Por Gilberto Lavenant
Aunque muchos coinciden en que se trata de un proyecto fabuloso, el relativo a la construcción de la llamada “Plaza 11 de Julio”, consideran absurdo que pese a los señalamientos en contra, no precisamente por las dimensiones o caracterídtsicas del mismo, sino a la ubicación, una zona totalmente desarrollada, entre los edificios del Palacio Municipal y el del Gobierno Estatal, en Tijuana, sobre el Parque Benito Juárez, políticos panistas y priístas, se aferran a seguir adelante. La necedad y la soberbia, han motivado que se le califique e identifique como “La Plaza del Capricho”.
No se trata de unos cuantos, como hace meses dijeron tanto el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán y el Alcalde Carlos Bustamante Anchondo, cuando anunciaron formalmente la realización de estas obras. Son numerosas personas, prestigiados profesionistas, tanto en materia de urbanismo como en medio ambiente, los que se oponen a este proyecto.
La defensa de una zona arbolada, ha parecido poca cosa a los impulsores de este proyecto, sin querer reconocer que hasta los buenos proyectos se reciben de buen agrado cuando son viables, lógicos y acordes al sentir de la ciudadanía que supuestamente habrá de resultar beneficiada, pero se rechazan cuando, son incongruentes. Como en este caso específico.
Una zona en la que, urbanísticamente, ya no cabe ni un ladrillo. Una amenaza que apunta a eliminar una de las pocas zonas arboladas de la ciudad. Punto de reposo para los tijuanenses que acuden a realizar algún trámite a las dependencias municipales o estatales. Poco atendido o casi totalmente descuidado por los gobiernos locales.
Lo único claro es que la necedad, la insensibilidad, la soberbia, no admiten razones, ni argumentos válidos. A tal grado que se sospecha que atrás a todo esto, existen propósitos mercantilistas, intenciones de de lucro, y no precisamente el transformar la zona con modernas y sofisticadas edificaciones.
Básicamente, el autor de todo esto, lo es el Gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán. No porque le preocupe el bienestar de los tijuanenses, sino porque su intención es crear un problema social de proporciones enormes, en pleno proceso electoral hacia los comicios del 2013. Simplemente quiere “poner la víbora a chillar”.
Un asunto que, políticamente hablando, afectará al gobierno municipal de Tijuana, encabezada por el Alcalde priísta, Carlos Bustamante Anchondo, por el hecho de que su exesposa, Carolina Aubanel, aparece al frente del Patronato de esta obra. Pocos voltean a ver y a reclamar a Osuna Millán. Está claro que ambos políticos, aunque de filiación partidista distinta, coinciden en soberbia y necedad.
Recientemente, en una reunión celebrada con los alcaldes de los cinco municipios, en Tecate, el Gobernador Osuna Millán anunció que en el proyecto del 2013, incluiría una fuerte inversión para el arranque del proyecto. Nadie puso atención. Parecía algo simplemente ilusorio.
En su visita a Tijuana, Osuna Millán dijo ante el Presidente Peña Nieto, que dentro del paquete de obras a realizar por el gobierno federal, para Baja California, en el presupuesto 2013, incluyó precisamente la Plaza 11 de Julio.
Hubo quienes observaron que Osuna Millán engañó al Presidente Peña Nieto. Se entiende un tanto de esa manera, pues el exgobernador mexiquense apenas inicia su gestión presidencial y no está al tanto de las polémicas generadas por este proyecto. Si de engaños se trata, también lo engañó el Alcalde Bustamante y los diputados federales y senadores por Baja California, de todas las filiaciones partidistas, que supuestamente intervinieron para apoyar tales obras, en “bien” de los bajacalifornianos. Acostumbrados a simplemente levantar la mano.
El ingeniero Julio Torres Coto, uno de los múltiples opositores a la Plaza 11 de Julio, con fecha 12 de diciembre del 2013, envió un escrito al Presidente Peña Nieto, para observarle sobre los múltiples rechazos y sus consecuencias.
“Hemos tenido conocimiento –dijo- que durante su reciente visita a nuestra ciudad, el señor Gobernador del Estado le hizo conocer el proyecto que muchos tijuanenses llamamos "Plaza del Capricho" y él ha denominado "Plaza 11 de Julio", invitándole a que apoye con recursos de la Federación tal proyecto”.
“Mi comunicación –agregó- es para decir a Usted que soy uno de los muchos ciudadanos de esta Ciudad que RECHAZAMOS categóricamente la idea de construir la citada plaza en el sitio escogido por el señor Gobernador, por ser totalmente inadecuado para ello, desde cualquier punto de vista. Urbanístico, de ingeniería urbana y de arquitectura urbana, por la serie de problemas que vendrá a ocasionar en la zona, mismos que en documento aparte y si a Usted interesa, puedo hacerle llegar”.
Torres Coto hizo saber a Peña Nieto que : “Los colegios de ingenieros civiles y de arquitectos de esta ciudad, junto con un elevado número de organizaciones de la sociedad civil, han manifestado su oposición al uso de un espacio público cívico para los fines que propone el señor Gobernador, para construir su monumento en vida. Todo esto obra en publicaciones en los diversos medios impresos de la Ciudad, para fácil verificación”.
Con palabras sencillas le manifestó que : “Una plaza como la propuesta, en otra ubicación dentro de la ciudad podría ser adecuada. Pero sólo decidirse por la ubicación que eligió el Gobernador por el hecho de que siendo pública "no implica costo su adquisición", lo cual reduce el gasto necesario para la realización del proyecto, no es razón suficiente para perjudicar a la ciudad y dañar esa zona con problemas serios de circulación y mayor congestionamiento vial y peatonal en una zona ya de por sí conflictiva”.
¿Cómo llamar de otra forma, a la Plaza del Capricho ? Osuna Millán ya se va. Bustamante aspira a ser Gobernador. La necedad y la soberbia, atrofian los sentidos e identifican a los políticos, por encima de las filiaciones partidistas.
gil_lavenants@hotmail.com
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