viernes, 13 de mayo de 2011

Palco de Prensa: La vapuleada

Por Gilberto Lavenant
Aunque esta semana el Alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, ante integrantes del Colegio de Abogados Constitucionalistas, que encabeza el Lic. Carlos Mejía, aseguró, en relación a las presuntas irregularidades cometidas durante la administración del panista Jorge Ramos Hernández, que no habrá “borrón y cuenta nueva”, la verdad es que este XX Ayuntamiento no dá una.

A casi 6 meses de iniciada la gestión del priísta Bustamante Anchondo, su administración ya no siente lo duro, sino lo tupido. De todo el cúmulo de irregularidades que anunció haber encontrado, no ha podido concretar ninguna acción en contra de los presuntos saqueadores e irresponsables funcionarios.

Lo dijo, en el mismo evento, el abogado del Ayuntamiento local, Edgar Fernández Bustamante, que a la actual administración le están costando aproximádamente 300 millones de pesos, más de 600 juicios laborales que le heredó el gobierno de Jorge Ramos y que están negociando para tratar de disminuir el costo.

Edgar señala que muchos de esos juicios se perdieron porque no fueron atendidos adecuadamente. En especial refiere dos juicios con particulares, que ya están perdidos, por razones similares, y que representarán para la administración municipal la obligación de pagar cientos de millones de pesos.

Sin embargo, no se sabe de un solo caso en el que se hayan fincado responsabilidades contra funcionarios que actuaron indebidamente, ya sea que se excedieron en sus funciones o que simple y sencillamente no cumplieron correctamente con las funciones propias de sus cargos.

Entre las presuntas irregularidades, que se afirma cometió la administración de Jorge Ramos, fue la de autorizar la construcción de un hotel en la Zona Urbana Río Tijuana, a una velocidad asombrosa. La licencia correspondiente, fue cancelada. Se suponía que de dichos hechos, se derivaría acusación formal en contra de los involucrados. Se suponía, porque pasaron los días y nada ocurrió.

Sin embargo, esta semana, el promotor boxístico, Fernando Beltrán Rendón, quien resultó ser propietario de la obra cuyo permiso de construcción fue cancelado, se “subió al ring” para darle otra vapuleada al XX Ayuntamiento de Tijuana, que encabeza el priísta Carlos Bustamante Anchondo.

Mediante desplegado a plana entera, por principio de cuentas, el empresario se dolió de campaña de desprestigio en su contra, en base al supuesto permiso concedido por Ramos Hernández en forma “fast track”, que le permitiría realizar un proyecto hotelero y comercial.

Del XX Ayuntamiento dice que le canceló la licencia “…de manera arbitraria, unilateral e indebidamente, contraviniendo, en primer lugar, una garantía constitucional de audiencia, y en segundo lugar, la seguridad jurídica de todos los ciudadanos”.

Comenta que ante ello, solicitó la protección de la justicia federal, logrando resultado favorable, que deja sin efectos la cancelación. Esto significa que la obra, materia de dicho conflicto, se llevará a cabo, conforme al proyecto original autorizado por la administración de Jorge Ramos.

Poniendo en práctica lo aprendido como promotor boxístico, Beltrán le soltó una serie de golpes a Bustamante, que ya no ha de sentir lo duro, sino lo tupido.

“Expongo lo siguiente –indica- porque además de que se violentaron mis derechos y mis garantías individuales, se me sometió a un escrutinio mediático por parte del XX Ayuntamiento de Tijuana, toda vez que han buscado por cualquier medio impedir el flujo de una gran inversión, inhibiendo el desarrollo y el progreso al no permitir subsanar el rezago de servicios que tiene esta gran ciudad”.

Luego le suelta un certero “jab” : “…Soy un hombre de leyes y no de influencias como incorrectamente se me acusó. Omití mi versión de las acusaciones en medios hasta que las instancias legales dieran su resolución, el cual basado en cuestiones objetivas y de legalidad, fue a mi favor. Hasta este momento, me permito exponer públicamente una queja ante el XX Ayuntamiento de Tijuana, por haber basado sus ataques en descalificaciones y abusando de los medios de comunicación; pagando desplegados con dinero del erario”.

Después, un volado, que impacta en pleno rostro del Alcalde : “…Nosotros, los ciudadanos, votamos por un gobierno de acciones, no de descalificaciones, justificaciones y abusos, para quienes siempre estamos pensando en impulsar nuestra ciudad, ya que el proyecto hotelero que se desarrollará vendrá a satisfacer una demanda de habitaciones que requiere nuestra ciudad de Tijuana”.

Ahora resulta que por tratar de “tapar baches” y enderezar supuestas irregularidades, Bustamante Anchondo está siendo vapuleado y exhibido como abusivo y arbitrario. Como anti-empresario. No cabe duda de que sus asesores le están fallando y los tiros le están saliendo por la culata. 

Al paso que va, al concluir su gestión administrativa, el priísta no solo saldrá vapuleado, sino incluso entre abucheos del respetable. Mal acaba, lo que mal empieza.

gil_lavenants@hotmail.com

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