Por Teresa Gurza
Un cambio total ha dado estos días la jerarquía chilena de la iglesia católica, al anunciar que investigará toda denuncia de abuso sexual por parte de sacerdotes, sin que importe el tiempo transcurrido; y advertir que nada exime a un clérigo pedófilo de responder de sus actos ante la justicia civil.Lo anterior se da en momentos en que Iglesia y religiosos tienen muy baja credulidad; se habla incluso de sacerdotes, que al ser reconocidos en la calle por el alza cuello que visten son insultados. Los cambios están enmarcados dentro del escándalo causado por el influyente sacerdote Fernando Karadima expárroco de la Iglesia del Sagrado Corazón, ubicada en uno de los sectores más acomodados de Santiago; y quien tras las denuncias de cuatro de sus víctimas, fue condenado a retiro por el Vaticano “por abusos de poder y sexuales contra menores y jóvenes”. Este y otros asuntos de análisis y discusión, llevaron a la conferencia del episcopado chileno a reunirse a mediados de este abril; reunión de la que salió un documento de 20 páginas llamado Protocolo 2011, que establece la creación de un Consejo Nacional para la Prevención de abusos contra menores y otorga un plazo máximo de 30 días para la investigación previa. Enfatiza así mismo, que la pertenencia a la Iglesia no exime a clérigos o religiosos de responder por sus actos ante la justicia civil; y advierte que son constitutivos de delito el encubrimiento y la obstrucción a la justicia. El Consejo integrado esta semana por un obispo, cuatro sacerdotes y tres laicos, pronto tendrá que probar si funciona, porque casualmente horas después de su conformación, recibió dos nuevas denuncias de abusos sacerdotales contra menores. Y sus recomendaciones van desde cámaras de vigilancia interna en los colegios católicos operados por religiosos, cese de entrevistas personales individuales de sacerdotes con alumnos, a capacitación de agentes pastorales para actuar ante el menor signo que sugiera un abuso y otras medidas de prevención y de creación de ambientes sanos y seguros para los menores. Como para empezar a actuar, la Conferencia Episcopal chilena pidió público perdón por los abusos cometidos por sacerdotes contra niños y jóvenes; y por el trato despectivo que varios obispos dieron a las víctimas denunciantes del padre Karadima. “Pedimos perdón por nuestra propia basura” dijo Ricardo Ezzati, nuevo arzobispo de Santiago que sustituyó al cardenal Francisco Javier Errázuriz, que por edad se acogió al retiro. Errázuriz fue el primero en recibir las denuncias de los abusados por Karadima; pero las rompió porque no le parecieron “creíbles”; y durante años se hizo el desentendido para no mandar el expediente a Roma; lo que finalmente hizo hace dos años, después de que los afectados dieron testimonio televisivo. Pidieron también perdón, los cuatro obispos “formados” por Karadima; algunos de quienes habían advertido a los denunciantes que cesaran en sus actos porque la Iglesia tenía muy buenos abogados y podrían salir perjudicados. Pero las víctimas no se rindieron y calificaron documento y petición de perdón, como “tardíos y una minúscula reparación al daño que se nos ha hecho”. Los cambios eclesiales en la iglesia chilena, de por sí conservadora y muy influyente en política, muestran que quiere deshacerse de la imagen de complicidad que sufren varios de sus más altos miembros. Y para lograrlo entre otras cosas anuncia, que hará una lista de sacerdotes peligrosos o de seminaristas que abandonaron sus estudios a fin de analizar las causas y evitar que sean admitidos en algún otro seminario; y estudia la posibilidad de publicar fotos de los abusadores cómo ya se hace en algunos países europeos. Sin embargo, quedan resabios de las conductas anteriores; que se pusieron de manifiesto cuando desde el arzobispado de Santiago se filtraron a la prensa datos y nombres de nuevos demandantes contra Karadima. Lo que en opinión de algunos analistas fue sólo una maniobra del arzobispado; ya que la publicación en la prensa de sus nombres, inhibiría a otros violados a unirse a las denuncias por temor a verse abiertamente involucrados. En el destape de este y otros temas relacionados con la Iglesía Católica, fue relevante la actitud de los medios; principalmente del canal TVN que detonó los cambios cuando dio espacio a cuatro de los abusados por Karadima, en un programa especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario