de febrero, rindió su protesta como candidato presidencial de Nueva Alianza, ante el Consejo Nacional de ese partido, con 395 votos a favor y 11 nulos, de un total de 406 consejeros neoaliancitas presentes en asamblea extraordinaria, ratificando así la postulación de su abanderado a la Presidencia de México. La novedad del evento, es que nadie lo conocía, así es que fueron a conocerlo.



De lo poco que habló, Quadri de la Torre pidió el respaldo del Consejo Nacional de Nueva alianza para convertirse en “el candidato de los maestros y de los ciudadanos libres de México”. Quizás lo que quizo decir es que les pedía la oportunidad de convertirse en el maestro de los candidatos. Bola de ignorantes, ha de haber dicho.



De manera valiente y audaz, convocó a una “revolución blanca”, mediante la construcción de un nuevo modelo educativo, tanto en el nivel básico, como en educación media superior y superior. A la mejor supuso que estaba contendientdo para Secretario de Educación Pública. Lo cierto es que eso de hacer una “revolución blanca” y pretender alfabetizar a los candidatos presidenciales, como que es tarde e inútil.



Para no dejar lugar a dudas sobre el papel que desempeñará en esta contienda presidencial, el señor Quadri aseguró que su campaña no irá contra los otros aspirantes, ni fuerzas políticas, sino contra la ignorancia y la mediocridad. Así es que no hay duda, se propone educarlos. Una tarea que debe ser ardua y noble, pero tardía. Así es que ahora que ya está completo el cuadro de candidatos presidenciales, podemos decir, sin ánimo de exagerar, que esta campaña presidencial será harto folklórica.



Enriquito, el mexiquense, repasando a cada momento nombres de libros y autores, por si a algún periodista imprudente e inoportuno se le ocurre volver a preguntarle lo que le preguntaron en la Feria Internacional del Libro, allá en Guadalajara y que le mereció la reprobación nacional e internacional. ¿Tres libros, sí, tres libros?



Andresito, ya bastante madurito, muy amoroso –como aquellos que se han guardado durante tantos años en el closet- pero todavía se le salen palabras altisonantes, revisando el diccionario para encontrar palabras con las que pueda decir que si fracasa en su aventura política, se irá lejísimos, pero sin tener que mencionar el nombre del rancho de sus padres, La Chingada.



Chepina, aparentemente la más trucha de todos, pero que debido a sus quehaceres de ama de casa, de madre consentidora y de paso las actividades políticas, casi ni duerme y a la hora de las entrevistas habla puras incoherencias. Pero no se preocupen, ya tienen en Quadri, quien les ddará cátedra, para combatir su ignorancia y mediocridad , aunque de política no conoce ni la “o”, por lo redondo. Y luego se quejan cuando se dice que México es un país de caricatura. Es hora de la cátedra política. Es hora de hacer la tarea.