jueves, 5 de febrero de 2015

Palco de Prensa: La casa del jabonero

Por Gilberto Lavenant
Dicen, que en casa del jabonero, el que no cae, resbala. Ahora, habría qué agregar, que también en casa de político ocurre lo mismo.

El caso es que el Presidente Enrique Pe¬ña Nieto, está desesperado, nervioso. Siente que “se le mueve el piso”.
No halla la puerta, para salir de los escándalos, suscitados por la compra de bienes inmuebles, tanto por él, como por su esposa y el Secretario de Hacienda, a empresarios que resultaron sumamente beneficiados durante su gestión como Gobernador del Estado de México y ahora como Presidente de la República.
El problema, es que son muchos los que sospechan que esas “adquisiciones” efectivamente son conflictos de intereses. O sea, asuntos en los que los políticos o gobernantes, reciben beneficios de sus relaciones con empresarios. Algo así, como que las casas no costaron nada, sino que son solo una compensación por las utilidades producto de los contratos de obras.
Tratando de borrar dudas y acabar con las sospechas al respecto, el pasado martes, Peña Nieto anunció 8 medidas ejecutivas, tendientes a combatir la corrupción. Todas dirigidas, de manera especial, a prevenir, detectar y evitar posibles conflictos de intereses.
Por ejemplo, establecer la obligación, de los servidores públicos federales, de presentar, adicionalmente a su declaración patrimonial, otra declaración sobre probables conflictos de interés. Supuestamente, para evitar que en lo futuro, otros políticos, no se las vean negras, como le ha pasado a él.
Crear, dentro de la Secretaría de la Función Pública, una unidad especializada en ética y prevención de conflictos de interés. ¿ética? ¿con qué se come?, preguntarán los políticos.
Emitir reglas de integridad para el ejercicio de la Función Pública. A un lado las palabrejas. Bastaría con advertir que eviten incurrir en actos de corrupción, y que si lo hacen, se atengan a las consecuencias.
Establecer, protocolos de contacto, entre particulares y funcionarios responsables de contrataciones públicas. Algo así como decir : juntos, pero no revueltos.
Se integrará un registro de todos los funcionarios de gobierno, que se someterá a una certificación, a efecto de asegurar su honestidad y adecuado desempeño. Se necesitará una lupa de gran tamaño, para encontrar políticos honestos y eficientes.
Acelerar la operación de la ventanilla única nacional, para los trámites y servicios del gobierno. Un pregón eterno, en la administración pública, que no pasa del discurso, pues el burocratismo cada día crece y crece.
La lista de proveedores sancionados por el gobierno de la república, ahora será más completa y detallará las causas de la sanción. Si no hay un registro de policías corruptos. Además, para todo hay mañas.
Se ampliarán los mecanismos de colaboración, en materia de transparencia, con los organismos de la sociedad civil y cámaras empresariales. La verdad es que lo de la transparencia, no es nada nuevo. No obstante, las grandes obras o los servicios de gran volumen, se siguen contratando sin licitación alguna, o mediante licitaciones amañadas.
Como tratandode demostrar, que lo que decía, va en serio, dijo que ordenó a la Secretaría de la Función Pública, que actuará como órgano anticorrupción, del gobierno federal, que investigue si es que en la compra de bienes inmuebles, “La Casa Blanca”, por parte de su esposa, Angélica Rivera, del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en Malinalco, en el Estado de México y él mismo, en Ixtapan de la Sal, hubo conflicto de intereses.
Esto, no generó ninguna reacción entre los asistentes al evento. Todos guardaron silencio. Sin duda alguna porque la Secretaría de la Función Pública, forma parte del gobierno federal y obviamente el dictamen que emita al respecto, será en el sentido de que Peña Nieto, la señora Rivera y Videgaray, no incurrieron en conflicto de intereses y por lo tanto “colorín, colorado, este cuento se ha acabado”.
Casi igual, que el asunto de los normalistas de Ayotzinapa. El Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, luego de andar dando vueltas, de aquí para allá y de allá para acá, hasta confesar que ya se había cansado, optó por declarar legalmente muertos a los estudiantes y le dió carpetazo.
El grado de credibilidad, en lo que hacen y dicen Peña Nieto y sus colaboradores, anda por los suelos, al grado de que el anuncio del combate a los conflictos de intereses, no generó ninguna reacción entre los espectadores. Simplemente guardaron silencio.
El Presidente Peña Nieto, no pudo ocultar su malestar y decepción por ello. Al observar que prácticamente no le creyeron nada. Que persisten las sospechas de que en la adquisición de los inmuebles, hubo conflicto de intereses, cuando se retiraba del micrófono, entre dientes, alcanzó a decir : “Ya sé que no aplauden”.
Esto indica, que quizás sea cierto, que no hubo coflicto de intereses entre la familia presidencial y colaboradores, con los prestadores de servicios, involucrados en las adquisiciones de viviendas, y aunque la Secretaría de la Función Pública, tarde que temprano lo anuncie formalmente, persistirán las sospechas al respecto.
Si antes, nadie los cuestionaba y hacían lo que les viniera en gana, ahora deben tener presente aquello de que “en casa del jabonero, el que no cae, resbala”.
gil_lavenants@hotmail.com

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