Por Antonio Aspiros
CIUDAD DE MEXICO (Amex).- El anuncio, este lunes, de la captura de un sicario que estaría planeando un atentado contra el presidente Felipe Calderón, se produjo 65 años después de un caso parecido que involucró al entonces gobernante Manuel Ávila Camacho, y se suma a varios otros en la historia.
La Secretaría de Seguridad Pública del gobierno federal detuvo a Dimas Díaz Ramos, ex policía ministerial y presunto operador del cártel del Pacífico, como resultado de una investigación iniciada hace un año cuando "tuvo conocimiento que la amenaza fue realizada por el cártel del Pacífico”, el cual encomendó al sicario “los pormenores para un posible atentado". El presidente Calderón, quien ya había sugerido anteriormente que había sido amenazado, dijo este lunes en Guadalajara que se trata de una reacción del crimen organizado, al cual está combatiendo con la fuerza militar, y que no sería la primera ni la última vez que hubiera versiones de atentados en su contra. El 10 de abril de 1944 el presidente Manuel Ávila Camacho resultó ileso de un ataque cuando, al transitar por el Patio de Honor hacia su despacho en Palacio Nacional, se detuvo a saludar al teniente Antonio de la Lama Rojas, y éste le disparó con una pistola, sin éxito porque el presidente usaba chaleco antibalas. En esa ocasión el militar argumentó que lo había hecho porque en México no había justicia, ya que tenía prohibido asistir, uniformado, a la logia y a la iglesia. Hubo diversas versiones sobre el caso, documentadas en libros y revistas, y algunas coinciden en que Maximino Ávila Camacho, hermano del presidente, ordenó que al atacante se le aplicara la “ley fuga”. Dos días después la policía descubrió un complot para asesinar tanto a Manuel como a Maximino Ávila Camacho, lo mismo que a los ex presidentes Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, mediante la colocación de bombas en sus respetivas camas. Ya por esas fechas, hace 65 años, gente vinculada con el narcotráfico causó la muerte del entonces gobernador de Sinaloa, Rodolfo Loaiza, como represalia por haber afectado a poderosos hacendados al aplicar el reparto de tierras en esa entidad. Según fuentes consultadas, el homicida, Rodolfo ‘El Gitano’ Valdés, controlaba desde la cárcel los cultivos de mariguana y amapola. Al crimen organizado, vinculado al narcotráfico, se atribuye también el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993, en el aeropuerto de Guadalajara. Según la hipótesis inicial, el ministro del culto fue confundido por gente de los hermanos Arellano Félix con el también traficante Joaquín Guzmán Loera. En noviembre de 1927 cuatro personas dispararon contra el ex presidente Álvaro Obregón cuando circulaba cerca del lago de Chapultepec, y le provocaron escoriaciones en la cara y una mano. Tres de los atacantes fueron capturados y se les vinculó con la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. En julio del año siguiente, ya presidente electo, Obregón fue asesinado. Los atentados contra presidentes, candidatos y políticos han sido numerosos. El 16 de septiembre de 1897 el presidente Porfirio Díaz fue golpeado por Arnulfo Arroyo, un hombre desarmado, cuando llegaba a una ceremonia por las fiestas patrias. El caso está documentado en el libro ‘Capítulos olvidados de la historia de México’ y es tema de la novela ‘Expediente del atentado’, de Álvaro Uribe. En enero de 1929 el candidato antirreeleccionista José Vasconcelos y sus partidarios fueron atacados en Guadalajara con palos, puñales y bombas pesticidas, y la policía desarmó a gente que iba a disparar contra el político, quien pudo llegar ileso a su hotel, si bien entre sus seguidores hubo varios heridos. Vasconcelos disputaba la Presidencia a Pascual Ortiz Rubio, quien ganó las elecciones y, el día que éste tomó posesión, 5 de febrero de 1930, fue herido de bala por Daniel Flores a las puertas de Palacio Nacional, y tuvo que guardar reposo durante dos meses. Otro candidato presidencial opositor, pero en 1940, Juan Andrew Almazán, salió ileso de atentados en Zacapu, Michoacán (febrero) y Hermosillo, Sonora (junio). Aún permanece en la memoria el asesinato del candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio Murrierta, el 23 de marzo de 1994 en Tijuana, Baja California, pero tal vez pocos recuerden que el 10 de agosto siguiente -ahora hace justos 15 años- fueron detenidos en el mismo lugar Jesús Martínez Tafoya, Esteban Saldívar Gutiérrez y Magdalena Velazco. Tafoya y Saldívar fueron arrestados junto a los depósitos de combustible del aeropuerto de Tijuana media hora antes de que llegara el sucesor de Colosio en la candidatura, Ernesto Zedillo Ponce de León, y a Velazco se le decomisó una pistola cuando entraba al auditorio donde el político tendría un acto de campaña. En mayo de 1995 la revista ‘Impacto’ publicó una entrevista con el recluso José Armando Palacios Marquina ‘El Pato’, en la cual reveló que él iba a atentar contra la vida del presidente Miguel de la Madrid durante el desfile del Día del Trabajo, el 1 de mayo de 1984, “aunque me costara la vida”, como parte de un complot de la Brigada Urbana de Ajusticiamiento. Quien resultó herido en esa ocasión fue el director del ISSSTE, Alejandro Carrillo Castro, debido a que el general Arturo Cardona atajó la bomba molotov y la desvió hacia un palco contiguo al que ocupaba el presidente. Según la misma versión, el atentado iba a tener lugar el 15 de septiembre de 1983, “pero un chivatazo dio al traste con el plan”.
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