* Dialogando con los “sordos”
Por Gilberto Lavenánt
Cuando una persona se enoja, generalmente pierde el control de sí mismo y puede hacer o decir cosas, respecto de las cuales posteriormente quizás se arrepienta. Por ello, se recomienda que cuando se presente ese enojo, exaltación o explosión, se deje pasar unos minutos, luego de los cuales, el individuo recupera la serenidad y ve las cosas de manera diferente. Deja de pensar en “tragarse vivo” a quien le provocó el enojo. Sencillo.
Eso fue lo que le pasó al Gobernador Osuna Millán, con el tema de las restricciones en el uso de los dólares. “Hasta parecía Gobernador”, dicen algunos al comentar la reacción, aparentemente explosiva, de don José Guadalupe Osuna Millán.
Luego de enterarse que los empresarios adheridos a Coparmex, habían iniciado una campaña de protesta contra las medidas del gobierno federal, que implican la restricción en el uso de dólares, aquí en la frontera, mediante la colocación de carteleras con la leyenda : “S.O.S., El control de dólares, tiro de gracia para Tijuana”, y al considerar que el asunto se le estaba saliendo de las manos, pues estalló. Al menos así lo pareció.
El “estallido” ocurrió allá en Ensenada. El Gobernador dijo estar convencido de que el diálogo es la única vía para zanjar cualquier diferencia, pero que también está convencido de que la única manera de dialogar es que haya un emisor y un receptor del mensaje, dispuestos a hacerlo, “…y lo que hemos encontrado es que ese receptor, que no es otro que la burocracia federal, ofrece solo un diálogo de sordos”.
Y explicó el motivo de su aparente enojo : “…En el trato con el Centro los bajacalifornianos hemos pasado del : “te atiendo, pero no te entiendo”, al “te escucho, pero me impongo”, o al “te escucho, pero no te ayudo”, a la vez que adviertió que “…No basta con escuchar los problemas, es hora de resolverlos”. Quienes estaban cerca del Gober, en esos momentos, cuentan que “hasta le salía humo” de la cabeza, de lo encorajinado que estaba.
Sobre todo cuando remató diciendo que “…La provincia mexicana ya se cansó de este trato y, en forma respetuosa pero enérgica exige ahora un trato justo, que no es otra cosa que lo que se vaya a decidir y que impacte en nuestra región se nos consulte antes de instrumentarlo”, al tiempo que observó que “…“A los burócratas del Centro se les olvida una regla de oro en la nueva política mexicana: ellos proponen, pero en la provincia, nosotros somos los que disponemos”.
Pues bien, a fin de poner las cosas en claro, en relación con el tema de los dólares, el Gobernador consiguió una cita para que los llamados “sordos”, o “burócratas federales”, recibieran y atendieran a los dirigentes de los empresarios de Baja California.
Quienes supieron de ello, estaban en ascuas. Temían que iban a salir chispas. Imaginaban que don José Guadalupe Osuna Millán llegaría ante los funcionarios federales y les repetiría, con tono enérgico y quizás hasta con gritos, lo que había dicho en Ensenada y que le hizo aparentar como un verdadero Gobernador, que sale en defensa de la gente de la entidad, que aparentemente gobierna.
Pero….no pasó nada. El Gobernador que, en Ensenada, a 3 mil kilómetros de distancia, fustigó la “sordera” de los colaboradores del Presidente Calderón, aquel que dijo que “…En el trato con el Centro los bajacalifornianos hemos pasado del : “te atiendo, pero no te entiendo”, al “te escucho, pero me impongo”, o al “te escucho, pero no te ayudo”, era otro. No el iracundo, molesto y encorajinado, sino uno modocito, serio, atento, respetuoso. Se olvidó de todo lo antes dicho, y se puso a dialogar con los “sordos”.
Los boletines de prensa relativos a dicha entrevista, omiten mencionar si la comitiva bajacaliforniana, encabezada por Osuna Millán, contrató a algun interprete, conocedor del lenguaje de señas. Tampoco se dice si el Gobernador tuvo necesidad de tirar de gritos, pero no por grosero o violento, sino porque sabido es que cuando se pretende dialogar con quienes tienen alguna deficiencia auditiva, es necesario levantar la voz, para que escuche.
La única explicación que cabe, es de que pasó mucho tiempo del día y hora en que molesto advirtió que : “…La provincia mexicana ya se cansó de este trato y, en forma respetuosa pero enérgica exige ahora un trato justo, que no es otra cosa que lo que se vaya a decidir y que impacte en nuestra región se nos consulte antes de instrumentarlo”, o aquello de que : “…A los burócratas del Centro se les olvida una regla de oro en la nueva política mexicana: ellos proponen, pero en la provincia, nosotros somos los que disponemos”.
No, definitivamente los bajacalifornianos se volvieron a quedar sin Gobernador. Bueno, sin Gobernador enérgico que los defienda ante los “sordos” e insensibles burócratas federales. Probablemente, en Ensenada, gritó tan fuerte, que los gritos llegaron a oídos del Presidente Calderón y este le pidió que le bajara de tono a la voz, que se serenara, para poder escucharlo y atenderlo. Quizás alguien le recordó que “lo cortés, no quita lo valiente”.
Los que también se vieron fuera de lugar, fueron los dirigentes de los empresarios. Les ocurrió lo mismo que al Gobernador Osuna Millán. Aquí, molestos, valientes y exigentes. Allá, frente a los “sordos”, dóciles, atentos, complacientes. Parece ser que hasta “saborearon el atole que les dieron con el dedo”, cuando los funcionarios federales les dijeron que seguirán estudiando el asunto, que recopilarán más información. En fin, más bla, bla, bla.
Asi que aquello de : “S.O.S., El control de dólares, tiro de gracia para Tijuana”, es solo parte de una novedosa campaña publicitaria. Nada más. Aunque también habría que recordar aquello de que “…Del dicho, al hecho, hay mucho trecho”, o bien, reconocer que los bajacalifornianos, aprendieron muy rápido a dialogar con los “sordos”.
gil_lavenant@hotmail.com
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