DESEMPLEADOS.- Para muchos que allí aún cobran, el Ayuntamiento de Tijuana lo convirtieron en los últimos tres años en su refugio podrido y miserable, en obra negra y sobrehabitado, tan pestilente a corrupción, lejos de la sociedad, lejos de sí mismos, destinados a un futuro incierto; ya no recorrerán los pasillos estériles, que los conducían a “sus” oficinas estériles, en las que fungían como empleados de confianza o funcionarios estériles; no tienen futuro posible, su pasado ya es imposible, no tienen más presente que ir contando sus últimos días, sus últimas catorcenas que dejarán a quienes vienen en “el nuevo equipo” del “nuevo” presidente municipal, Jorge Astiazarán Orcí, a quien, por cierto, le prendieron veladoras para quedarse, sin resultado favorable para muchos, en tanto otros, siguen suplicando a “cercanos” al relevo del gris alcalde, Carlos Bustamante, que “les ayuden” a quedarse en el área que sea, lo que importa es seguir como sanguijuelas en el presupuesto municipal… FINAL.- Al cuarto para las 12 Sindicatura hace pública la sanción a la que sometió a los ex jefes policíacos, Julián Leyzaola Pérez y Gustavo Huerta Martínez, determinando su inhabilitación para ejercer cargos públicos en Baja California por un lapso de ocho años, bajo el argumento de que “mediante el procedimiento de responsabilidades correspondiente se lograron acreditar violaciones a los derechos humanos fundamentales, en su modalidad de tortura, abuso de autoridad y uso excesivo de la fuerza pública, al registrarse en enero de 2011, que un ex agente de la Policía Municipal presentó una queja en la Sindicatura Municipal, en contra Leyzaola Pérez y Huerta Martínez, señalándolos de haber ejercido, facilitado y permitido actos de tortura en su persona para inculparlo en un caso de robo”, lo que crea la esperanza al reportero gráfico, José Luís Camarillo Téllez, de que sus agresores sean castigados en un plazo no mayor a 970 días o dos años y nueve meses, a esos pepenadores uniformados a los que hay que temer porque no se les puede tener una migaja de confianza por su desnutrido nivel intelectual que los inclina a torturar , castigar y vejar a quienes tienen la desgracia de caer en sus manos por el motivo que se les antoje, porque sus patéticos jefes les inculcaron indicios vehementes para su actuar … La ley la hacen ellos obscenamente… ¿JUSTICIA?.- El alcalde, Carlos Bustamante Anchondo, se convirtió en “víctima de la aparadoja” al haber firmado en su momento seis compromisos ante el notario público número 3 de Tijuana, prometiendo “transparentar las finanzas públicas, fortalecer el desarrollo económico, no aumentar el impuesto predial, rehabilitar las vialidades, erradicar el nepotismo, mejorar la infraestructura y los servicios que presta el Ayuntamiento, no apoyar la construcción del zócalo 11 de julio, ser una administración sin compadrazgos, ni amiguismos ni nepotismo”, a lo que se suma lo escatológico de los contratos firmados con las empresas Global Sight y Sola Basic, para multas electrónicas y para modernización del alumbrado público, respectivamente, y que representaron un gasto de 300 millones de pesos… Pero es que Bustamante burló su palabra –lo único de valor de los hombres—porque al “comprometerse ante notario público” lo hizo antes de entrar a la bestia que representa el poder formal, creyendo que la bestia era un animal bruto y hediondo al que se puede derribar con la justicia y el poder civil y que lo ubicó en su actual realidad al darse cuenta que es “su” espacio de confort, un edificio que le da la bienvenida al ego, con oficinas lujosas rodeadas de súbditos que le rentaron su inteligencia… Ahí, Carlitos se siente aún en su nube gloriosa y se da el banquete en el que en aras de una falsa civilidad todo se pacta; donde los principios y valores quedan fuera: le importa la imagen, no el contenido; le importa el discurso, no la realidad, llevándolo a ese oscuro rincón donde la mentira se convierte en profesión y el robo en deporte, fue su voluntad, fue la fascinante sensación de bienestar que le permitió un ego sobrealimentado, ego que se convence de la supremacía que le confirieron sus privilegios, sus canonjías y mirar sus fotografías en los diarios declarando estupideces. Se debilitó moralmente, si es que en algún momento ha sabido lo que es moral… A todo eso se le agrega la parcialidad en sus acciones al haber retirado del primer cuadro de la ciudad, al que declararon Centro Histórico, a 168 vendedores ambulantes que “provocaban una mala imagen”, sin atreverse siquiera a mencionar el caos que representan los “paraderos” y “lanzaderas” de las unidades del transporte público y todo, por el jugoso negocio que representaron los transportistas en comparación con los “apestosos” ambulantes… Hasta aquí la dejamos, no sin antes recomendarles que NO SE ENREDEN ¡Y PUNTO!
jueves, 29 de agosto de 2013
PolityKronos: Carlos Bustamante, Julián Leyzaola, Gustavo Huerta, Antonio Camarillo
DESEMPLEADOS.- Para muchos que allí aún cobran, el Ayuntamiento de Tijuana lo convirtieron en los últimos tres años en su refugio podrido y miserable, en obra negra y sobrehabitado, tan pestilente a corrupción, lejos de la sociedad, lejos de sí mismos, destinados a un futuro incierto; ya no recorrerán los pasillos estériles, que los conducían a “sus” oficinas estériles, en las que fungían como empleados de confianza o funcionarios estériles; no tienen futuro posible, su pasado ya es imposible, no tienen más presente que ir contando sus últimos días, sus últimas catorcenas que dejarán a quienes vienen en “el nuevo equipo” del “nuevo” presidente municipal, Jorge Astiazarán Orcí, a quien, por cierto, le prendieron veladoras para quedarse, sin resultado favorable para muchos, en tanto otros, siguen suplicando a “cercanos” al relevo del gris alcalde, Carlos Bustamante, que “les ayuden” a quedarse en el área que sea, lo que importa es seguir como sanguijuelas en el presupuesto municipal… FINAL.- Al cuarto para las 12 Sindicatura hace pública la sanción a la que sometió a los ex jefes policíacos, Julián Leyzaola Pérez y Gustavo Huerta Martínez, determinando su inhabilitación para ejercer cargos públicos en Baja California por un lapso de ocho años, bajo el argumento de que “mediante el procedimiento de responsabilidades correspondiente se lograron acreditar violaciones a los derechos humanos fundamentales, en su modalidad de tortura, abuso de autoridad y uso excesivo de la fuerza pública, al registrarse en enero de 2011, que un ex agente de la Policía Municipal presentó una queja en la Sindicatura Municipal, en contra Leyzaola Pérez y Huerta Martínez, señalándolos de haber ejercido, facilitado y permitido actos de tortura en su persona para inculparlo en un caso de robo”, lo que crea la esperanza al reportero gráfico, José Luís Camarillo Téllez, de que sus agresores sean castigados en un plazo no mayor a 970 días o dos años y nueve meses, a esos pepenadores uniformados a los que hay que temer porque no se les puede tener una migaja de confianza por su desnutrido nivel intelectual que los inclina a torturar , castigar y vejar a quienes tienen la desgracia de caer en sus manos por el motivo que se les antoje, porque sus patéticos jefes les inculcaron indicios vehementes para su actuar … La ley la hacen ellos obscenamente… ¿JUSTICIA?.- El alcalde, Carlos Bustamante Anchondo, se convirtió en “víctima de la aparadoja” al haber firmado en su momento seis compromisos ante el notario público número 3 de Tijuana, prometiendo “transparentar las finanzas públicas, fortalecer el desarrollo económico, no aumentar el impuesto predial, rehabilitar las vialidades, erradicar el nepotismo, mejorar la infraestructura y los servicios que presta el Ayuntamiento, no apoyar la construcción del zócalo 11 de julio, ser una administración sin compadrazgos, ni amiguismos ni nepotismo”, a lo que se suma lo escatológico de los contratos firmados con las empresas Global Sight y Sola Basic, para multas electrónicas y para modernización del alumbrado público, respectivamente, y que representaron un gasto de 300 millones de pesos… Pero es que Bustamante burló su palabra –lo único de valor de los hombres—porque al “comprometerse ante notario público” lo hizo antes de entrar a la bestia que representa el poder formal, creyendo que la bestia era un animal bruto y hediondo al que se puede derribar con la justicia y el poder civil y que lo ubicó en su actual realidad al darse cuenta que es “su” espacio de confort, un edificio que le da la bienvenida al ego, con oficinas lujosas rodeadas de súbditos que le rentaron su inteligencia… Ahí, Carlitos se siente aún en su nube gloriosa y se da el banquete en el que en aras de una falsa civilidad todo se pacta; donde los principios y valores quedan fuera: le importa la imagen, no el contenido; le importa el discurso, no la realidad, llevándolo a ese oscuro rincón donde la mentira se convierte en profesión y el robo en deporte, fue su voluntad, fue la fascinante sensación de bienestar que le permitió un ego sobrealimentado, ego que se convence de la supremacía que le confirieron sus privilegios, sus canonjías y mirar sus fotografías en los diarios declarando estupideces. Se debilitó moralmente, si es que en algún momento ha sabido lo que es moral… A todo eso se le agrega la parcialidad en sus acciones al haber retirado del primer cuadro de la ciudad, al que declararon Centro Histórico, a 168 vendedores ambulantes que “provocaban una mala imagen”, sin atreverse siquiera a mencionar el caos que representan los “paraderos” y “lanzaderas” de las unidades del transporte público y todo, por el jugoso negocio que representaron los transportistas en comparación con los “apestosos” ambulantes… Hasta aquí la dejamos, no sin antes recomendarles que NO SE ENREDEN ¡Y PUNTO!
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