Los políticos, sin distinción alguna en cuanto a siglas partidistas, se niegan a entender y reconocer, que los actos que realizan en el desempeño del cargo gubernamental, son públicos, no privados. Incluso aquellos que realizan al margen de toda normatividad y que por lo tanto podrían ser considerados como ilegales.
Todo funcionario, es un empleado del pueblo. Su obligación, es servir a la ciudadanía en general e informar con claridad y certeza, lo que hizo o dejó de hacer. Generalmente, aquello que omite u olvida informar, es porque está revestido de deshonestidad.
Comentaba ayer, el columnista, lo que implican los “periodicazos” para los políticos. El publicar en medios impresos, notas a ocho columnas o con grandes titulares, fundadas o infundadas, relativas a supuestas o ciertas informaciones respecto a presuntas actividades ilícitas o negativas, de tal o cual funcionario.
Decía, a propósito de esto, que aunque se advierte que a los políticos no se les aniquila a periodicazos –“ni que fueran moscas”, dicen algunos- nadie puede negar que al menos se les ataranta.
Refería que cuando el internet era solamente una mera posibilidad, o un sueño casi irrealizable, una teoría, el periodismo impreso “rifaba”. Apuntaba que la ciudadanía leía poco, igual o menos que ahora, pero que los pocos que leían, estaban al pendiente de lo que publicaban los periódicos. Sobre todo, buscaban cuáles eran las noticias de primera plana. La nota de “ocho columnas”.
Sin embargo, no siempre se requiere de grandes titulares noticiosos, para exhibir públicamente a un político. En ocasiones, notas informativas pequeñas, bastan para evidenciar las erróneas actitudes o conductas de los funcionarios públicos.
La cuestión es que, en ocasiones, los propios funcionarios dan lugar a que se les exhiba, cuando absurdamente pretenden desconocer cosas que son públicas y ellos hacen como que andan en las nubes. Bueno, quizás sus asesores les recomendaron que utilicen el escudo de la ignorancia o supuesto desconocimiento. Y, la verdad, se ven mal.
En los últimos días trascendió, que el sindicato de burócratas y el alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, celebraron un convenio de basificación de empleados municipales, en base al cual la organización sindical propondría a 40 personas para ocupar bases de nueva creación y el Alcalde 15.
En cuanto a las propuestas del sindicato, no hay tanto problema, hay decenas y decenas de empleados, que no son de base, o sea que en cada administración los dan de baja, se quedan sin empleo. Algunos son recontratados al inicio de la nueva administración. Otros, tienen qué abandonar la chamba, para que los integrantes del nuevo Ayuntamiento puedan colocar a sus colaboradores de campaña.
El problema se genera, principalmente, por las personas que propone la “parte patronal”. Se dice, que las 15 recomendaciones, de parte del Alcalde Bustamante, habrán de beneficiar, a lindas jovencitas que laboraban cerca del jefe de la comuna y que en su mayoría, ni siquiera tenían el tiempo suficiente para exigir una base.
El pasado martes, periodistas de Tijuana, acosaron a Bustamante con preguntas sobre el convenio de basificación de empleados municipales, con la intención de conocer las condiciones en que se celebró y quizás hasta saber la identidad de las beneficiadas del Alcalde.
En sus notas, los periodistas anotaron las respuestas absurdas de Bustamante. ¿Sí se firmó un convenio de basificación?”, le preguntaron. La respuesta no pudo ser más absurda : “no me acuerdo, lo voy a checar”. Obviamente, como dicen, se hizo de delito.
Después se le preguntó si hay planes de crear plazas de base, pero la respuesta no fue la que esperaban los periodistas. “se va a dar, tengan calma”.
Los periodistas insistieron, le preguntaron si serán 55 plazas de nueva creación, como lo dió a conocer el líder sindical, y la respuesta fue vacilante : “no traigo exactamente el dato, después se los doy”.
En otra parte de la entrevista, señaló que no está seguro de cuántas de esas nuevas plazas le tocarán al gobierno municipal. Se comprometió a informarlo más adelante. No les precisó qué día de las últimas dos semanas de su gestión.
De esto, cabe hacer varias observaciones. La primera, que las cosas públicas, deben ser informadas a la ciudadanía en forma clara, precisa y oportuna. Sin rodeos, sin titubeos, sin opacidades. Sin sospechas.
Los alcaldes de los 5 ayuntamientos de Baja California, constantemente se estuvieron quejando de que los recursos los consumía el aparato burocrático. Olvidaron que el incremento en el número de empleados de los gobiernos municipales, lo ocasionaban los alcaldes, al incrustar a sus colaboradores de campaña en las nóminas y al basificar a muchos de ellos al concluir su gestión.
Definitivamente, quienes han laborado durante varios años, como meros eventuales, merecen su base. Su presencia en la estructura laboral, acredita que son una necesidad para el gobierno. Los que entran de eventuales, deben salir de la administración, al concluir la gestión de sus “padrinos”, a fin de que los nuevos funcionarios, tengan espacios para colocar a sus colaboradores de confianza. Los arreglos en lo oscurito, generan sospechas.
gil_lavenants@hotmail.com
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