* La corrupción sigue en la corporación
Por Hugo I. Rea Torres
TIJUANA.- Los hechos violentos y las actividades delictivas irán creciendo en la ciudad, debido a la inexperiencia de quienes han sido nombrados como mandos medios y superiores en las diversas áreas de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, así como por la falta de equipamiento que permita hacer frente a la delincuencia en igualdad de circunstancias.
Con base en declaraciones de policías de carrera, quienes rehusaron dar sus nombres por temor a represalias pero que cuentan con una antigüedad dentro de la corporación que oscila entre los 15 y 30 años, señalaron que “el entorno de la policía preventiva de Tijuana es caótica, pero con declaraciones mediáticas se trata de ocultar la realidad de la inseguridad que se vive en estos momentos”.
En la administración anterior se trató de tapar el sol con un dedo al pretender hacer creer a la población que el presupuesto correspondiente a la SSPM se estaba aplicando correctamente, pero la realidad se vive ahora con las deficiencias de equipamiento, denunciaron.
Como ejemplo citaron la situación que se registra en el perímetro del primer cuadro de la ciudad, en donde con apenas seis patrullas y 12 elementos a bordo de las mismas, se intenta inhibir los índices delictivos, lo que ha arrojado como resultado, además de diversos delitos, los dos asesinatos en la Zona Norte con la presentación de “un chivo expiatorio” que no tuvo qué ver con los hechos.
“Las patrullas no sirven ya porque no paran las 24 horas del día, las armas no están en óptimas condiciones, hay carencia de chalecos antibalas, lo que se suma a la incapacidad de los mandos para diseñar la formación de grupos con experiencia que puedan encargarse de las zonas de mayor riesgo para la población”, dijeron.
Destacaron: “No hay mucho que pedir a la prevención del delito, como lo acaba de exigir el Congreso del Estado, sólo es necesario que se revise el equipamiento de la policía municipal y se acuerde la designación de personas que conozcan de seguridad pública y los índices de delincuencia irán a la baja en poco tiempo”.
El ejemplo más claro expuesto por los declarantes fue que “el 0-16 (supervisor) de apellido Roa, incide en las decisiones del jefe de la delegación centro, en donde los 0-15 Jesús Soto Muñoz y Patricia Orona decidieron incorporar a las tareas de prevención a puros jóvenes inexpertos que desconocen la realidad de la delincuencia que se registra en esa zona, enviando a los “policías viejos” a áreas en donde no arrojan resultados porque son perímetros de baja incidencia delictiva”, comentaron.
Acusaron que la actitud de sobrada prepotencia de Jesús Soto y Patricia Orona y el trato despótico que dan a sus subalternos, puede ser el detonante de una rebelión de los elementos que están programando una audiencia con el alcalde, Jorge Astiazarán, para que tome cartas en el asunto.
Afirmaron que en el tema del “cobro de cuotas” a distribuidores de drogas (“tienditas”) en la Zona Centro se mantiene “a través de quienes siempre han desarrollado esa labor, pero los mandos ya vieron lo que les reditúa, junto con lo que exigen a los elementos por asignarlos a lugares en donde pueden obtener ingresos adicionales a su salario”.
La inexperiencia del secretario de Seguridad Pública Municipal, Alejandro Lares Valladares, es otro factor que el presidente no ha querido analizar con detenimiento, pues existe una relación estrecha entre ambos, “pero la seguridad de los habitantes de Tijuana no debe depender de amiguismos o compadrazgos”, dijeron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario