Por Gilberto Lavenant
Es un dicho popular, advertir que “cuando se tienen los pelos de la burra en la mano, se puede decir que la burra es parda”, para señalar que cuando se habla de un asunto y se hacen afirmaciones en tal o cual sentido, se hace porque se tienen suficientes elementos para hacer tales afirmaciones.Pues bien, en el caso del incidente en el que la Diputada Claudia Agatón Muñiz y el Regidor ensenadense Armando Reyes Ledezma, resultaron vejados por elementos del ejército, el pasado sábado, y de manera personal y directa por el propio General Alfonso Duarte Mújica, jefe de la Segunda Región Militar, quien incluso dispuso el decomiso de $ 116, 220.00 pesos que portaban, por supuesta procedencia ilícita, realmente ocurrió en los términos denunciados por los representantes sociales.
Ya se ha difundido un video, grabado con un teléfono móvil, en el que aparece el General Duarte, advirtiéndoles a ambos funcionarios que les retendría el dinero que portaban y se escucha la voz de estos, rogándole, suplicándole al militar, que no lo haga, pues requieren el dinero para cubrir el costo de un evento a favor de las madres ensenadenses y la compra de regalos.
Incluso le hacen referencia de que podrían invocar en su favor el fuero que ostentaban, pero que no era su intención hacer referencia a ello, sino que simplemente invocaban al criterio del jefe militar para que no les estropeara su programa social. Sin embargo, se escucha la voz de Duarte, inconfundible, sereno, pero firme, señalando que ahí no había fueros.
No hubo pues, por parte de la diputada o del regidor, actitudes altaneras, prepotentes, ni nada que se le parezca, como quizás alguien supuso fue la causa de la acción militar.
También se cuestionaba la presunta presencia del General Duarte, por lo que el video en mención confirma que sí estuvo presente, que sí fue la máxima autoridad presente en el punto de revisión militar, en el poblado del Testerazo, y que no hubo equvocación, ni manera de echarle la culpa a cualesquier otra persona.
Por lo tanto, teniendo los pelos de la burra en la mano, se puede decir, claramente, contundentemente, sin temor a equivocación alguna, que fue el General Alfonso Duarte Mújica, Jefe de la Segunda Región Militar, quien incurrió en tales hechos vejatorios. No hay duda de eso.
Inicialmente habíamos considerado esto como un simple incidente. Algunos lo han calificado ya como un escándalo. Pero realmente es algo serio, sumamente serio, pues al General Duarte le salió lo militar y se le pasó la mano, pues no se justifica, de manera alguna, el trato severo e irrespetuoso que dió a ambos representantes sociales.
No incurrieron en ilícito alguno. Ni tampoco adoptaron posturas soberbias, altaneras, prepotentes, que pudiesen haber provocado el enojo del militar.
Simple y sencillamente, al proceder a revisarlos, les detectaron $ 116, 220.00 pesos en efectivo, cuya procedencia, supuestamente no pudieron acreditar, aunque también en este punto se dice que es infundado, pues ambos personajes traían los talones de cheques de sus salarios oficiales, además de que no se trata de una cantidad exagerada como para presumir la ilicitud de la misma.
El asunto, en principio, generó especulaciones, porque no se tenía la “película completa”. Se esperaba la versión oficial de la autoridad militar, que presumiblemente habría de negar los hechos y que señalaría que todo fue un mal entendido, o algo así. Ayer, varios periodistas preguntaron insistentemente al General Duarte su versión al respecto y simplemente reconoció que sí estuvo presente en los hechos, que el dinero que recogió a los representantes sociales lo había canalizado al Agente del Ministerio Público Federal de Ensenada y que correspondería a este determinar si había delito que perseguir.
Pero en principio, a las primeras preguntas, en lugar de dar respuestas categóricas, directas, contundentes, Duarte simplemente se soltaba rezando el rollo aquel de que la ciudadanía tiene una buena percepción de la labor del ejército en la entidad, etcétera, etcétera, etcétera.
La diputada tenía dudas de que efectivamente en el incidente hubiese participado el General Duarte Mújica. El aludido lo confirmó ayer y la videograbación difundida lo constata. La misma acredita que no hubo, por parte de los agraviados, soberbia o altanería, como para que merecieran el trato que les dieron. Trato de presuntos delincuentes, tan solo por traer consigo unos miles de pesos, que al final de cuentas no eran tantos, como para fundar esa presunción.
El incidente es serio, y si alguien lo califica de escándalo, probablemente alcance ese nivel y hasta lo supere, pues debido a la cerrazón militar, la Legislatura Estatal determinará este día si hace un reclamo formal y se acude ante el propio Secretario de la Defensa Nacional, directamente o vía Congreso de la Unión, para que se modere el trato de los militares hacia los civiles, bajo la advertencia que la lucha contra el crímen organizado, no justifica, de manera alguna, vejaciones y violaciones a derechos humanos de funcionarios públicos o ciudadanos en general. Puntos malos para el General Duarte Mújica, que había causado buena impresión entre los bajacalifornianos.
Hoy a partir de las 11:00 de la mañana, en Mexicali, la diputada Agatón ofrecerá una conferencia de prensa, para dar detalles sobre este asunto. La cita es en la Sala de Usos Múltiples “Mujeres Bajacalifornianas Forjadoras de la Patria”. Luego, tendrá lugar el pleno de la XX Legislatura, en el que seguramente surgirá un posicionamiento al respecto. No hay duda, cuando se tienen los pelos de la burra en la mano, se puede decir que es parda.
gil_lavenants@hotmail.com
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