Por Teresa Gurza
Terminaron hoy por la noche las esperanzas de encontrar vivos a los 21 pasajeros del avión de la Fuerza Aérea de Chile caído en el mar del Archipiélago Juan Fernández, a pocos kilómetros del pueblo San Juan Bautista.
El Ministro de Defensa, Andrés Allamand, cuñado del empresario Felipe Cubillos, una de las víctimas, confirmó lo que se temía: el accidente fue tan brutal que es imposible que haya sobrevivientes.
Viajaban en esa nave, comandada por una mujer piloto de la FACH, un equipo de cinco personas del principal canal de televisión, TVN, encabezado por Felipe Camiroaga de 45 años de edad, el más querido animador del país y titular del mañanero Buenos días a Todos.
Iban con él dos periodistas, un camarógrafo y la productora de ese programa.
El objetivo del viaje era filmar el proceso de reconstrucción de los comercios que en la isla destruyó el terremoto del 28 de febrero del año pasado; que Felipe Cubillos llevaba a cabo con un grupo de amigos voluntarios que se le unieron en la cruzada Desafío Levantamos Chile, que creó en las primeras horas posteriores al terremoto.
Cubillos, un rico empresario de 49 años, decía que el sismo le cambió la vida; y el mismo día del terremoto dejó sus negocios para dedicarse a ayudar a los que lo perdieron todo.
Hombre de mar y experto velerista, les pidió a amigos de muchos países le ayudarán con motores para los pescadores que quedaron sin lanchas ni redes en el litoral chileno.
Luego de lograrlo, decidió construir escuelas en las comunidades que las perdieron y pronto pudo entregar instalaciones modernas y alegres dotadas de todos los adelantos.
Y desde marzo de este año se había fijado como nueva meta ayudar a los comerciantes de Juan Fernández, cuyos pequeños comercios y hostales fueron arrastrados por el maremoto que siguió al sismo.
Ambos equipos, el televisivo y el del Desafío iban a la isla a inaugurar los nuevos negocitos.
Se les unieron dos funcionarias del Ministerio de Cultura que llevaban libros y material para los niños de la isla, haciendo un total de 15 pasajeros; que junto a los cinco miembros de la tripulación, subieron felices y risueños al avión de la FACH cuyos restos están hoy a 100 metr4os de profundidad.
Todos eran personas menores de 50 años; y todos murieron, según dijeron las autoridades instantáneamente, cuando después de dos horas y media de vuelo el avión “capoteó” en el mar a una milla del archipiélago; tras intentar vanamente en dos ocasiones el aterrizaje que fue impedido por los fuertes vientos de la tarde.
El accidente que enlutó a este país del cono sur, deja viudas y viudos y muchos pequeños huérfanos; ellos y sus familias, rezan ahora para que el mar les devuelva todos los cuerpos, porque sólo se han podido rescatar cuatro.
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