martes, 10 de abril de 2012

¡El lujo del narco!

Por Andy Novell F. (El Arsenal)
Hace unos días la candidata del PAN a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota en una equivocación dijo que “iba a fortalecer el lavado de dinero”, equivocación o no, es seguro que el crimen organizado no necesita que le ayuden a fortalecer el lavado de dinero.


Prueba de ello se da con los diversos decomisos de dinero, joyas, autos y casas que ha realizado el gobierno federal en los últimos seis años mediante la lucha contra el crimen organizado.

Con el paso del tiempo la narcocultura ha sufrido diversas modificaciones que van desde la forma de vestir y vivir de los nuevos narcotraficantes, hasta acudir a lugares lujosos del propio Distrito Federal para pasar inadvertidos entre los lujos del poder.

Solo pondré unos ejemplos que investigó y dio a conocer en su momento el colega Damien Cave, corresponsal del New York Times, quien en un artículo que tituló “Dentro de las casas de los ricos e infames de México”, da a conocer cómo viven los nuevos narcos mexicanos.

Toda esa información la obtuvo de las autoridades de la Policía Federal y PGR en los decomisos y detenciones que han realizado a lo largo del sexenio Calderonista, como fue el caso de “José Jorge Balderas, alias el J.J., capturado hace un año en su domicilio en Bosques de Las Lomas”

El inmueble es una mezcla entre una decoración “kitsch” y una “parodia de departamento de soltero”. En el piso inferior se encuentra un espacio acondicionado como bar, con cortinas rojas, grandes sillones con tapiz de cebra e incluso una bola de espejos.

Otro ejemplo, está la casa del chino-mexicano Zhenli Ye Gon, detenido en 2007 donde se decomisaron miles de dólares, pesos y euros. Todo eso fue encontrado en las zonas más exclusivas del Distrito Federal, en Lomas de Chapultepec.

Es claro que se han esforzado en el gobierno federal en luchar contra el crimen organizado, contra el lavado de dinero, pero hasta el momento no se ha tomado en cuenta un censo de las grandes mansiones y construcciones de lujo que hay en el país.

Tampoco se tiene un registro de los trabajadores de bienes raíces en México, ni de que empresas se dedican a la compra venta de inmuebles; este pequeño detalle se le ha escapado a los diputados y asesores de la lucha contra el crimen organizado. El crimen organizado paga en efectivo las rentas de las casas, sin contratos ni firmas.

Entonces sería bueno que algunas personas o analistas políticos en lugar de burlarse de los lapsus de una candidata a la Presidencia, utilicen esos desvaríos para ir más allá en la lucha contra el crimen organizado, al final los más beneficiados seremos todos los mexicanos. Quién dice que el vecino que tenemos no es un narcotraficante…

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