Por Gilberto Lavenant
Comentaba ayer, aquí en Palco de Prensa, el escándalo suscitado recientemente, cuando trascendió en medios periodísticos, que la jóven Paulina Romero Deschamps, hija del líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, presumió a través de facebook, sus viajes por todo el mundo, paseos en yates y comidas en restaurantes exclusivos.
Mencionaba que este caso era sólo una muestra de las incongruencias e ironías de México, un país de pobres con “líderes obreros” ricos, exageradamente ricos. Que se consideraría como algo normal, que sus “cachorros” dilapiden, lo que nada les ha costado y en especial, que dijeran que es natural, que se trata de un líder priísta, representativo de la corrupción. Que no se podía esperar otra cosa.
Luego de esto comentaba que ahora el escándalo corrió a cargo de una “modesta y pobre estudiante”. Que se trataba de Luisa María Alcalde Luján, hija de Bertha Elena Luján Uranga, propuesta por López Obrador para ocupar la Secretaria de la Honestidad y Combate a la Corrupción. Que fue contralora general del gobierno del Distrito Federal, bajo su administración y Secretaria de Trabajo durante su “gobierno legítimo”.
Por lo que respecta a la jóven del presunto escándalo, señalaba que es lidereza nacional de Morenaje, Movimiento Regeneración Nacional Jóvenes y Estudiantes. Que su tarea consiste en recorrer el país impulsando el movimiento de izquierda y reclamando la falta de oportunidades para los jóvenes.
Refería entonces algunas de las expresiones de Luisa María, como política, en apoyo a López Obrador, en los que básicamente criticaba la desigualdad social, señalando que contrastaban con el aparante estilo de vida, como viajera.
De esas expresiones, destacaba la del 29 de octubre de 2011, durante la constitución de Morenaje, y decía que con aparente coraje y frustración, manifestó : “Salimos de la universidad y nuestra situación es súper crítica, no encontramos trabajo y si lo encontramos nos pagan menos de cinco mil pesos y con cinco mil pesos no podemos hacer nada”.
Total, el columnista fustigaba el presunto contraste de la protagonista de este escándalo, por el aparente contraste. Que una era la lidereza juvenil y su discurso populista, y otra la “chava fresa” de turista internacional.
Decía también que la labor de dicha jóven, en apoyo de Andrés Manuel, no era de gratis. Que ya tenía su pase para la Cámara de Diputados Federales, pues fue la número uno de la lista de Diputados de Representación Proporcional de la Circunscripción 4.
Antes de concluir, el columnista refirió que cabía observar que Luisa María, al igual que la hija de Romero Deschamp, también es “una cachorra de la revolución”, pues es hija de Arturo Alcalde Justiniani, abogado especialista en temas laborales, asesor de diversas organizaciones sindicales.
Finalmente, de acuerdo con la información a disposición del columnista, señalaba que esta jóven, era un ejemplo de que quienes incursionan en política, desde temprana edad, que son meros simuladores, sin importar la corriente política en la que se muevan. Que sean de derecha o izquierda, o abiertamente en el movimiento #YoSoy132, desgarrarse vestiduras, fustigar a políticos rivales y acusarlos de ser los responsables de todos los males que aquejan a los mexicanos.
Remataba diciendo que apenas empiezan, y abren la boca, sin temor a morderse la lengua, al lanzar acusaciones a diestra y siniestra, como viles mercenarios. Que son simuladores de nacimiento.
De inmediato surgieron las reacciones en apoyo o defensa de la jóven Luisa María Luján, señalando que efectivamente, no obstante su edad, es una luchadora social, que su viaje al extranjero lo hizo en condiciones modestas. Así mismo aportaron la respuesta o escrito que ella misma hizo en su defensa, ante publicación hecha el pasado 6 de junio en un periódico capitalino.
En dicha respuesta, menciona que el viaje lo realizó en julio del 2008, o sea hace 4 años. Que fue un viaje a la India para participar en un proyecto de apoyo a comunidades vulnerables, a través de una organización no gubernamental. Que el ppoyecto se llevó a cabo en una comunidad cercana a Calcuta y que consistió en dar cursos de inglés, matemáticas y artes a niños de bajos recursos.
Dice que los gastos de hospedaje y comidas, fueron cubiertos port la organización y de su bolsa pago el boleto de avión, con sus ahorros logrados con el producto de su trabajo en la UNAM y el apoyo de sus padres. Reclama que se hayan publicado fotos de sus momentos de descanso, que cualquiera se toma en un viaje de este tipo, pero que omitieron las relativas a su labor social.
El columnista manifiesta que no hay de su parte ninguna intención de dañar la imagen de la joven luchadora social, cuya labor apoyan destacados bajacalifornianos, pero que en apariencia resultaba sumamente serio el contraste entre sus discursos y sus viajes al extranjero.
Todo empezó, como le ha ocurrido a muchas otras personas, por andar colocando en facebook, gráficas o referencias, de experiencias personales de alguien, las cuales, fuera de contexto y contrastadas con otros hechos, aparentemente reflejan condiciones irregulares. Aprendida la experiencia, hizo privadas sus publicaciones en la red.
Dicen por ahí : “…no hagas cosas buenas, que parezcan malas, ni malas que parezcan buenas”. Luego los pueden acusar de simuladores, como en este caso.
gil_lavenants@hotmail.com
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