Por Antonio Aspiros
MEXICO.- Más de cien directivos y trabajadores de los medios de información, periodistas en su mayoría, han sido asesinados en los últimos 30 años en México, de acuerdo con un recuento elaborado por la agencia de noticias Amex, de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME).
La mayoría de los casos no han sido aclarados y según los indicios podrían estar vinculados con la actividad profesional de las víctimas, lo cual es considerado por analistas y el gremio en general como ataques a las libertades constitucionales de prensa y expresión. La lista, no exhaustiva, indica que 101 trabajadores relacionados con la práctica de esas libertades han sido asesinados desde agosto de 1979 hasta octubre de 2009. Organizaciones empresariales, gremiales, sociales y de derechos humanos, nacionales e internacionales, han expresado su preocupación por esos homicidios y han solicitado al gobierno de México su aclaración y el castigo a los culpables. Un caso importante de los pocos aclarados, aunque no al gusto de todos, es el del columnista Manuel Buendía. De la lista, 41 periodistas o comunicadores fueron asesinados durante los gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), entre 1979 y 2000, y 60 en los nueve años que cumplirán en diciembre los regímenes surgidos del Partido Acción Nacional (PAN). De los años transcurridos entre 1979 y 2009, sólo en seis de ellos (1980, 1981, 1982, 1985, 1989 y 1992) no fueron documentados asesinatos de periodistas, mientras que las cifras se han elevado recientemente, con 11 en 2006, nueve en 2007, 12 en 2008 y 11 entre enero y octubre de 2009. La víctima más remota de esta relación es José Guadalupe Mendívil, periodista de Sinaloa muerto de 22 de agosto de 1979, y la más reciente Fabián Ramírez López, locutor de la estación Magia 97.1 FM, asesinado el pasado 11 de octubre también en esa entidad. Ha sido asesinado un periodista por mes, en promedio, en el periodo 2008-2009, y a juicio de la CNDH, “la desatención a las agresiones a periodistas ha propiciado que éstas se incrementen”. Una fiscalía especializada en estos casos, dependiente de la Procuraduría General de la República, no ha cubierto las expectativas del gremio. Según la CNDH, de 2000 a la fecha se han registrado 52 muertes de comunicadores (63 en el recuento no exhaustivo de Amex, incluidos otros trabajadores de medios) y la desaparición de siete de ellos, así como seis ataques con explosivos a edificios de empresas periodísticas en Quintana Roo, Yucatán, Tamaulipas, Sonora y Sinaloa. En los últimos diez años los estados con más homicidios son Tamaulipas (9), Chihuahua (8), Veracruz, Guerrero (6 en cada uno), Michoacán y Oaxaca (3 en cada uno); los desaparecidos corresponden a Michoacán y Nuevo León (2 en cada uno) y Coahuila, Sonora y Tabasco, con uno en cada entidad. La relación fue elaborada con datos de las federaciones Latinoamericana de Periodistas (Felap) y de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), el Club Primera Plana, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la revista ‘Contralínea’ # 100, y documentada en algunos casos en fuentes hemerográficas y periodísticas. Estas asociaciones gremiales, nacionales e internacionales, y las empresariales como la propia AME y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), han clamado por el respeto a las libertades de prensa y expresión y por hacer justicia a las víctimas, y ahora mantienen dos expectativas ante la LXI Legislatura del Congreso de la Unión. Ellas son que la Cámara de Diputados reponga la Comisión Especial para dar Seguimiento a los Atentados a Periodistas, que funcionó en las dos legislaturas previas, y que el Senado de la República apure y apruebe adicionar un título al Código Penal Federal, para que los delitos contra periodistas se eleven al rango federal.
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