Por Gilberto Lavenant
Lo virtual, es un concepto novedoso, generado, básicamente, por los adelantos científicos. La discusión al respecto no es nueva, pero sí su aplicación y efectos.
Se dice que lo virtual, se aplica a la condición que es muy posible que se alcance, porque reúne las características precisas, para que sea. Pero que aún no llega a ser.
Cuando la vida era más sencilla, o simple, para evitar caer en engaños, bastaba advertir que “no todo lo que brilla es oro” o que “las apariencias engañan”.
Hoy en día, las cosas son tan complejas, que resulta difícil dimensionar la realidad. A tal grado, podría decirse, que hay una realidad real y una realidad virtual. Teniendo como real, aquello que percibimos directamente por los sentidos y virtual, lo que conocemos a través de aditamentos científicos.
En ese mundo de complejidades, y virtualidades, se desenvuelven las redes sociales. Los adelantos tecnológicos dieron paso al internet y este a su vez a las redes sociales. A través de estas, la información fluye y circula en todos sentidos.
Hoy, es posible conocer, hechos y cosas, que anteriormente los medios de difusión ocultaban, disimulaban o distorsionaban.
El problema es poder determinar la autenticidad de la información. La honestidad de los remitentes y la imparcialidad de los juicios que se emiten.
Pero cabe observar, que las redes sociales permiten ocultar la identidad de los remitentes, utilizando identidades falsas o anónimos.
Esto, amplia las posibilidades de decir cosas, verdades o mentiras, hacer acusaciones o señalamientos, con toda libertad, sin temor a represalias o sanciones. Y aquellos que las reciben o captan, a su vez las pueden remitir a muchos otros, sin correr riesgo alguno, hasta provocar verdaderas bolas de nieve.
Pero, con todo y el grado de realidad o de verdad, de lo que circula o se difunda, a través de las redes sociales, no deja de ser meramente virtual. Puede reunir las características o condiciones, para que sea, pero no lo es. Como dicen los abogados, salvo prueba en contrario.
En estos momentos, en las redes sociales, está de moda denostar al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Son muchos lo que reclaman su renuncia. Seguramente habrá quienes tengan la esperanza de que en tanto haya más reclamos o señalamientos de este tipo, finalmente renuncie.
¿Alguien puede pensar, en que, el inundar las redes sociales, de reclamos de renuncia, pueda obligar a Peña Nieto, a dejar la Presidencia de México? Quizás.
Y algo más : ¿Cuántos, de quienes reclaman la renuncia de Peña Nieto, son hijos, familiares o amigos de panistas, pejistas y tantos otros rivales políticos del priísta?
Durante los 12 años de gobiernos panistas, no había el encono que se da actualmente, en las redes sociales. La cantidad de políticos blanquiazules, que quedaron sin chamba, después de difrutar de enormes privilegios, da una cantidad indeterminable de desempleados –de los de primer nivel- que aunado a sus parientes, amigos y compadres, son capaces de inundar las redes sociales, con reclamos y señalamientos fulminantes,contra Peña Nieto.
Y si a esos, se le agregan los políticos de otras filiaciones partidistas, cuyos parientes, amigos o compadres, desearían verlos en cargos públicos de importancia, el número de “inconformes” se hace mucho mayor.
De alguna manera, estas distinciones, permiten observar que es prácticamente normal, que muchos mexicanos estén en contra de Peña Nieto. Esto, sin restarle culpas o fallas al exgobernador mexiquense.
Pero, cabría preguntar :
¿La renuncia de Peña Nieto a la Presidencia de México, resolvería, por sí sola, todos los problemas sociales, económicos y políticos de los mexicanos?
¿Quién es el mexicano, que haría un mejor papel que Peña Nieto, en la Presidencia de México?
Esto, no es tan simple como parece.
Sobre todo, nadie debe perder de vista, que lo virtual de las redes sociales, no es totalmente verdad.
La realidad de México, es dramática. Pero el país está funcionando.
No todo México se está incendiando. Aún hay mucho rescatabale.
Si esos que piensan, que darle un “like” a favor de un reclamo de renuncia de Peña Nieto, es suficiente, hicieran un verdadero esfuerzo, para mejorar el país, las cosas serían distintas.
Peña Nieto, es un político que ostenta la primer magistratura del país. De todos los mexicanos, depende que se le enjuicie formalmente.
Sin proclamas incendiarias. Sin denostaciones, ni descalificaciones. Que no quede en un mero juicio virtual.
gil_lavenants@hotmail.com
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