Por Hugo Isaac Rea Torres.
BUFÓN.- El lamezuelas del exgobernador, Jaime Bonilla, a la sazón hoy diputado local, Marco Antonio Blásquez, ha intentado de muchas formas hacerse pasar como el aguerrido diputado federal Gerardo Fernández Noroña, quedando exhibido como un fiasco, pues no cuenta con los alcances políticos e intelectuales del miembro del Congreso de la Unión.
Blásquez, como canino sobre sus croquetas, ha seguido fielmente las instrucciones de su amo, Jaime Bonilla, para que en todo momento y ante cualquier tribuna denueste a la jefa del ejecutivo estatal, Marina del Pilar Ávila Olmeda.
Ante cualquier evento relacionado con el gobierno del estado, el mamarracho Blásquez trata a toda costa de agarrar bandera y hacerla suya, verbigracia el movimiento de hace tres meses de los permisionarios y concesionarios de los taxis de ruta denominados Rojo y Negro, en el cual involucró a su modelo a seguir, Fernández Noroña, así como el de los productores de trigo del Valle de Mexicali que exigen del gobierno federal mejore el precio de garantía de sus productos.
Sin embargo, ante la estulticia del diputado local, literalmente le ha salido el tiro por la culata, pues lejos de ganar simpatías, su escaso auditorio ha distinguido que lo que infructuosamente ha querido encabezar Marquito, son movimientos que afectan más a las mayorías que a los reclamantes; es decir, en el caso de los taxis rojo con negro es evidente que, aunque es un servicio de transporte público utilizado por muchas personas, son más los que se han visto afectados por la forma irresponsable de muchos de los trabajadores del volante de la citada ruta. A ello se suma el que muchas de las unidades circulan con permisos clonados y otras son “piratas”, ya que con base en los registros de las autoridades del Instituto de Movilidad Sustentable (IMOS), existen oficialmente solo 443 permisos para esa ruta, pero en la actualidad circulan más de mil unidades, lo que ocasiona diariamente un exasperante caos vehicular sobre el Bulevar Agua Caliente y el Díaz Ordaz.
En torno al movimiento que llevan a cabo los productores de trigo, Blásquez y su amo Bonilla parece ser que desconocen que el precio de referencia es definido por SEGALMEX (dependencia del gobierno federal), y es dado a conocer mediante un comunicado, para cada región o entidad, además que su cálculo se efectúa a partir de los precios de indiferencia (precios de futuro de la Bolsa de Chicago (CBOT) más las bases de comercialización) y las condiciones de mercado prevalecientes en el periodo de contratación y cosecha en cada región.
Sin embargo, ambos forajidos intentan con sus peroratas involucrar al gobierno del estado para que “participe como intermediario” entre los agr4icultores y el gobierno federal.
Hasta aquí la dejamos, no sin antes recomendarles que NO SE ENREDEN ¡Y PUNTO!
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